El legado de la estrategia de seguridad de AMLO no funcionó. La actual presidenta, Claudia Sheinbaum, cambió la política de “abrazos, no balazos” del anterior sexenio por un ataque frontal a los grupos delincuenciales.
Luego de la presión del gobierno de Donald Trump hacia la mandataria nacional para cumplir el compromiso binacional de frenar el tráfico de fentanilo y armas, se puso en pausa por un mes la aplicación de aranceles del 25 % a México, anunciada por Donald Trump a partir de este febrero.
Urge dotar a los agentes de la Guardia Estatal con armamento de alta tecnología que le dé a esa corporación contundencia en su capacidad de fuego ante los ataques que han sufrido sus policías.
De acuerdo con los hechos de inseguridad que se han registrado en la frontera de Tamaulipas, el último de ellos en Nuevo Laredo con bloqueos tras la captura de un líder delincuencial, la nueva instrucción de la comandante suprema, tras negociar con los estadounidenses es combatir de frente el fentanilo y los indocumentados.
En días pasados arribaron al campo militar de Matamoros 300 nuevos elementos de la Guardia Nacional que se suman a los efectivos que ya estaban en la frontera.
Al día siguiente, se les dio salida por la tarde para después partir en convoy de vehículos artillados que arribaron y luego salieron junto con la GN, armados hasta los dientes para afrontar la tarea. Mientras tanto, habitantes de las colonias populares del poniente de Nuevo Laredo observaron con asombro y miedo el despliegue táctico, como si fuera una guerra de invasión. No cabe duda de que la estrategia de “abrazos, no balazos” no funcionó.
El fin de semana pasado se levantó una ola de violencia en el estado, pues hubo varios enfrentamientos en la zona norte. El domingo 2 y lunes 3 de febrero, en Nuevo Laredo se desataron enfrentamientos día y noche tras la captura de uno de los jefes del cártel regional norte. Bajo estas situaciones de riesgo, cerraron el Aeropuerto Internacional de Nuevo Laredo, así como las salidas y entradas de líneas de autobuses.
Por otro lado, en las mismas fechas, en la carretera Reynosa-Río Bravo se presentaron situaciones de riesgo tras un enfrentamiento entre civiles y elementos del Ejército, dejando inocentes sin vida bajo el cruce de fuego tras pasar por las ponchallantas y quedarse varados.
En los municipios de China y General Bravo, Nuevo León, ocurrió otro enfrentamiento entre Fuerza Civil y sicarios. Todo esto sucede en el norte del país todos los días, por mencionar algunos casos.
Al menos en Tamaulipas, la percepción que flota en el ambiente oficial parece ser que la estrategia de “abrazos, no balazos” en la lucha contra la delincuencia no funcionó.
Recientemente, la Comisión de Seguridad Pública en el Congreso del Estado puso sobre la mesa la urgencia de dotar a los agentes de la Guardia Estatal con armamento de alta tecnología que le dé a esa corporación contundencia en su capacidad de fuego ante los ataques que han sufrido sus policías, inclusive con saldos trágicos. Es obvio que tener estos armamentos no será para exhibirlos como piezas en algún museo.
En algún momento, se dijo en México, incluyendo al embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, que la estrategia de seguridad del gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador, centrada en sus principios de “abrazos, no balazos”, quedó en entredicho tras la detención de Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, e Ismael “El Mayo” Zambada. Esto sólo refleja que la realidad es que el pueblo de México no vive en seguridad y el gobierno niega esta situación.
Como ciudadanos, lo más importante es la seguridad, pues con ella van de la mano el desarrollo económico, tecnológico, turístico, etcétera. En este tema, México tiene un problema muy grave.
Hablar de que no hay inseguridad y echarle la culpa a otros, a sexenios anteriores, no es la manera de enfrentar las cosas. La actual presidenta da continuidad del gobierno anterior, pero esperemos que ya no sea el caso.
Sólo nos queda invitar a la ciudadanía en general a que luche y se organice con el Movimiento Antorchista, única salida para los más desprotegidos en México, pues claramente se nota que los intereses de los gobernantes actuales son los mismos que los de los anteriores.
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