Sentencia un refrán popular que, "así como las dichas no vienen a pares; una desgracia no llega sola", y los yucatecos lo estamos viviendo en carne propia.No acabamos de salir de la crisis de salud y económica, ocasionada por el coronavirus, cuando llegó la tormenta tropical "Cristóbal" que como cualquier fenómeno natural con cierta capacidad destructiva sacó a relucir una de las injusticias sociales más graves y generalizadas en nuestro país: la falta de vivienda digna y segura y una pobreza espantosa en la que viven miles de familias humildes que, de la noche a la mañana, lo perdieron todo y quedaron literalmente en la calle debido a lo accidentado del terreno donde viven y a los materiales perecederos de sus viviendas.
Las intensas y prolongadas lluvias ocasionadas por "Cristóbal", bastaron para provocar escenas desgarradoras de miles de personas con sus casas inundadas, semidestruidas, o de plano derrumbadas.Comunidades completas que tuvieron que ser evacuadas para que sus habitantes no fueran arrastrados por las fuertes corrientes.Y en los centros urbanos, las colonias más dañadas fueron precisamente aquellas donde vive el pueblo humilde y trabajador.En síntesis, otra vez sale a relucir que el total de los afectados son siempre gente muy pobre: campesinos, obreros, subempleados de todo tipo, trabajadoras domésticas, desempleadas, gente que por años ha padecido la mayor injusticia social que las priva de un espacio digno y seguro en el cual vivir y sufrir los menores daños posibles como los ocasionados por el fenómeno natural en cuestión.
Según datos oficiales proporcionados por el gobierno estatal, los daños provocados por el paso de la tormenta tropical ascienden a 4 mil millones de pesos; ésta destruyó 95 mil hectáreas de cosechas, que representan el 85 por ciento de los cultivos de todo el estado; se contabilizaron 8 mil 300 viviendas con afectaciones parciales o totales; además, la infraestructura carretera sufrió daños por 520 millones de pesos; sin embargo, todavía no se concluye el conteo de las afectaciones.
Estos cuantiosos daños vienen a agravar la precaria situación que padecen miles de familias yucatecas que con el aislamiento provocado por la covid-19, carecen de alimento y condiciones para mantenerse resguardados en sus casas, pues las viviendas de muchas de ellas, cómo es fácil deducir, fueron dañadas o las perdieron en su totalidad.Si a esto le agregamos el hecho de que muchos de ellos perdieron su empleo y no tienen forma de allegarse recursos, la situación se torna verdaderamente desesperante.
Pero ni el coronavirus ni las inundaciones han logrado que el gobierno de la 4T que encabeza Andrés Manuel López Obrador se conduela del sufrimiento de quienes han perdido todo: casa, sus modestas pertenencias, trabajo, cosecha.En Yucatán como en los demás estados del país, en colonias pobres y comunidades rurales, han aparecido trapos blancos que demandan el apoyo del presidente de la república, mismos que han encontrado solamente un cauteloso silencio en señal de que ni te veo ni te escucho.Esa es la "humana" respuesta de quien dijo que su gobierno sería "por el bien de todos, primero los pobres".Pero ¿qué podemos esperar de un gobernante que ha priorizado destinar recursos millonarios a la realización de sus obras caprichosas, en lugar de ayudar a los más necesitados? ¿qué esperar, de quién en pleno pico de la pandemia sanitaria se fue de gira a dar banderazos de su tren maya, al mismo tiempo que "Cristóbal" azotaba cruelmente a los ciudadanos de los estados que visitaba? Ni siquiera se dignó dirigirse a ellos y mucho menos los visitó; en Tabasco, se limitó a repetir la "filosofía" barata de su paisano Chico Che: "ya pararán, ya pararán las lluvias, ya pararán".Una burla en toda forma.
Por su parte, el Gobierno estatal, aunque realizó un gran despliegue de gentes y de recursos de logística movilizando soldados, marinos, policías que acudieron en ayuda de los necesitados, sigue sin responder con oportunidad y en cantidad suficiente, con la entrega de despensas que resuelvan de forma decorosa la necesidad de alimento de los sectores afectados, y ha sido como siempre, el apoyo solidario de la sociedad civil el que ha estado proveyendo de alimento a miles de damnificados por el coronavirus y por las inundaciones.
La actitud adoptada por el gobierno de López Obrador durante la emergencia sanitaria y ahora con las inundaciones, debe servirnos de lección a todos los mexicanos y en particular a los yucatecos, para entender que no es interés del gobierno de la Cuarta Transformación, responder a los intereses de las mayorías trabajadoras que, también como los gobiernos anteriores a los que tanto critica, solamente busca afianzarse por todos los medios en el poder, haciendo campaña anticipada para los comicios que se avecinan en 2021, sin importarle las desgracias que se padecen sus gobernados.
El pueblo debe entender que solamente su unidad y la fuerza de su número, harán posible que por la vía democrática cambie a la clase política que hasta hoy nos gobierna, que no es posible que siga recibiendo el trato de mendigo, cuando es el pueblo quien con sus manos crea toda la riqueza existente en nuestro país.Desde 2014, con motivo de su 40 aniversario, el Movimiento Antorchista convocó a todos los mexicanos a luchar por un país mejor en donde la riqueza social se distribuya, se reoriente el gasto social realizado por el gobierno hacia las capas más desprotegidas mediante la dotación de obras y servicios indispensables para una vida digna: vivienda, educación, salud, recreación; creación de empleos suficientes y bien remunerados y la implementación de una política fiscal progresiva.
Pero eso solamente será posible si los pobres dejamos de ser polvo humano disperso; necesitamos unirnos y consolidarnos en un frente único capaz de enfrentar con éxito los desaires de quien hoy se siente todopoderoso y dueño del país; la indiferencia y desprecio del presidente de la república hacia millones de mexicanos que carecen de alimento, que se quedaron sin empleo, que perdieron sus pocas pertenencias con las inundaciones, debe indignarnos e inconformarnos; por eso, Antorcha convoca a todos los sectores progresistas a impulsar un proyecto nacional que haga crecer la economía e impulse las demandas de todos los sectores, un frente nacional capaz disputar el poder político en las urnas y, por la vía democrática derrotar al gobierno morenista que solamente ha profundizado la desigualdad en el país.
De no hacer esto, seguiremos padeciendo una desgracia sobre otra como las que hoy vivimos los yucatecos, seguiremos presenciando desastres humanos y oyendo las promesas, más falsas aún, de políticos arribistas que viven de engañar al pueblo, mientras se gastan sin cargo de consciencia el dinero de los impuestos, en tanto el pueblo se muere de hambre.
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