El 27 de noviembre del año pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) hizo público en su popular "mañanera” la firma de cuatro decretos para aplicar estímulos fiscales tanto en la frontera Norte como en la frontera Sur. De esta forma, el programa de la zona libre de la frontera norte se amplió hasta el 31 de diciembre de 2024; y, anunció con "bombo y platillo” que en la frontera sur también se aplicarían estímulos fiscales a partir de enero de este año. Donde, por ejemplo, Chetumal, Quintana Roo, volvería a ser zona franca.
Pero, ¿qué es zona libre? Es un régimen económico aduanero que se implementó en nuestro país en forma "sui generis&rdquo, distinta del concepto que impera en el campo aduanero internacional, en el cual todas las mercancías que se importan se encuentran exentas del pago de impuesto. Esta "zona libre” es una faja de territorio nacional (20 km aproximadamente partiendo de la línea fronteriza), que comprende toda la frontera norte y ahora, también la frontera sur.
Según el presidente, el decreto de la frontera sur mejorará los ingresos, se tendrán más oportunidades y mejores empleos, que se reflejará en los niveles de bienestar para 22 municipios de la zona fronteriza de los estados de Quintana Roo, Campeche, Tabasco y Chiapas, que recibirán estímulos fiscales como la reducción del Impuesto Sobre la Renta (ISR) del 30 al 20 por ciento, del Impuesto al Valor Agregado (IVA), del 16 al 8 por ciento, y homologación del precio de los combustibles con los países vecinos a través de ajustes del Impuesto Especial de Productos y Servicios (IEPS).
El Decreto salió publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el día 30 de diciembre de 2020 donde se resalta lo siguiente: "los beneficios establecidos en el presente Decreto buscan mejorar y reactivar la economía doméstica regional y de esta manera, elevar los ingresos con motivo de una mayor actividad; multiplicar el número de empleos; mejorar el bienestar general de la población; atraer al turismo al ofrecer amplia diversidad de servicios y productos de alta calidad; crear condiciones y medios efectivos para atraer la inversión y con ello generar riqueza y bienestar para la población; dar respuesta a la creciente inmigración desarrollando una nueva política económica para la frontera sur, con visión de futuro basada en lograr una economía con fundamento en el conocimiento y, por ende, incrementar la recaudación fiscal”.
Los antecedentes histórico-jurídico nos indican que Chetumal ya fue zona franca del 9 de mayo de 1934 a 1993 pero dejó de serlo cuando el impuesto se unifica con el del resto del país. Durante ese tiempo, la zona libre, se convirtió en un foco de contrabando de mercancías hacia el resto del país, pues los residentes de la zona se dedicaron a la venta de tipo suntuario, "ad-hoc” para el contrabando, en vez de crear industrias que beneficiaran a los habitantes de la zona. Esto explica que Chetumal, si bien es cierto, tuvo avances, sigue siendo una ciudad relativamente pequeña y económicamente atrasada con respecto al norte del estado, donde la economía se ha desarrollado más aceleradamente. Es decir, las autoridades y los dueños del dinero, no impulsaron la creación de industrias y comercios permanentes que trajeran mejores condiciones de vida para la clase trabajadora, al contrario, se llevaron todo lo que pudieron, explotaron esta bella zona, acabando con lo que encontraban a su paso, por ejemplo, con ¡las maderas preciosas y el "árbol de chicle”! después se fueron, dejando pobreza y desolación.
Ahora que no solo Chetumal sino toda la frontera sur se convierte en zona franca, no debe ocurrir lo mismo que antes, es momento de exigir a las autoridades y a los empresarios que realmente se impulse una actividad económica-financiera permanente y no capitales "golondrinas” que ingresan y egresan de un país a otro buscando mayores rentas. Que haya una actividad económica, que beneficie a los inversionistas, también, esté pensada en mejorar las condiciones de vida de todos los ciudadanos, pero, sobre todo, de los que menos tienen. Que se tomen medidas para estructurar un plan concreto de desarrollo en esas áreas territoriales que justifique ser zona libre. De otra manera, será una vez más, una medida de carácter político-electoral, que está aprovechando el gobierno de López Obrador para ganar votos y no para mejorar la economía del sur del país. Vale.
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