En Chiapas, más de un millón de habitantes enfrentan dificultades para acceder a atención médica adecuada, especialmente en las zonas rurales, donde las condiciones geográficas, la distancia y la falta de recursos complican la prestación de servicios. Esta situación se agudizó durante y después de la pandemia de covid-19, cuando se registraron miles de muertes.
La escasez de servicios, medicamentos y especialistas ha convertido la atención médica en Chiapas en un desafío diario que pone en riesgo la vida y la dignidad de millones de personas.
Chiapas y Oaxaca destacaron como los estados con menor cobertura de vacunación y mayores carencias en la atención médica, debido a la falta de espacios, insumos y medicamentos necesarios para enfrentar la enfermedad.
En muchas comunidades indígenas tampoco se aplicaron las vacunas, en parte por la falta de intérpretes, el difícil acceso y los conflictos ideológicos que generaron resistencia entre los grupos vulnerables.
El sistema de salud en Chiapas —tanto federal (IMSS, Issste) como estatal— es considerado uno de los peores del país. Se caracteriza por la escasez de servicios básicos, la falta de médicos especialistas, medicamentos, camas y quirófanos adecuados.
Aunque el gobierno federal había exigido a los estados una partida presupuestaria para el sector salud, posteriormente centralizó los gastos tras diversos señalamientos por corrupción. Esta medida, si bien buscaba mayor control, ha dificultado aún más la llegada oportuna de insumos médicos.
Chiapas cuenta con 21 mil 157 comunidades, de las cuales solo 206 son urbanas. Con el 51 % de la población viviendo en zonas rurales, brindar atención médica adecuada representa un enorme desafío. Los trabajadores del sector han advertido que la situación del acceso a la salud en el estado es crítica y requiere acciones urgentes y coordinadas.
Sólo con un compromiso serio por parte de las autoridades se podrá garantizar el derecho a la salud y el bienestar de todos los chiapanecos.
La escasez de insumos médicos en hospitales y centros de salud especializados representa un riesgo constante, tanto para los trabajadores del sector como para los pacientes. Hay hospitales en los que ni siquiera se cuenta con medicamentos esenciales para aliviar un dolor de cabeza, lo cual compromete seriamente la calidad de la atención.
Este deterioro no se limita a administraciones pasadas, como las del partido tricolor. Desde hace más de nueve años, el sistema de salud en Chiapas no ha mostrado verdadera funcionalidad. Diversos señalamientos de presuntos desvíos millonarios apuntan a funcionarios actualmente protegidos por el fuero institucional.
Programas recientes, como IMSS-Bienestar, tampoco ofrecen servicios especializados ni garantizan el abasto de medicamentos. En muchas zonas rurales, los centros de salud deben emitir reportes para solicitar atención o insumos, pero en la mayoría de los casos no reciben respuesta o no obtienen lo solicitado.
Los pacientes con enfermedades crónicas son quienes más sufren el rezago en la atención médica, debido a múltiples barreras que limitan tanto el acceso como la calidad del servicio. Las citas para este tipo de pacientes se ven afectadas por la saturación del sistema, lo que provoca largos periodos de espera entre consultas.
Especialistas coinciden en que se requiere mejorar con urgencia la capacidad y eficiencia del sistema de salud en Chiapas, para asegurar una atención oportuna y continua a quienes más lo necesitan.
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