A un mes de la espantosa tragedia suscitada en la línea 12 del Metro el pasado 3 de mayo, en la que perdieron la vida 26 personas y hubo decenas de heridos, no hay culpables, no hay nada, solo la callada por respuesta a todas las familias de las víctimas mortales que lloran hoy por sus familiares, que no debían morir por culpa de la ineptitud, la corrupción y la falta de revisión periódica a las líneas de este servicio masivo.
Ya no queda lugar a dudas que las autoridades de gobierno, desde el más alto mando presidido por Andrés Manuel López Obrador y seguidas por la mandataria capitalina Claudia Sheinbaum solo esconden los resultados de los peritajes que anunciaron se harían y cuyos resultados ya deberían de haber sido dados a conocer a la ciudadanía.
Y sobre todo se ha visto la falta de solidaridad y empatía con todas las familias lastimadas por la tragedia, que sacudió no solo a la capital del país sino a todo México, que se vio reflejado en el dolor de sus compatriotas que ahora sufren la pérdida irreparable de un ser querido, aquel que venía seguramente de vuelta de una jornada más de trabajo, y solo quería llegar a su hogar para descansar y poder asistir al siguiente día a su trabajo para ganarse el sustento de su hogar.
Al parecer, lo menos que quiere este gobierno actual es conocer las causas exactas de este siniestro en la Línea Dorada, que desde su creación sabían que estaba enferma y ya se había alertado sobre todas sus fallas y no se hizo nada. Recordemos que la mayoría obradorista formada por Morena y el PVEM en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, ha impedido la creación de una comisión especial que investigue la causas del accidente y se opone a que el exjefe de Gobierno de la capital, Marcelo Ebrard, sea citado a comparecer ante ese órgano para explicar lo ocurrido, así como la Directora del Metro, Florencia Serranía.
Por su parte López Obrador lo único que hizo es decretar un duelo nacional y enviar condolencias a los deudos, por lo que los cuestionamientos de los reporteros no se hicieron esperar, puesto que es de llamar la atención tanta indolencia del señor ante esta tragedia, y solo responde: “No es ese mi estilo, eso tiene que ver más con lo espectacular y con lo que se hacía antes. Esto no es de irse a tomar fotos, al carajo ese estilo demagógico e hipócrita. Tiene que ver con el conservadurismo”, como si fuera cuestión de buen o mal estilo el tener a capacidad de sentir el dolor ajeno.
Mientras tanto, sabemos que en sus años de operación, el viaducto elevado de la Línea 12 del Metro debió ser sometido, al menos, a 12 revisiones exhaustivas que incluyeran radiografías, ultrasonidos y técnicas como detección de fallas no visibles por medio de líquidos de penetración en las estructuras, ya que todo ello está perfectamente establecido en los manuales de mantenimiento de la Línea Dorada.
Por lo que queda claro que esta tragedia es causada por el descuido, por la falta de interés a los servicios que le sirven al pueblo pobre, porque las autoridades de gobierno prefieren gastarse los recursos que todos aportamos con nuestros impuestos para llenar las arcas nacionales, en cosas banales como las obras faraónicas del señor López, así que los culpables son ellos, quienes tienen en sus manos las riendas de la nación. ¿A dónde vamos a ir parar?
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