MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

ENTREVISTA | Ya estamos cansados de vivir con miedo

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El reloj marca las cuatro de la mañana. En las calles de la colonia Nueva España, en Amozoc, el bullicio de los autos se mezcla con el murmullo de los vecinos que, antes de salir a trabajar, echan un vistazo a la calle para asegurarse de que no haya “movimiento raro”. Es un reflejo cotidiano del miedo que se ha instalado entre los poblanos y en el municipio. En medio de esta realidad, conversé con don José Martínez, un obrero de 48 años que ha vivido toda su vida en Amozoc y que, como muchos, ya está harto de la inseguridad que azota al estado y al país.

—Don José, ¿cómo describiría la inseguridad que se vive en Puebla?

—Mire, joven, esto ya se salió de control. Antes uno podía salir a trabajar con confianza, pero ahora ni de día ni de noche estamos seguros. En el municipio  se escuchan balaceras, asaltan rutas, entran a las casas… y la policía, pues, brilla por su ausencia. No es exageración, es la realidad que vivimos todos los días.

—¿Las autoridades están haciendo lo suficiente para resolver este problema?

—La verdad, no. Yo pienso que no les interesa, o simplemente no les alcanza la voluntad. Vienen, prometen, dan discursos bonitos, pero el pueblo sigue igual. Si de verdad quisieran ayudarnos, pondrían trabajo, educación y justicia para todos. Pero no, sólo se acuerdan de nosotros cuando necesitan votos.

—¿Qué siente la gente común ante esta situación? ¿Cómo se vive el día a día?

—Hay miedo, desconfianza y mucho coraje. Uno ya no vive tranquilo. Los jóvenes ya no pueden caminar sin que los molesten; las madres tienen que acompañar a sus hijos hasta la escuela porque no se sabe quién anda rondando. Y lo más triste es que ya nos acostumbramos a vivir así, como si fuera normal tener miedo.

—¿Qué piensa cuando escucha que todo se resolverá con más patrullas o más policías?

—Eso no sirve si no cambia el sistema. Porque el problema no es solo la delincuencia, sino la pobreza y la falta de oportunidades. Muchos jóvenes se van por el mal camino porque no hay empleo digno ni educación de calidad. Entonces, ¿de qué sirve poner más policías si el origen del problema sigue ahí? Es como ponerle una curita a una herida abierta.

—¿Qué cree usted que debería hacerse para lograr un verdadero cambio?

Primero, que se escuche al pueblo. Que se cambie este sistema que sólo beneficia a los ricos y deja al trabajador en la miseria. Un cambio real tiene que venir desde abajo, con organización, con conciencia. Si seguimos viviendo bajo este sistema injusto, nunca va a haber seguridad, ni paz, ni futuro para nuestros hijos.

—¿Tiene esperanza de que las cosas mejoren?

Sí, claro que sí, pero no solas. El cambio va a llegar cuando el pueblo despierte, cuando nos unamos y exijamos lo que nos pertenece: justicia, trabajo, seguridad y dignidad. No basta con quejarse, hay que luchar. Y eso, tarde o temprano, va a pasar. Porque el pueblo ya está cansado de vivir con miedo, y cuando el pueblo se cansa, hace historia.

La entrevista termina, pero las palabras de don José siguen resonando. Puebla, como todo México, vive una crisis de inseguridad que no se resolverá con promesas vacías, sino con un cambio profundo en el sistema social que hoy mantiene al pueblo en el abandono.

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