El presidente tiene razones para estar contento al iniciar su cuarto año de gobierno. La retórica mañanera le ha funcionado. ¿Por cuánto tiempo más? No hay consenso entre los expertos si le durará todo el sexenio o la realidad terminará por alcanzarlo entre la opinión pública. Lo que sí se puede anticipar es que como van las cosas, igual sale muy bien en popularidad en 2024, pero México quedará destrozado.
Tenemos un país en condiciones inferiores a las que inició esta administración. Esta afirmación será refutada hasta la saciedad, afirmando que la 4T ha logrado resultados nunca antes alcanzados en tres años de gobierno, pero la realidad es que tenemos un alto índice de desempleo, no hemos logrado recuperar el empleo perdido en estos años de pandemia, lejos de eso ha aumentado el número de pobres; nuestro sistema educativo presenta fuertes deficiencias, el sistema de salud está quebrantado y es innegable el aumento de víctimas de la inseguridad que va en ascenso.
Lo que sí ha logrado la 4T es la militarización del país mediante el gran despliegue de las fuerzas armadas y la guardia nacional, que han asumido tareas en prácticamente todos los ámbitos de la administración pública; desde acciones de vigilancia, reparto de medicamentos, construcción de obras y hasta la administración de los bienes nacionales.
Vemos, además, como ha sido constante el golpeteo y acoso a las instituciones públicas del país que no ha logrado someter a su férula, entre otras el INE, el Inegi, la UNAM, el INAI, entre los casos más conocidos. Otro tanto pasa con la represión a quienes difieren de sus puntos de vista o de sus dichos, desde funcionarios de su mismo gabinete, algunos de los cuales han tenido que renunciar; los medios de comunicación, grupos sociales como los feministas, campesinos, organizaciones sociales, etc.
Estos factores; el abuso del poder presidencial, la militarización del país, la represión a toda oposición; están llevando a la muerte de la democracia en México y a la implantación de una dictadura como nunca antes ha existido en México.
AMLO podrá presumir su alta popularidad, llenar la plaza del Zócalo con simpatizantes o regodearse en el entusiasmo de quienes lo alzan en hombros, pero rubro tras rubro su gobierno en su discurso, el presidente solo presentó promesas y afirmaciones falsas o engañosas que contrastan con la realidad que vivimos los mexicanos.
En economía el PIB se derrumbó en 8.3 por ciento (2020-2021), en buena medida como resultado de la pandemia y aunque en el rebote económico postpandémico llegó a alcanzar una recuperación de -5 por ciento al principio en agosto, fue efímero y comenzó una vez más a contraerse. El primer año de gobierno de López Obrador el crecimiento económico fue de 0.05 por ciento, una pérdida de 2.14 por ciento menor a lo que dejó Peña Nieto a finales de 2018. El año pasado llevó a un crecimiento de -8.23 por ciento, y aun si se creciera este año a 6 por ciento, como promete el Presidente, el resultado será de -2.23 por ciento. Sin embargo, el Banco de México, echó un balde de agua helada al optimismo presidencial al otro día del informe de AMLO y ajustó a la baja su proyección de crecimiento del PIB para este año, de 6.2 a 5.4%.
Pero aun si se alcanzara ese 6%, sería insuficiente para revertir la contracción de la economía en este 2021, y en ello coinciden varios especialistas en economía del sector privado y público, que además presagian que cerraremos el año con una inflación del 7.3%, la más alta en los últimos 20 años; deteriorando el ingreso y las condiciones de vida de los mexicanos, a pesar de que el salario mínimo ha aumentado dos veces.
Cerraremos 2021 con márgenes que rondan el 7.0 por ciento de inflación (7.3), la más alta en las últimas dos décadas. Se ha deteriorado el ingreso de los mexicanos, aunque el salario mínimo ha aumentado en dos ocasiones. Igualmente, las condiciones de bienestar han venido en descenso.
Lo afirmado por AMLO con respecto a la pobreza, de que “el incremento al salario mínimo ha sido del 65%… hemos recuperado un millón 395 mil empleos…se han creado 320 mil puestos adicionales…la cifra más alta de la historia en cuanto a empleo formal con 20 millones 933 mil trabajadores registrados, inscritos, en el Instituto Mexicano del Seguro Social y con un salario promedio, también inédito, de 13 mil pesos mensuales” es engañosa.
Según el informe de Coneval, presentado apenas en agosto de este año, la pobreza en México aumentó en 2 puntos porcentuales, lo que significa que el número de personas en pobreza creció de 51.9 a 55.7 millones y en pobreza extrema pasaron de 8.7 a 10.8 millones. En general el ingreso per cápita de las fuentes de ingreso familiar cayeron en 6.9% a pesar de todas las transferencias monetarias de las que presume el presidente.
Pero hay otros datos que desmienten a López Obrador. El alza de la inflación elevó la cantidad de gente a la que no le alcanza para comprar lo más básico; el indicador de pobreza laboral en marzo de 2020 era de 36.6% y para este último trimestre de 2021 el Coneval lo ubica en 40.7%.
También la cantidad de personas que declaran tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas; es decir la población subocupada pasó de 5.1 millones en 2020 a 6.2 millones para 2021. El número de mexicanos que sobreviven de un empleo informal o carecen de seguridad social se mantiene en 31.3 millones y finalmente, la población desocupada es del 3.9%, esto es, 2.3 millones de mexicanos no cuentan con empleo de ningún tipo.
Sin duda, la falta de pericia para atender la pandemia, la cancelación de obras, la reducción del presupuesto para el gasto social para dirigirlo a las obras faraónicas del capricho del presidente está llevando a México a la ruina.
Salud, seguridad, transparencia, democracia, respeto a la libertad de opinión y otros aspectos que abordaremos en una segunda parte; no escapan a este desastre provocado por AMLO y su mal llamada 4T. Lo único que queda claro es que, a la mayoría de los mexicanos, solo nos queda la salida de aprender a distinguir a los falsos mesías, construir una organización auténtica del pueblo y sacudirnos ese lastre de políticos demagogos.
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