Hace unos días, el subsecretario de Integración y Desarrollo de Salud, Eduardo Clark, anunció que se emitió el fallo de la licitación para la compra de medicamentos e insumos para los próximos dos años, con lo que se pretende que, a más tardar, en dos meses se resolverá en definitiva el desabasto de medicamentos en centros de salud y hospitales en todo el país. El funcionario señaló que se tienen adjudicadas tres mil 649 mil millones de piezas de medicamentos, en los que se invirtieron 213 millones de pesos.
El tiempo vino a demostrar que esta como todas sus suntuosas obras, han sido un capricho que nos han salido muy caro a los mexicanos
Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum, comentó que la Mega Farmacia localizada en Huehuetoca, Estado de México, sufrirá un cambio en sus operaciones, ya que dejará de ser un centro de almacenamiento a nivel nacional para ahora solo dedicarse únicamente a la zona centro del país.
Sin embargo, este anuncio “triunfante” que se hace, viene a comprobar lo que, durante todo el sexenio anterior, diversas organizaciones civiles y miles de médicos denunciaron y que se pretendió acallar a través del humo institucional: millones de mexicanos no contaron con sus medicinas para llevar sus tratamientos, entre ellos, de hipertensión, diabetes y cáncer y esto costó muchas vidas humanas. Tampoco debemos olvidar que más de 800 mil personas murieron en México a consecuencia del pésimo manejo de la pandemia de Covid-19 por parte del sector salud. Ambos hechos los muestran como seres irresponsables e insensibles que engañaron a muchos con el cuento de que eran diferentes.
No debemos olvidar que, desde diciembre del 2023, Andrés Manuel López Obrador presumía que su mega farmacia del bienestar ya contaba con todos los medicamentos y que en un plazo de 24 a 48 horas las medicinas podrían llegar a cualquier parte del territorio nacional. La inversión fue de más de 3 mil 600 millones de pesos, pero desde su inauguración se podían apreciar anaqueles vacíos y el tiempo vino a demostrar que esta como todas sus suntuosas obras, han sido un capricho que nos han salido muy caro a los mexicanos.
Todavía, a unos días de terminar su sexenio, en su último informe de gobierno, AMLO dijo que dejaba un sistema de salud mejor que el de Dinamarca y que, por tanto, cumplía una más de las principales promesas de campaña y aseguró que se programa IMSS-Bienestar era ya una realidad y que era el más eficaz del mundo. Lamentablemente la ignorancia y el oportunismo de un sector importante de la población se tragó esta y muchas otras mentiras que poco a poco han ido saliendo a la luz pública.
Diferentes medios de comunicación han dado cuenta de las protestas de los médicos en diferentes entidades federativas para denunciar las graves carencias que van desde la falta de insumos, medicamentos, material de laboratorio y hasta agua potable y energía eléctrica en sus hospitales. Por ejemplo, en el estado de Oaxaca, en el Hospital Civil Aurelio Valdivieso y en el hospital de la Niñez Oaxaqueña Doctor Guillermo Zárate Mijangos. Mientras que en Puebla son cuatro los hospitales que no cuentan con los recursos para atender a los pacientes. En todos los casos se han tenido que suspender cirugías ante la falta de insumos y no debemos dudar que, como estos, son decenas las instituciones de salud que están prácticamente abandonadas y sin inversión por parte del gobierno federal. Mientras que el morenismo gasta millones de pesos para festejar los 100 días de gobierno de su presidenta, miles de niños y adultos sufren un impacto directo y grave por no contar con sus medicamentos oncológicos.
Y para colmo, hoy se sabe que, la tan cacaraqueada compra de medicinas, solo adjudica un 73 por ciento del total de medicamentos que se necesitan. Esto quiere decir que, en caso de ser cierto el anuncio por parte del gobierno, de todas formas, continuarán faltando una cuarta parte de los medicamentos y no hay fecha de cuando se surtirán. De tal manera que, aun no es momento de echar las campanas a volar. El sistema de salud en México sigue en pésimas condiciones y los remedios no han servido, por lo que ahora está más grave. Contar con servicios eficientes, de calidad y que garanticen una atención de excelencia solo se alcanzará cuando el pueblo educado y organizado tome las riendas de este país en sus manos.
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