Desde el inicio de esta nueva administración municipal en Bacalar, que por segunda vez consecutiva, preside el Prof. Alexander Zetina Aguiluz, emanado del desaparecido partido Nueva Alianza; el Movimiento Antorchista, como siempre lo hace, año con año, entrega un pliego petitorio donde se describen las necesidades más elementales de los antorchistas bacalarenses. En esta ocasión, los funcionarios municipales recibieron el documento de mala manera, con gestos y comentarios agrios que eran anuncio claro de lo que se venía más adelante. Con todo, se hicieron cargo del documento y ofrecieron examinarlo y dar posteriormente una respuesta.
Sin embargo, ya pasaron nueve meses de la segunda administración de Zetina Aguiluz y no hay respuesta a ninguna de las necesidades planteadas en el pliego petitorio. Los antorchistas, siempre de manera mesurada y respetuosa, encabezados por su dirigente municipal, Verónica Pat Hoil, se apersonaron varias veces en las oficinas del munícipe en demanda de la respuesta prometida. El Secretario del Ayuntamiento -que es el funcionario de más alto nivel que ha atendido a los antorchistas-, solo se limita a decir: "el presidente está delicado de salud y no los puede atender", el presidente está en una reunión "importante" fuera del estado y no le es posible atenderlos, entre otras falacias. Cuando ya no pudieron seguir maniobrando con sus embustes y plazos, desconocieron de plano el compromiso de buscar solución a las demandas planteadas, argumentando que, en Bacalar van a gobernar de acuerdo con la línea del Presidente de la República que ordena no tratar ningún asunto, de la naturaleza que sea, con organizaciones sociales, sino que atenderán solo las peticiones presentadas a título individual. Tan arbitraria como ilegal respuesta fue rechazada, naturalmente, por los antorchistas, que no les quedó otro camino que iniciar con la protesta pública para exigir que las necesidades de las colonias y comunidades que representan, sean atendidas por la autoridad municipal. Pero lejos de escuchar y buscar alternativas de solución a las demandas, simplemente hay puertas cerradas en el ayuntamiento, apostando a la desesperación y desgaste físico de los campesinos, amas de casa y colonos antorchistas.
El Presidente no se ha atrevido a declarar, hasta hoy, que no escuchará ni atenderá esas demandas, ni tampoco que deben presentarse "individualmente", lo que sería absurdo puesto que, por su propia naturaleza, son de índole colectiva, es decir, atañe a toda o a una buena parte de la comunidad y, por tanto, es ésta la que puede y debe presentarlas y defenderlas ante la autoridad competente. Y para eso tiene que estar organizada (aunque sea temporalmente) y elegir libremente a sus voceros y representantes. Como lo han hecho ya, desde hace varios años, los miles de antorchistas de Bacalar.
En una entrevista hecha a Zetina Aguiluz por un diario de circulación local, después de un mitin realizado por los antorchistas, el día 26 de junio frente a palacio municipal, donde por cierto, nadie salió a atender a los manifestantes.
éste declara: "serán atendidas sus demandas, todo es cuestión de tiempo, lo que falta es mayor recurso económico para avanzar más rápido". Si esto es así, ¿Por qué no recibe a los antorchistas y les dice a cuánto tiempo se refiere? Los antorchistas son gente que sabe razonar, saben escuchar, por lo tanto, si el "tiempo" no es muy largo, sabrán esperar para la solución de sus demandas.
Pero la declaración del señor presidente, la hace de forma maniobrera y demagoga porque en seguida dice: "en cuanto a la demanda de los antorchistas, en su momento se le comentó a su líder que fomentar un asentamiento humano más allá de la zona conurbada de la ciudad era destinarlo a la carencia de los servicios". Entonces ¿Cómo quedamos presidente? ¿Serán atendidas o no las demandas de los antorchistas? No dice nada en torno a la solución de las demandas de las comunidades rurales. Solo se refiere de manera despectiva, a la colonia que, recientemente, Antorcha formó en Bacalar para apoyar a un centenar de personas que no tenían donde vivir y que, hoy tiene notables avances, gracias a la incansable labor de gestoría del Movimiento Antorchista estatal y nacional y sus diputados federales. Nada de lo que tiene hoy la colonia es apoyo municipal, sino, del programa federal, Ramo 23; que el actual gobierno de México encabezado por Andrés Manuel López Obrador erróneamente ordenó desaparecer.
A manera de información para los posibles lectores de esta colaboración, diré que la colonia Unidad Antorchista de Bacalar no es una invasión como las mismas autoridades han difundido, el predio fue adquirido de manera legal al propietario y el cambio de tierras de uso común a asentamiento humano ya se realizó y, además, se encuentra dentro de la zona de crecimiento de la ciudad de Bacalar. Por lo que el ayuntamiento municipal, tiene la obligación, como lo marca la constitución, de dotar a éste y otros asentamientos humanos de las obras y servicios que garanticen sus derechos humanos pero no lo hace, simple y llanamente porque no le interesa.
Compañeros de Bacalar, ante la clara cerrazón del ayuntamiento municipal y la nula respuesta de solución a las justas demandas, preparémonos para una larga lucha. Antorcha, nuevamente, los sabrá llevar a puerto seguro. Recuerden que no están solos, que todos los antorchistas de Quintana Roo y del país los respaldamos. Vale.
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