¿Verdad que sería lindo que, después de una jornada extenuante de trabajo, el tiempo alcanzara para levantar la vista, y con el aire golpeando el rostro soñar en un mundo mejor? Pero la rutina, y el tiempo que se dedica para llevar ingreso a los hogares hace que caminemos como autómatas. Desde ir en el transporte público, dormitando, cabizbajos, rendidos por la extenuante jornada.
En el campo las cosas no son mejores, el rudo trabajo y la miseria que es más que evidente en los hogares indígenas y campesinos, no permiten ni contemplar la naturaleza que se ofrece en todo su esplendor. No en balde entre los países de la OCDE los mexicanos trabajan 2137 horas al año, 407 más que el promedio. Porque en nuestro país, el incipiente sistema productivo que usa tecnología y procesos del siglo anterior, más la avaricia desmedida del empresario hacen que no sólo sean extenuantes las horas trabajadas, sino que son riesgosas, precarias y estresantes. El trabajador vive para trabajar, los días son grises, el colorido de la vida pasa desapercibido para aquellos que son vistos como un insumo más dentro de la producción.
¿Qué puede hacer una clase trabajadora que paga altas cuotas de su vida, porque para el sistema es sólo una pieza reemplazable? Que va dando tumbos, porque por un lado, el espanto de una pandemia que atrapó y devoró sin piedad cual monstruo apocalíptico a la clase trabajadora. Y no hay tregua en la espiral inflacionista que prevalece de forma global y que en México hace estragos porque las autoridades son improvisadas y poco le interesa lo que suceda con las masas vulnerables, que no le importó dejar a la gente a su suerte, y por tanto otras cuestiones impostergables como alimentar el espíritu son un lujo extravagante si en los hechos dejaron que la gente muriera de hambre fisiológica.
¿Y entonces, estará todo perdido? No, porque cuando hay oscuridad los pequeños destellos pueden alumbrar más, y por ello no puede dejar de ser más significativo y trascendental, que el Movimiento Antorchista Nacional presente en uno de los mejores teatros del país el VI Concurso de Folclor Internacional. Sublime, emocionante es que los jovencitos participantes, con sus propios recursos, invirtiendo horas de ensayo sin descuidar sus estudios, quitándole horas al sueño, participen activamente en tan hermosa actividad. Y cobra más relevancia porque mientras el gobierno por omisión o intención conduce a la juventud a los brazos de la delincuencia, la resistencia del pueblo organizado y educado no los suelta de la mano y los lleva a elevar el espíritu sobre el fango de la violencia.
El teatro Macedonio Alcalá estará de fiesta, con el colorido y una juventud que desborda un verdadero manjar de arte, será una magnífica oportunidad de apreciar la cultura de diversos países del mundo. La cultura nos da identidad, pero igual nos hermana, nos une, nos quita los prejuicios que hacemos de otros lugares del mundo, y que solo nos dividen. Tal vez porque el país vecino del norte nos impone su propia visión vemos con desdén y con desconfianza a los otros pueblos, por ello el festival del folclor es un festival de hermanos.
Pero lo más importante, cuando el arte y las expresiones culturales se han mercantilizado y solo acceden a estas la clase privilegiada, el público del Concurso de Folclor Internacional es el pueblo trabajador, las amas de casa, campesinos, y estudiantes son los principales invitados.
Los jóvenes nos mostrarán en esta ocasión el folclor de Argentina, Siria, China, Nicaragua, Chile, Colombia, entre otros. Mención especial son tres jóvenes de la sierra nororiental del estado de Puebla, Zaori Yazmin Hilario Santiago, Angeli Gabriel Aguilar Parra, Diego Armando Santiago Jiménez quien participará en el ballet estatal con bailes alusivos a Nigeria. Máscaras, tambores y danza nos trasladarán del sufrimiento del continente africano a la lucha de un pueblo que no aceptó la esclavitud como condición normal del hombre. Porque al final de cuentas el festival del folclor es un bálsamo a las heridas abiertas, un alimento preciado en estos tiempos difíciles que nos invita a soñar en un mundo mejor.
La cita es este 23 de octubre, felicitaciones a los más de 950 artistas participantes y desde luego a los organizadores que, venciendo los obstáculos económicos y gubernamentales, por sexto año ponen un ladrillo más en la construcción de un andamiaje sólido para el pueblo.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario