Desde hace varias semanas ya, el gobierno municipal de la morenista Claudia Rivera Vivanco ha emprendido una feroz cruzada en contra de los comerciantes ambulantes para, por todos los medios a su alcance, obligarlos a desistir de que continúen comercializando sus mercancías en las principales calles del Centro Histórico. Las tácticas han ido desde "mesas de diálogo" hasta demandas a organizaciones que, por distintos motivos, no se someten a su voluntad, así como el linchamiento mediático.
Ahora, el Gobierno del Estado, en manos del también morenista, Luis Miguel Barbosa Huerta, se ha sumado a esta campaña en la que, mediáticamente, se sataniza y estigmatiza a quienes en el ambulante- buscan una forma honrada de llevar el sustento diario a sus hogares para alimentar a sus familias.
En días recientes se desató un grave conflicto entre dos organizaciones que se disputan el control de espacios para sus agremiados, sin embargo, esto trajo como consecuencia que salieran a la luz otro tipo de aspectos a considerar, mismos que, aclaro oportunamente a mis posibles lectores, no es mi facultad calificar ni sentenciar, eso lo dejo a las autoridades competentes; sólo utilizo el hecho como un referente para contextualizarnos.
Pues bien, a raíz de dicho conflicto, ambos gobiernos de Morena, se han lanzado con afirmaciones que generalizan y, por tanto, se cometen algunos atropellos, pues afirman que quienes dirigen organizaciones de comercios ambulantes son personas involucradas con secuestradores, narcomenudistas y asaltantes, quienes utilizan a los comerciantes para escudarse de sus fechorías y que las organizaciones se benefician del ejercicio libre de trabajadores y los utilizan para cuestiones de todo tipo.
Repito, no es mi intención enjuiciar ni mucho menos. Lo que sí quiero expresar es que, tanto el gobierno municipal como el Gobierno del Estado se enfocan sólo en una de las diversas manifestaciones de un fenómeno aún mayor y que pasan por alto: el desempleo. El mismo gobernador sostiene que quienes se dedican a actividades ilícitas utilizan el comercio informal para camuflarse y actuar impunemente.
Aquí viene la navaja en el pan. Cualquiera podría afirmar, a simple vista y de forma superficial, que la solución es quitar de las calles a los ambulantes, desaparecerlos, pero volvemos al atropello en las generalidades, entonces ¿cómo saber quiénes verdaderamente son vendedores ambulantes y quiénes delincuentes? Una opción viable es que las autoridades gubernamentales se ocupen en atender de raíz el verdadero problema, es decir, el desempleo. Ante la falta de empleos formales, la gente busca opciones para mantener a sus familias y, muchas veces, lo hacen vendiendo cualquier producto que les sea fácil comercializar en las calles y les deje una ganancia, por mínima que sea, para poder sobrevivir y no morir de hambre.
Antes de la crisis en el mercado laboral causada por la pandemia, 1.7 millones de mexicanos se ganaban la vida con la venta de productos en las calles del país y de acuerdo con el portal Data México de la Secretaría de Economía, que retoma datos del Inegi-, ha existido un crecimiento sostenido en la cantidad de vendedores ambulantes desde el último trimestre de 2018, lo que refleja que, en 15 meses, 233 mil mexicanos se sumaron al comercio en la vía pública.
Por cierto, más de la mitad (56 por ciento) de la fuerza laboral ocupada en la venta de productos en las calles está conformada por mujeres cuyo ingreso promedio al mes (dos mil 460 pesos) es menor al de los hombres (tres mil 640 pesos) y la cifra de vendedores ambulantes crece anualmente, informan los registros de la plataforma Data México.
En mayo de este año, 1.9 millones de personas se sumaron al sector informal, con lo que la tasa subió a 51.8 por ciento de la población ocupada, según la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empelo (ETOE) del Inegi. De estos, 115 mil son poblanos que se sumaron al cierre del primer trimestre de este año, lo que ubicó a Puebla como el cuarto estado con mayor número de trabajadores dedicados a esta actividad económica.
En los tres primeros meses de 2020, la fuerza de comerciantes que generalmente se encuentran en la vía pública aumentó 0.87 por ciento en comparación a los 114 mil que se tenían registrados en el mismo periodo del año pasado, quienes alcanzaron un ingreso menor a los dos mil 170 pesos mensuales.
De acuerdo con las cifras de Data México, los vendedores ambulantes representan el 4 por ciento de la Población Económicamente Activa en la entidad poblana, es decir, forman parte de la economía sin tener un negocio fijo para la venta de mercancías y por lo general, carecen de prestaciones laborales y tampoco pagan impuestos.
Asimismo, en el primer trimestre de 2020, la población económicamente activa representó 2 millones 930 mil poblanos, mientras que la fuerza laboral ocupada representó 2 millones 850 mil personas. En Puebla hay más vendedores ambulantes que profesores y especialistas en docencia. La cifra en esta actividad al primer trimestre de este año fue de 92 mil 900 personas; mientras que en áreas médicas y especialistas en salud se encontraban 35 mil trabajadores y apenas tres mil 350 estaban ocupados en las fuerzas armadas.
Como vemos, para acabar con los delincuentes que operan al amparo del comercio informal, es necesario acabar con el ambulantaje y para ello se requiere una política bien razonada y planeada de creación de empleos. Que es uno de los cuatro ejes que propone implementar el Movimiento Antorchista cuando asuma el poder político de la nación para re direccionar el rumbo y destino de los millones de mexicanos que viven en pobreza y rezago social.
El proyecto de nación del Movimiento Antorchista propone crear empleos suficientes en donde haga falta, es decir, para toda la población económicamente activa; salarios dignos, que estos alcancen para satisfacer las necesidades de las familias y puedan vivir dignamente; reorientación del gasto público, que en los sectores sociales empobrecidos se destinen más recursos, así como salud, educación, vivienda, entre otros y una política fiscal progresiva que implica que quienes tienen más ingresos paguen más impuestos.
Mientras eso no pase, mientras no haya una solución con base científica y una plena identificación de la verdadera causa de los problemas sociales, los gobiernos actuales, como los de Morena, seguirán dando palos de ciego, seguirán dando "mejoralitos" que no resuelven nada y sólo engañan a quienes los dan, mientras Morena siga sin escuchar al verdadero pueblo organizado que sabe dónde le duele y cómo resolverlo, como en el caso del comercio informal, en el fondo, seguirán satanizando el desempleo.
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