Decíamos en la entrega anterior –después de hacer una breve semblanza de nuestro gran compañero “Tacho” y de su comunidad– que el logro más importante fue organizarse con Antorcha Campesina.
Una vez constituidos como antorchistas, el grupo debe formular su pliego de demandas y emprender la lucha: –un largo camino de aprendizaje y consolidación– entrega del pliego petitorio, comisiones de presión, mítines, marchas, plantones, hasta que la autoridad cumpla. Reuniones sistemáticas de información, análisis y discusión sobre qué hacer, reuniones culturales, conferencias, lectura del volante nacional, estatal y del frente, aprender a informarse en los noticieros de radio, televisión, en las redes sociales, compartir la información, solidarizarse con los problemas de otros grupos antorchistas, de otros frentes de lucha, etcétera. Con lo cual cambiar la vida de su pueblo y la suya misma, transformando su conciencia.
El pliego petitorio del grupo antorchista del barrio San Pedro, del municipio de San Jerónimo Xayacatlán, incluye la lucha por el agua potable. El problema del abasto de productos de la canasta básica, en primerísimo lugar el maíz, sobre todo por la escasez que los apremia ese año (1982). Estos productos se encarecen porque para llegar a Barrio de San Pedro, hay que atravesar el rio Tizaac o Acatlán, –que debido a su caudal por las lluvias torrenciales, incomunica por muchos días a la población y a varias personas se las ha llevado– y subir por un camino lleno de baches, que en tiempo de lluvia es imposible transitar.
Por ello, las siguientes demandas son el puente sobre el rio Tizaac, la apertura y pavimentación de caminos y calles, la construcción de las aulas del jardín de niños, la casa de salud, introducción de energía eléctrica, techado de la cancha deportiva, fuentes de trabajo, proyectos productivos, en la región y debido a la pobreza del suelo, dedican tiempo a tejer sombreros de palma, se demanda una planchadora de sombreros, por la escases del maíz una tortillería, entre otros.
Tacho, es nombrado miembro del comité de Antorcha y con sus compañeros continúan su lucha por el agua potable y por el pliego petitorio, pero ahora como antorchistas. La lucha se recrudece, el cacicazgo no está de acuerdo en el avance de las comunidades y se opone, la lucha es cruenta y difícil. Pero ¡los logros se multiplican! Se establece una tienda Conasupo, se construye la caja de agua y se introduce el servicio al 95% de los hogares del Barrio San Pedro, se construye el puente sobre el rio Tizaac, una obra monumental, por su costo y por lo que representó para el pueblo y la región, y un puente peatonal sobre barranca delgada para llegar a la población de Gabino Barreda sin tener que ir hasta Acatlán (la cabecera de distrito).
Se abrieron caminos, se pavimentan más de dos kilómetros, más del 60% de las calles. Se construyen las aulas del jardín de niños, se hace el techado de la cancha, el zócalo de la comunidad con su kiosco, el 100% de las viviendas cuenta ahora con energía eléctrica. Se construye La Inspectoría, la Casa de Salud, una Capilla, entre otras demandas. Lo que transforma la comunidad y la vida de sus habitantes, demostrando la importancia de organizarse y luchar.
Todo esto en 45 años de lucha, pero esta lucha que inició en Barrio San Pedro, Tacho, Cheque y sus compañeros la llevan a todo su municipio y a los municipios de la región. Forman la cooperativa que además de llevar los productos que demanda la región, los abarata y estabiliza el mercado, construyen la planchadora de sombreros, esfuerzo importante y transcendente que enseña a los campesinos la importancia de la tecnología y del valor agregado a sus productos, pero a la vez la competencia con el capital. Establecen una tortillería, y la tienda de abarrotes, un sitio de taxis, todo esto en la cabecera municipal.
Luchan por llevar al pueblo a gobernar, logrando construir el local de la inspectoría de su barrio, mismo que gobiernan, luchan por el poder municipal.
Tacho pasa de ser miembro del comité de Antorcha a ser integrante del pleno municipal, y luego a activista en la región, yendo a otros municipios con su entrega y entusiasmo a dirigir la lucha y acrecentar las filas de la organización.
¡Aquí esta su enseñanza! La lucha porque el pueblo gobierne este país, su entrega a su ideal, a su lucha y a su organización, lo que lo llevó desde los 15 años (casi niño), hasta los 63 a construir un mundo mejor, a cambiar su realidad, transformó su pueblo, y ello lo transformó a él en antorchista, el hombre nuevo que necesita México.
Compañeros antorchistas de Tamaulipas, sigamos luchando, transformando a nuestros pueblos, ejidos y colonias en un México Nuevo y transformándonos en el Mexicano Nuevo que necesita el país. Como Tacho nos lo enseñó con su existencia fructífera. Este será nuestro mejor homenaje.
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