Como si la naturaleza se hubiese puesto de acuerdo por propia cuenta en causarle serias afectaciones y estragos a 623,000 habitantes de 17 municipios del estado de Tabasco, causados por el frente frío y el huracán "Eta” y "Iota&rdquo, dejando en total desamparo a miles de familias humildes, entre ellas mujeres, ancianos, niños indefensos que perdieron bienes materiales y, en el peor de los casos, la vida, aunque a decir verdad muchas veces para los que se quedan sólo se escucha oír lamentos ya que ante una tragedia de tal magnitud ocasionada por cualquier fenómeno natural la parte siempre afectada es el pueblo trabajador como siempre, ya que este ha sido el más olvidado por los gobernantes en turno, sea en tiempos de afectaciones y la mayoría de las veces aunque no haya desastres naturales.
La inundación y el enfoque en las cámaras de videos y noticias, sólo vino a vislumbrar la precaria forma de vida en la que viven nuestros hermanos de Tabasco, pareciera que los medios de comunicación se dan vuelo con el sufrimiento de los afectados, sacando las fotos que más impactan y causando conmoción en la gente, haciendo público y exhibiendo el dolor de los desfavorecidos para colocarse en la cúspide de la noticia, ya que no sólo les basta con que hayan perdido en tan sólo unos minutos un patrimonio hecho de toda la vida de trabajo y esfuerzo, restringiéndose muchas veces en malcomer con tal de ahorrarse unos pesos para construir su casita y que ahora veían con tristeza, nostalgia y melancolía como ese pequeño bien se perdía entre las aguas que lo devoran todo lo que encuentra a su paso, pero, la lucha por la supervivencia apenas comienza, preguntémonos: ¿ahora dónde van a vivir?, ¿qué van a comer?, ¿dónde van a trabajar para obtener algún ingreso y alimentar a la familia?, ya que antes de las inundaciones les costaba mucho esfuerzo por ganarse unos pesos por falta de empleos y ahora que se encontraban en una situación más desfavorable que va a ser de ellos y de sus hijos.
Ante estos panoramas, como siempre sucede, la solidaridad y la ayuda fraterna del pueblo no se hizo esperar, la cual se duele de ver a sus semejantes en desgracia. Sin embargo, ha sido notoria la ausencia en todos los aspectos del señor presidente de la República en el lugar del desastre, sólo se le escucha pregonar desde sus mañaneras -como si estuviera dando un sermón en un pulpito-, el apoyo que dice está brindando a los damnificados, aunque en la realidad no se ven tales apoyos. Habría que preguntarse, ¿cómo es posible que una autoridad de primer nivel sea el causante de esta tragedia? Con tal de que no se inundara Villahermosa prefirió dar la orden de descargar el acumulamiento sobre los pueblos indígenas de Tabasco, sabedor de los estragos que esto iba a ocasionar, no le importó la pérdida de vidas con tal de que la ciudad capital quedara inerme, ¿acaso vale más una ciudad que las vidas humanas de un pueblo? Escuchando al señor presidente, dice que no tuvo otra opción o alternativa más que actuar en consecuencia, y ahí están los resultados de un gobierno fallido. Cuando se le pregunta si va a enviar despensas para que los afectados palien un poco el hambre sólo torna a decir que eso es politiquería. Otros países se han sumado a la ayuda de donar víveres para los damnificados: Rusia, Francia, España, Gran Bretaña, entre otros. Estados de nuestro país como Tlaxcala, Puebla, Ciudad de México, entre otros como la Cruz Roja, Central de Abasto, etc. ¿Dónde queda la ayuda del Gobierno federal?, ante esta insensibilidad gubernamental de parte de Andrés Manuel López Obrador, el Movimiento Antorchista se ha sumado a lo largo y ancho del territorio nacional a establecer centros de acopio para recolectar lo que el pueblo bondadoso y noble pueda otorgar para enviarlo a sus hermanos en desgracia, pues sólo la unidad del pueblo pobre de México fraterna y solidaria podrá salvarnos de la ineptitud, prepotencia, arrogancia e ineficiencia de un gobierno morenista que, al paso que va, cava su propia tumba. Que conste.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario