¿Cómo traducir lo que nosotros los antorchistas hemos hecho durante más de 49 años? Lo digo así consciente de qué el antorchismo está próximo a celebrar sus 50 año de existencia, pero Antorcha, nuestras raíces y de lo que les hablo nacieron con un maestro rural por la mixteca de Puebla, con un docente que educó a Aquiles Córdova Morán y que, gracias a las enseñanzas de él, ahora entre la sociedad mexicana existe un pensador que fue capaz de luchar por algo que en ese momento nadie hacía, un hombre cuya visión traspasa fronteras y ha sido guía para millones de mexicanos más que lo hemos seguido. Se trata del maestro Luis Córdova Reyes que sin saber en lo que se convertiría su hijo en la historia de Latinoamérica, y abarco más al decir que del mundo también, creó un estudiante antorchista.
A partir de ese momento y del inicio de nuestra gran organización, la educación de sus filas ha sido tarea primordial en nuestra lucha, la de la masa, que es una tarea muy grande. También nos hacemos cargo de ella, pero para educar a nuestras masas sea cual sea nuestro frente, primero necesita de hombres profesionistas, hombres que se preparen académicamente lo mejor posible; Antorcha a veces no se conforma con tener licenciados, quiere expertos, quiere maestros y quiere doctores que luego regresen a las filas con la masa a explicarles y a enseñarles a ser hombres críticos; al decirlo así es una tarea ya pesada, pero no imposible.
Para educar a nuestras masas sea cual sea nuestro frente, primero necesita de hombres profesionistas, hombres que se preparen académicamente lo mejor posible; Antorcha a veces no se conforma con tener licenciados, quiere expertos, quiere maestros y quiere doctores que luego regresen a las filas con la masa a explicarles y a enseñarles a ser hombres críticos
En la educación, que en el antorchismo va más allá de lo que muchos externos y desconocedores de nosotros puedan llegar a pensar, cada año celebramos las graduaciones de unos y las titulaciones de otros. También ponemos empeño en que uno de nosotros pueda obtener becas y estudiar en escuelas prestigiosas fuera del país para que ese profesionista vuelva al país y prepare a más jóvenes, como el Dr. Romeo Pérez Ortiz, doctor en Física y Matemáticas por la Facultad de Mecánica y Matemáticas de la Universidad Estatal Lomonósov de Moscú, mismo que ahora se encuentra dando clases en el Instituto Tecnológico de Tecomatlán; otro de los ejemplos es el periodista Aquiles Marcial Montaño Brito, periodista por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, actualmente vocero del movimiento Antorchista en Puebla. No me voy a poner a dar una lista enorme sobre nuestros profesionistas, sino que con estos ejemplos quiero explicar cómo es de importante para el antorchismo tener a jóvenes preparándose dentro de las aulas.
A nosotros, porque sí, es un sentir general, no nos gusta ver la miseria en la que este país se ha sumido por décadas y entendemos que la principal causa de ello es la pésima distribución de la riqueza, cómo el Estado ha beneficiado a la clase adinerada, ver cómo cada día hay menos ricos y más pobres, ver cómo a cualquier partido en el poder obedece a sus intereses y sabemos que las políticas de cualquier gobierno jamás han sido creadas para beneficiar al pueblo, nos duele que la masa sufra todos los días, que no haya empleo, que la educación sea “transformada” por personas que son incapaces de hablar de manera fluida y que tiene que esperar seis segundos en decir otra palabra.
A los antorchistas nos duele ver que ocho de cada 10 mexicanos sufren de pobreza, de acuerdo con los parámetros analizados por Julio Voltvinik; nos duele que la tasa de desempleados aumente y que haya gente que deba trabajar de manera informal, que la alimentación de los mexicanos sea pésima debido a que no les alcanza para alimentarse de una manera correcta en la que se pueda desarrollar biológicamente correcta; nos duele que México sea uno de los países con menos inversión en el sector deportivo y en el sector cultural, que ahora las carreras profesionales no sirvan para garantizar un mejor nivel de vida; nos duele que no haya vivienda para las familias, me atrevo a saltarme algunos datos no por miedo a estar en lo incorrecto sino porque no me alcanzarían las páginas para probar lo que estoy diciendo y en este sentido a veces nos preguntamos ¿existe algún destino para los jóvenes actuales?, ¿para los jóvenes que el día de hoy nos vemos envueltos en un entorno degradado?
Los antorchistas decimos que sí, que, sí hay manera de tener un mejor país, pero para que eso ocurra debemos comenzar a cuestionar nuestra sociedad y para eso necesitamos hombres íntegros y educados, necesitamos profesionistas que estudien todos los días los problemas que aquejan al país. Antorcha tiene claro que el pueblo no está educado y de eso se está encargando, cada día hay más profesionistas antorchistas que han estudiado para ocupar su conocimiento en beneficio del pueblo, hay abogados, maestros, artistas, deportistas, arquitectos, ingenieros, licenciados que se encargan de politizar a la masa para que esta se dé cuenta de que los males no nacen en la corrupción o que el PRI se los dejó, los profesionistas antorchistas están enseñando a la gente que el problema que origina todos nuestros males es la pésima distribución de la riqueza.
La formación de profesionistas en Antorcha está planeada para servir al pueblo, a ese pueblo que con años ha pagado mediante impuestos la poca educación que el Estado ha querido darnos, a costa de esto, tenemos más profesionistas y los seguiremos teniendo, profesionistas que sean la voz del pueblo, que sean educadores de un pueblo consciente y organizado.
De esta manera, recuerdo parte de lo que dijo Salvador Allende en su discurso en la Universidad de Guadalajara, Jalisco, el 2 de diciembre de 1972 :“La juventud será la causa revolucionaria y el factor esencial de las revoluciones. Yo pienso que la juventud por ser joven, por tener una concepción más diáfana, por no haberse incorporado a los vicios que traen los años de convivencia en nuestros días -burguesa- porque la juventud debe entender que debe ser estudiante y trabajadora; porque el joven debe ir a la empresa, a la industria o a la tierra. Porque ustedes deben hacer trabajos voluntarios; porque es bueno que sepa el estudiante de Medicina cuánto pesa un fardo que se echa a la espalda el campesino que tiene que llevarlo, a veces, a largas distancias; porque es bueno que el que va a ser ingeniero se meta en el calor de la máquina, donde el obrero a veces, en una atmósfera inhóspita, pasa largos y largos años de su oscura existencia; porque la juventud debe estudiar y debe trabajar, porque el trabajo voluntario vincula, amarra, acerca, hace que se compenetre el que va a ser profesional con aquel que tuvo por herencia las manos callosas de los que, por generaciones, trabajaron la tierra”.
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