Sin lugar a dudas, la torpeza del gobernador de Puebla, el morenista Luis Miguel Barbosa Huerta, cada día va en aumento, su cerrazón, soberbia y arrogancia así lo demuestran y le impiden el correcto funcionamiento de un pensamiento lógico.Lejos de buscar mediar con aquellos que difieren de sus ideas y planteamientos para llegar a un común acuerdo, busca implementar su voluntad a toda costa.
Ejemplos de la actitud autoritaria y déspota del gobernador de Puebla sobran: en apenas un año de gestión ha cambiado ya a cinco funcionarios de su gabinete; lejos de establecer una estrategia para enfrentar la covid-19, se aventó a pelear con el Hospital Universitario de Puebla con supuestas visitas de verificación, despidió a la directora del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado de Puebla; fue noticia nacional con una reforma educativa inconstitucionalidad que declara que los bienes de las instituciones privadas pasan a ser del sistema estatal de educación; la tomó personal con los estudiantes de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla que se manifestaron por el asesinato de sus compañeros Huejotzingo; y de lo más reciente, fabrica delitos a sus opositores políticos, como la antorchista Rosario Sánchez Hernández.
No es casualidad que los poblanos reprueben su trabajo como gobernador, en un año se ha dedicado a pelearse con los diferentes sectores sociales, en lugar de conciliar y trabajar de forma conjunta en beneficio de sus gobernados.De acuerdo con la organización México Elige, Barbosa ocupa el segundo lugar a nivel nacional como el peor evaluado por las políticas implementadas para atender la emergencia sanitaria de coronavirus, el mandatario reprobó en los indicadores generales de salud y económicos que analiza la organización; también destaca en el último lugar de aprobación, de acuerdo con Arias Consultores y México Elige.
Como se ve, Puebla no tiene rumbo, es un estado que va a la deriva ante el mal desempeño del gobernador para afrontar sus errores, los retos que le impone la realidad y las necesidades de los poblanos para poder vivir mejor de lo que ahora estamos.Nunca hubo una estrategia bien planteada para afrontar la contingencia sanitaria, no la hay para una reactivación económica uniforme en todos los sectores y menos hay, apoyos para los sectores más empobrecidos, socialmente vulnerables.
Esta situación, el actual contexto político, económico y social por el que atraviesa el estado de Puebla bajo la dirección de un gobierno morenista, nos debe poner en alerta.Con Barbosa se vive un régimen donde alzar la voz y exigir justicia se ha convertido en un delito.Para muestra un botón.La líder social Rosario Sánchez Hernández, quien encabeza a más de 40 mil poblanos en la capital del estado, quien pidió apoyo alimentario para las familias humildes de las colonias populares de la periferia durante la contingencia sanitaria, y un reparto equitativo sin discriminación partidista, ahora es perseguida por el Gobierno del Estado, que busca encarcelarla fabricándole el delito de robo agravado.
Pero hay más, a los ciudadanos que van a Casa Aguayo, sede del ejecutivo, en busca de atención a las necesidades sus apremiantes, no hay diálogo, no hay atención, pues se encuentran con la represión y el muro infranqueable de la fuerza pública, listos y prestos para someter mediante la violencia a quienes persistan en su intento de hacerse escuchar por el gobernador de Puebla.
Tras la escalada en la campaña de agresión y persecución política de Morena contra Antorcha en Puebla, los simpatizantes de esta organización comenzaron una campaña de denuncia pública para evidenciar el abuso de poder por parte de Barbosa, quien busca disolver a como dé lugar la organización popular, derecho consagrado en la Constitución Mexicana, y la embestida por parte del Gobierno del Estado no se hizo esperar.
Primero los antorchistas realizaron una cadena humana frente a Casa Aguayo.Los asistentes, haciendo caso a las recomendaciones de las autoridades sanitarias, se colocaron sobre la banqueta con cartulinas y pancartas para informar a la población que circula por esas vías, sobre la agresión de Morena contra Antorcha.
En su segunda jornada de lucha, cuando los inconformes se encontraron con que el recinto del ejecutivo había sido cercado con vallas y elementos de seguridad, pero para la tercera ocasión, no sólo había sido cercado Casa Aguayo, sino varias cuadras a la redonda con un fuerte operativo integrado por elementos de la policía estatal.Así pues, responde el gobernador morenista Miguel Barbosa a los reclamos de sus gobernados: fuerza y represión.
Sin embargo, este contexto, la situación actual en la que vivimos puede ser modificada, transformada por una mejor que convenga a todos los sectores progresistas que buscan mejorar en calidad la vida de todos los poblanos.Se avecina un proceso electoral en el 2021, ahí es donde debemos hacer valer la fuerza de nuestro número y elegir a personas que estén verdaderamente identificadas con los intereses del pueblo popular, pero, sobre todo, debemos ganar el Congreso del Estado, sólo así podremos devolverle al poder legislativo su autonomía y su papel como verdadero contrapeso al ejecutivo para evitar que en Puebla se siga haciendo la voluntad absoluta de una sola persona.
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