Hoy, en todos los rincones del municipio mexiquense de Chimalhuacán, se ven los frutos del trabajo desplegado durante 21 años por parte de los activistas del Movimiento Antorchista Nacional (MAN) –de cuyo seno surgieron los alcaldes que dirigieron el progreso del municipio entre los años 2000 y 2021– y del Proyecto Nuevo Chimalhuacán (PNCH). Frutos que día a día disfrutan los chimalhuacanos: en el agua que por las mañanas los despierta y les sirve para cocinar, lavar su ropa y asear su casa; al encender la luz que alumbra sus habitaciones; en los pavimentos por los que circulan carros y camiones; en las banquetas, en los árboles y flores sembrados a lo largo de la avenida del Peñón; en el Mexibús que los traslada rápidamente a municipios aledaños y a la Ciudad de México; en las escuelas en las que miles de maestros educan a niños, jóvenes y adultos; en los deportivos, teatros, espacios públicos e incluso en los mercados, comercios de todo tipo y grandes supermercados. En todos estos lugares se encuentra contenido el trabajo progresista y transformador del Movimiento Antorchista y del PNCH.
Lo que muestra esa actitud gubernamental es el menosprecio que el partido Morena siente por los chimalhuacanos y por las obras que durante 21 años construyeron y que son verdaderos éxitos forjados por el pueblo organizado.
Por ello, orgullosos de sus logros, tanto los antorchistas como los miembros del Proyecto Nuevo Chimalhuacán se congregarán el próximo 1 de septiembre no solo para recordar y celebrar los resultados obtenidos por el trabajo realizado, sino también para denunciar la intolerancia y el abandono de la infraestructura por parte del actual gobierno municipal, encabezado por el partido Morena y su alcaldesa Xóchitl Flores Jiménez.
El pasado 18 de agosto, los antorchistas del Estado de México realizaron eventos político-culturales tanto en Chimalhuacán como en Ixtapaluca para homenajear a los 10 héroes civiles asesinados en el año 2000 por el cacicazgo que mantenía en la miseria a los habitantes de Chimalhuacán.
A pesar de que desde hace 24 años en Chimalhuacán se realiza un evento para recordar a los Mártires del 18 de agosto, y que siempre se ha llevado a cabo de manera pacífica dentro del marco de la ley, no se hizo esperar la intolerancia de la presidencia municipal morenista, la cual, por segunda ocasión, les negó el permiso para realizarlo en la Plaza de los Mártires, donde se suelen hacer, obligándolos a trasladarse a una calle aledaña a la plaza pública. Esto ocurrió a pesar de que en el evento público participaron miles de chimalhuacanos en pleno uso de sus derechos civiles y políticos, los cuales fueron pisoteados descaradamente por el gobierno morenista.
En el año 2000, aliados con políticos de las altas esferas del gobierno estatal, el cacicazgo chimalhuacano agredió brutalmente a la población a fin de frenar el ascenso al poder municipal de un luchador social, Tolentino Román, quien desde hacía 12 años trabajaba hombro con hombro con la gente para acabar con las condiciones marginales en las que vivían. Para el año 2000, Tolentino era ampliamente conocido en el municipio y se había ganado la confianza de la mayoría de la población gracias a un trabajo auténtico en favor de los más desprotegidos. Por eso, en la jornada electoral de ese año, los votos le favorecieron y, por fin, un verdadero representante popular se convirtió en presidente municipal de ese empobrecido municipio. A pesar de que cuando Tolentino ocupó oficialmente su cargo se encontró con que las arcas municipales estaban absolutamente vacías, el trabajo conjunto entre pueblo y gobierno inauguró una era de progreso y desarrollo municipal.
El ascenso al poder municipal de Chimalhuacán de un luchador social que trabajaba en contra de la injusticia social fue objeto de represión por parte de quienes vieron amenazada no solo su posición política, sino sobre todo su posición económica, ya que no podrían seguir realizando los negocios que hacían con la basura y el agua, entre otros, los cuales les proporcionaban grandes cantidades de dinero provenientes de los bolsillos de un pueblo empobrecido hasta el extremo.
Esa fue la causa del brutal ataque que sufrieron cientos de chimalhuacanos el 18 de agosto del año 2000, quienes se congregaron en el jardín municipal para festejar el triunfo electoral del pueblo organizado; el saldo, como se sabe, fue de 10 personas asesinadas y cientos de heridos de bala, algunos con secuelas permanentes. Sin embargo, el ascenso de Tolentino Román fue inevitable. A partir de entonces y hasta el 31 de diciembre de 2021, se sucedieron gobiernos municipales progresistas que, durante 21 años, trabajaron día a día para introducir la infraestructura necesaria para acabar con la marginación y discriminación en la que los gobiernos municipales y estatales anteriores al año 2000 habían sumido a este ancestral municipio.
Durante esos 21 años, los activistas del Movimiento Antorchista Nacional –de donde provinieron los alcaldes de los gobiernos progresistas que llevaron el progreso a Chimalhuacán– y de las organizaciones sociales aglutinadas en el Proyecto Nuevo Chimalhuacán (PNCH), trabajaron arduamente para beneficio de la gente.
Por eso, orgullosos de los resultados de su labor, el próximo domingo 1 de septiembre, miles de activistas y militantes del antorchismo se reunirán para celebrar los resultados de 36 años de Antorcha en Chimalhuacán. A dicho festejo también asistirán los activistas y líderes del PNCH y los chimalhuacanos bien nacidos que reconocen el arduo trabajo desplegado para hacer que Chimalhuacán dejara de ser una "ciudad perdida" y se convirtiera en un municipio modelo.
La celebración del 1 de septiembre también será un acto de denuncia por la intolerancia morenista y su falta de respeto a la infraestructura construida por los gobernantes antorchistas que lucharon por obtener presupuesto público para realizar las miles de obras que se llevaron a cabo en el municipio durante 21 años. La actitud sectaria y retrógrada de la morenista Xóchitl Flores Jiménez, y su esposo –“el primer damo” Miguel Benito, como lo llama la gente–, la ha llevado a creer que es una actitud revolucionaria y progresista abandonar y no dar mantenimiento a las obras construidas por los gobiernos antorchistas. Un ejemplo de esto es la escultura monumental del Guerrero Chimalli, que tan buena acogida local, nacional e internacional tuvo en su momento, y que, por sectarismo y celos políticos de la morenista, comenzó por arrancar las fotografías que contaban la historia de la obra. Además, mantiene cerrado el mirador y permite que se llene de salitre, una situación que, a la vuelta de los años, le cobrará factura. Pero no, no es así; en realidad, lo que muestra esa actitud gubernamental es el menosprecio que el partido Morena siente por los chimalhuacanos y por las obras que durante 21 años construyeron y que son verdaderos éxitos forjados por el pueblo organizado.
Conociendo a los antorchistas, seguramente esa celebración también se convertirá en un compromiso de seguir luchando en contra del gobierno morenista sectario e intolerante y, sobre todo, en un compromiso de seguir trabajando para hacer que se respeten los derechos civiles, políticos y humanos de todos los chimalhuacanos y mexicanos en general.
Y mientras el 18 de agosto de 2024 en México recordamos a los 10 héroes civiles que fueron la base del desarrollo y progreso de Chimalhuacán, ese mismo día el mundo recordaba al gran poeta español Federico García Lorca, quien fuera asesinado la madrugada del 18 de agosto de 1936 por el régimen de Francisco Franco, que se sublevó al gobierno de la II República e instauró un gobierno dictatorial fascista, el cual controló España hasta la muerte del dictador en 1975.
García Lorca fue un poeta liberal que incomodó a los conservadores por haberse declarado en contra de la injusticia social. El poeta sostenía que: “El mundo está detenido ante el hambre que asola a los pueblos. Mientras haya desequilibrio económico, el mundo no piensa. (…) El día que el hambre desaparezca, va a producirse en el mundo la explosión espiritual más grande que jamás conoció la humanidad…”.
¡Salud, poeta! ¡Salud, Mártires del 18 de agosto! Aunque ustedes ya no estén con nosotros, los antorchistas seguiremos luchando en contra de la injusticia social, así como ustedes lo hicieron.
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