El pasado 22 de diciembre, antes de finalizar el año, la revista Forbes México dio a conocer una lista donde se menciona a los diez hombres más ricos del mundo: el primer lugar lo ocupó el sudafricano Elon Musk, con una riqueza de 254 mil 900 millones de dólares, que provienen principalmente de la empresa Tesla, dedicada a la fabricación de automóviles eléctricos y cuya sede en México se encuentra en Monterrey.
Esa misma revista, pero en su edición del mes de abril, incluyó en ese listado al mexicano Carlos Slim, quien ocupó el octavo lugar, con una riqueza de 93 mil millones de dólares; riqueza obtenida principalmente de las telecomunicaciones.
El 15 de enero pasado El Economista publicó que la riqueza de Slim, número 11 del mundo, asciende a 103 mil millones de dólares, confirmando que se trata del hombre más rico de México y de América Latina, además de ser el segundo del mundo que no es estadounidense, según el índice de multimillonarios de Bloomberg.
Tan sólo en lo que va del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, la riqueza de Slim se ha incrementado en un 109 %; pasando de 49 mil millones de dólares que concentraba en 2018 a 103 mil millones de dólares al cierre del 2023. Sin duda alguna, es uno de los empresarios consentidos de la 4T y el presidente.
La realidad nos dibuja un año 2024 complicado para los mexicanos pobres; hay que tomar en cuenta que en lo que va del sexenio de la 4T a los ricos les va “muy bien” incrementando su fortuna.
Con las políticas públicas impulsadas por el Gobierno federal, principalmente el reparto de dinero mediante tarjetas del “Bienestar”, no se ve la reducción de la pobreza, pues sigue habiendo un 42 % de mexicanos en condición de pobreza, misma cifra con que empezó el Gobierno de AMLO en el año 2018.
Lo que ha crecido de manera alarmante es la pobreza extrema, que pasó de 9.2 millones a 11.2 millones; es decir, en México hay 2 millones más de personas en tales condiciones, según datos reportados por el Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM.
Tales cifras nos llevan a asegurar que en México, como en otros países neoliberales, las políticas son para el bienestar de los ricos, pues ellos de manera escandalosa incrementan su fortuna mientras que el pueblo se hace cada vez más pobre, a pesar de recibir “becas” y “pensiones”.
Ahora bien, ¿cómo recibimos este nuevo año los mexicanos? Desde hace meses, pero más a partir de enero de este año, el costo de los productos de la canasta básica alimentaria (CBA) ha ido en aumento.
Por ejemplo, adquirir la canasta básica en el mes de noviembre del año pasado tenía un costo de mil 775.58 pesos, que con respecto al mes anterior es 20 pesos más cara; es decir, en tan sólo un mes el incremento fue del 1.16 %. Adquirir los mismos productos en este mes nos cuesta en promedio mil 829.40 pesos, o sea 53.82 pesos más cara, esto quiere decir que de noviembre 2023 a enero 2024 la canasta básica de los mexicanos se encareció en un 3 %.
La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec) mencionó los primero días del mes lo siguiente: “Los productos que más aumentaron en el mes de diciembre fueron el tomate, que pasó de costar 27.60 pesos el kilo a 47.80 pesos; la cebolla pasó de costar 31.33 a 44,81 pesos el kilo; el tomate verde, que se encareció un 18.71 %, pasó de costar 29.40 pesos el kilo a 34.90 pesos; el chile poblano con un 14.74 %, pasó de costar 53.24 pesos el kilo a 61.09 pesos; el pollo entero se encareció 10.78 pesos y pasó de costar 72.47 a 80.28 pesos”.
Aunque no se menciona el huevo, este es indispensable en la dieta del mexicano; ahora su precio en el mercado alcanza hasta los 60 pesos por kilo o docena. También incrementaron su precio el aceite, arroz y frijol.
El alza en los precios de la CBA representa para los mexicanos pobres un costo de vida más elevado y difícil, pues debemos sumarle que ahora también se gasta más en transporte, educación y salud. Tan sólo en este último rubro, el mexicano incrementó su gasto para poder atender su salud en el sector privado, ya que el sector público carece de una pronta atención y dejemos en duda la calidad de la misma.
El Dr. Abel Pérez hace referencia a una publicación de Animal Político del 8 de septiembre 2023 donde se menciona que “En 2022, ya superada la pandemia, las familias mexicanas gastaron al trimestre, en salud, 54 % más que en 2018, y la proporción de quienes se atendieron en el sector privado ascendió a 59 %, cuando en 2018 era 46%...” (Buzos, 15 de enero 2024).
Esta realidad nos dibuja un año 2024 complicado para los mexicanos pobres, pues hay que tomar en cuenta que en lo que va del sexenio de la 4T a los ricos les va “muy bien” incrementando su fortuna y, con ello, el poder adquisitivo para alimentarse y curarse de la mejor manera.
El pueblo tendrá que seguir buscando la manera de sobrevivir y poder sufragar los gastos, pues no solamente son alimentación y salud los males que sufren las familias mexicanas: se ve a todas luces, por los problemas presentes, que el eslogan de “primero los pobres” quedó muy lejos de atender los verdaderos problemas del país, que las políticas de la 4T solo benefician a unos cuantos, como siempre ha sucedido en los países neoliberales.
¿Cuál será el remedio a estos problemas? ¿Seguiremos pensando que la solución está en las tarjetas del bienestar? ¿Nos quedaremos cruzados de brazos mientras otros se enriquecen con nuestro trabajo?
Si el pueblo mexicano quiere solucionar los males que le aquejan, no debe buscar la respuesta en los partidos de derecha o de izquierda; debe tomar conciencia de la importancia que tiene reconocerse como clase y con ello tomar el poder político del país, para poder transformar desde otro tipo de gobierno el estado de cosas.
Tomar el poder político no será sencillo, para ello necesitamos de un partido político de nuevo tipo, donde a la cabeza se concentren las fuerzas de la vanguardia de la clase trabajadora y así poder transformar este país en uno próspero; con mejor alimentación, salud y educación para todos los mexicanos.
Para poder llegar a estos objetivos necesitamos un partido de nuevo tipo y para ello Antorcha Revolucionaria lucha todos los días. Estoy seguro de que más pronto que tarde lo lograremos
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