El 8 de marzo de 1857, hace 165 años, las obreras textiles en Nueva York organizaron una huelga por salarios más justos y condiciones laborales más humanas; desde entonces, el despertar de las mujeres en la lucha organizada por la defensa de sus intereses tiene el sello indiscutible de una confrontación entre la clase capitalista, su gobierno, y la clase que realiza el trabajo asalariado.
A través de las diferentes épocas, las mujeres en muchos países no han dejado de exigir el trato de igualdad que merecen cual seres humanos integrados al proceso de producción de mercancías en esta sociedad. Por esta razón las demandas sociales de la mujer se han ampliado para reclamar, cada vez con más fuerza y razón, derechos elementales que van de la igualdad de salarios con el género masculino, hasta el respeto a su vida y su integridad personal.
En México la situación de la mujer ha empeorado sensiblemente en los primeros tres años del gobierno en Andrés Manuel López Obrador. En los últimos sexenios se habían alcanzado algunos derechos y apoyos entre los cuáles destacaban las guarderías o estancias infantiles, los refugios para mujeres golpeadas, la Comisión de Atención a Víctimas, todas desparecidas el gobierno en turno con el argumento de que había corrupción y que por ello los recursos se entregarían directamente a las personas.
Pero hay más para las mujeres, acaban de desaparecer las Escuelas de Tiempo Completo. Este programa permitió a más de 3.5 millones de estudiantes, de todo el país acceder, a una mejor educación y alimentación, y era refugio para los niños víctimas de violencia intrafamiliar. Con estas acciones, es la mujer trabajadora, madres solteras, y los hijos que son el futuro de la Patria, quienes más han perdido, pero hemos perdido también la mayoría de los habitantes porque aumenta la pobreza.
Los apoyos monetarios que, según el INEGI, incrementaron entre 2018 y 2020, se redujeron en 32 por ciento para las familias pobres, mientras que incrementaron en un 93 por ciento para las familias con más ingresos, porque dichos programas se manejan buscando clientela electoral.
Otra afrenta contra la mujer fue que en los dos años de mayor virulencia de la pandemia de covid-19 aumentaron en 32 por ciento las muertes maternas por el pésimo funcionamiento del sistema de salud, de acuerdo con datos del Observatorio de Mortalidad Materna en México. Todavía recordamos que AMLO prometió que nuestro sistema de salud sería como el de Dinamarca, de primera.
En cuanto a la promesa de acabar con los feminicidios y otras agresiones en agravio de las mujeres mexicanas, los datos que da a conocer el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) son devastadores: “Bajo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la violencia contra las mujeres se ha acentuado. En los tres primeros años del actual sexenio, delitos como feminicidio, homicidio doloso, violación y violencia familiar han registrado números récord. El feminicidio rebasó por primera vez las 1,000 muertes en un año”. “Y México carece de Ministerios Públicos y jueces que puedan investigar y dar sentencias”. Revista Expansión, 26 de enero de 2022.
Somos habitantes de un país que se encuentra en la región del mundo con mayores desigualdades de clase a nivel mundial. Cada año se incorporan al mercado de trabajo arriba del millón de jóvenes de los cuales, alrededor de la mitad, son mujeres. Dos años de pandemia y una economía en picada arrojan al presente dos millones de personas que buscan empleo y no hay, culpa de la mala dirección de los gobernantes a nuestra economía, que nada más no levanta.
De las marchas de miles y miles de mujeres que cada 8 de marzo se han organizado en las principales ciudades de la República mexicana, lo menos que ha declarado el presidente es que son reaccionarias, y de la última, que era con el fin de hacerle el juego a los conservadores con el avieso fin dar un golpe de estado y quitarlo del poder, todos, argumentos inventados para desacreditar las banderas de justicia esgrimidas por miles y miles de mujeres que denuncian el incumplimiento de este gobierno a sus funciones básicas de dar protección a la vida, a la salud y promover y proteger el trabajo de la mujer.
En la Ciudad de México Claudia Sheinbaum es de las representantes populares que menos manifiesta simpatía alguna por la lucha de la mujer. Sigue como su sombra y repite todo lo que el presidente declara y hace contra la mujer trabajadora.
Su Secretario de Gobierno, Martí Batres, acusó que la marcha del pasado martes 8 de marzo que llegaría al zócalo de la Ciudad de México, estaría llena de graves hechos de violencia, lo que resultó una falsedad y una calumnia a las más de 75 mil manifestantes que dieron lección de civismo y combate por sus demandas. La denuncia permanente de la diaria inacción del régimen de la llamada Cuarta Transformación a los reclamos de ese 50 por ciento de seres humanos que son el género femenino, es nuestra tarea, la de las y los luchadores sociales.
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