MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Con Otoniel Segovia Martínez mal nos va a los othonenses

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Entre el vulgo se dice que el tiempo no cambia a las personas, pero sí les quita la máscara, por ello sólo bastó poco más de un año para que Otoniel Segovia Martínez, alcalde de Othón P. Blanco, en Quintana Roo, quedara al descubierto como una persona incapaz, incompetente, intransigente y represivo; pero además inhumana e insensible a las carencias y el sufrimiento de las familias más pobres. Vergüenza nacional es Segovia Martínez quien ha sido calificado como de los peores alcaldes que tiene México, emanado de las filas de Morena, a quien, sin duda, dicen los ciudadanos, le quedó grande el cargo, pues demuestra que es un rapaz aprendiz de dictador, que niega todo tipo de apoyos, desde servicios públicos, hasta una caja de medicamentos, pero eso sí ha privilegiado la construcción de obras con materiales de dudosa calidad, aunque ya lo han exhibido por esa irregularidad.

¿Quién en Chetumal no recuerda la nada honrosa segunda posición –a lo mejor por eso está frustrado– como peor presidente municipal de México en la que se colocó Otoniel Segovia Martínez durante el Tercer Ranking Nacional de Alcaldes, consulta encargada por Campañas y Elecciones México (C&E) a la consultora Varela y Asociados? La ineficiencia y su incapacidad para gobernar son reflejo de los deficientes servicios públicos, hay inseguridad en las calles, que están destrozadas por la falta de pavimentación, no hay una adecuada recolecta de basura, hay déficit en el alumbrado público, también hay falta de agua potable o entubada, en síntesis, el alcalde es sinónimo de retroceso para la otrora orgullosa ciudad de Chetumal y las demás poblaciones del municipio.

Pero sin duda la peor omisión del alcalde es no atender las demandas del pueblo, ignora las peticiones de sus gobernados, en especial de la gente que menos tiene, de la gente pobre, de aquellos que hoy enfrentan dificultades para sobrellevar la crisis sanitaria de covid-19 y a las que les niega ayuda, despensas, medicamentos, a las que tiene en el abandono.

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Otoniel Segovia Martínez ascendió al Ayuntamiento con el ofrecimiento de gobernar para todos, ese dijo es el slogan de Morena, el partido que lo arropó y con cuyas siglas llegó al poder, dijo que gobernaría para todos, que en su administración no abrían ricos ni pobres, que el manto del buen gobierno cobijaría a todos...pero todo resultó una falacia, los pobres hoy son ignorados y abandonados. La careta del buen gobernante cayó y Segovia Martínez hoy muestra lo que siempre fue y será: un oportunista y un pésimo administrador, porque el tiempo no cambia a las personas; un sujeto que tendrá que rendir cuentas a la ciudadanía del porqué del estancamiento económico, del incremento en la desigualdad social, del porqué no se ayuda a los necesitados y se privilegia a los amigos y los compadres.

Su faceta de pésimo gobernante ha sido exhibida en incontables ocasiones, la gente lo vive como experiencia propia y lamenta acciones rapaces como el de intentar apropiarse de los albergues estudiantiles que dan alojamiento a jóvenes de escasos recursos venidos de todos los rincones del estado, donde reciben alojamiento, alimentación y se preparan para un mejor futuro. Otoniel Segovia Martínez incumple el pacto no escrito, pero de gente leal y valiosa, que dio origen a la gestión de recursos en el gobierno federal y que consolidó la construcción de esos albergues. Hoy quiere desalojar a sus moradores y quedarse con los inmuebles, no quiere otorgar el comodato a los jóvenes que les permita la tranquilidad de su autoadministración. No, es malo y avaricioso.

Su mala estigma queda también de manifiesto al dejar en el abandono a cientos de familias de las colonias y asentamiento de la ciudad, ya no digamos de los poblados del municipio, que han clamado ayuda alimentaria y no han recibido más que el desprecio y el maltrato del munícipe. Otoniel Segovia Martínez mintió al tomar el cargo de alcalde de Othón P. Blanco, pues ofreció gobernar para todos, trato sin distingos de condición social, pero hoy deja en la omisión a quienes verdaderamente necesitan de apoyo, a los más pobres. Cabe recordar al alcalde que también el populacho tiene bien claro que ignorar y desproteger al desvalido no te hace más grande o poderoso, por el contrario, te hace una mala persona. Queda de manifiesto que Otoniel y Morena no saben gobernar.

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