MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Coronavirus en Veracruz, ocultar la realidad antes que enfrentarla

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Finalmente, tras las presiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el gobierno de México declaró que nuestro país se encuentra en la fase II de contagio comunitario del Covid-19, lo que significa que ahora mismo hay cientos tal vez miles de personas que están infectadas por el virus, sin necesariamente haber viajado al extranjero o entrar en contacto con una persona que lo haya hecho en las últimas semanas, significa que el patógeno se encuentra diseminado en nuestro país y que básicamente cualquier persona puede contagiarse, por lo que es prudente extremar las medidas de prevención sanitaria para poder contener lo más que se pueda una eventual epidemia dentro de nuestro país, pues ello supondría una tragedia en términos sanitarios y sobre todo en términos económicos.

Hasta ahora, muy pocas autoridades locales han seguido el guion del presidente López Obrador de minimizar el asunto, pero entre ellas sí figura el gobierno de Veracruz que encabeza el morenista Cuitláhuac García Jiménez. La semana pasada, los veracruzanos fuimos testigos de cómo el gobernador balbuceaba en una rueda de prensa que no había ningún peligro e invitaba al turismo nacional y extranjero a visitar nuestras playas "aunque de 100 en 100", a pesar de haberse detectado, en ese momento, 3 casos de Covid-19 en el puerto de Veracruz y Boca del Río. Además, tal como el gobierno federal, el de Veracruz no paso más allá de asegurar que el sistema de salud público se encuentra listo para luchar contra la enfermedad sin explicar que medidas concretas y que recursos se utilizarían para dotar al sector salud de todo lo que necesita y de lo que carece para un efectivo control de la epidemia.

Así, en los días siguientes fueron suscitándose por todo el territorio veracruzano protestas de médicos, enfermeros y personal en general de hospitales y centros de salud que reclaman que no existe ningún protocolo para hacer frente a la crisis, que no hay materiales, ni siquiera cubre bocas o guantes suficientes (lo que en principio pone en grave riesgo a los trabajadores de la salud, primera línea de defensa contra la contingencia) y mucho menos que existan las camas y aparatos que se requieren para atender a los enfermos en caso de que la situación empeore, lo que se suma a las protestas y paros laborales en hospitales del IMSS y del ISSTE porque se encuentran exactamente en la misma situación, donde además el personal médico ha tenido que improvisar trajes de protección, guantes y cubre bocas con lo que tienen la mano.

Pero no es lo peor. El día de ayer 25 de marzo, la prensa veracruzana dio a conocer que existe la indicación desde la Secretaría de Salud de Veracruz (SSA) de no realizar pruebas médicas por Covid-19 a personas que presenten síntomas, pues además de que éstas escasean, el gobierno quiere mandar el mensaje de que "no pasa nada", según un trabajador del sector salud que declaro para el portal Al Calor Político y que pidió el anonimato pues lo vive en carne propia (https://www.alcalorpolitico.com/informacion/aumentan-casos-de-influenza-y-neumonia-mientras-no-hay-pruebas-de-coronavirus-312544.html.XnuttdNKhQI). Y mientras la cifra de infectados por coronavirus, 7 casos confirmados, no se mueve desde el viernes 20 marzo (en ese tiempo la cantidad de enfermos se duplicó en todo el país), el número de pacientes diagnosticados por "influenza atípica" y neumonía aumenta extrañamente en los centros de salud. Ello explicaría por qué desde la semana pasada, la autoridad arremetió en contra de instituciones privadas que se encontraban realizando pruebas médicas en el puerto de Veracruz, no porque estas no fueran efectivas sino "porque solo la SSA pueden validar su aplicación", sin embargo, como apunta el trabajador "si los pacientes decidieran acudir a clínicas privadas destaparían la realidad del coronavirus en la entidad".

Así pues, la medida del gobierno de Veracruz ante la contingencia por coronavirus consiste en ocultar las cifras, negar la realidad para no enfrentarla con el arrojo y el esfuerzo que espera el pueblo veracruzano. Pero esta actitud, además de cobarde, es un crimen de lesa humanidad, que pone en riesgo la vida de cientos de miles de personas y que es parecida a la acción del gobierno duartista que aplicaba agua en lugar de medicamentos a niños enfermos con cáncer. ¿Acaso será esta la línea desde el gobierno central?, tal vez, cabe la posibilidad, viniendo de un gobierno que obedece al pie de la letra lo que dice el presidente López Obrador. Tómese en cuenta que hay investigadores como Jefrrey Shaman, del departamento de Epidemiología de la Universidad de Columbia que estiman que por cada caso confirmado en México hay 10 que no han sido identificados.

La actitud del gobierno de Veracruz es totalmente opuesta a la que están asumiendo otros gobiernos estatales, como el de Jalisco, donde el gobernador Enrique Alfaro, basándose en un modelo matemático proporcionado por la Universidad de Guadalajara pidió un aislamiento total a los jaliscienses por 5 días para evitar, según sus palabras, la propagación del virus que los llevaría a entrar en una cuarentena de semanas o quizá meses, además de instrumentar incentivos fiscales a las empresas y transferencia de dinero a las clases desfavorecidas para evitar en lo posible la catástrofe económica. Contrasta incluso con acciones que algunos municipios veracruzanos han instrumentado ante la pasividad del gobierno cuitlahuista: Tamiahua y Tecolutla, desde la semana, entraron en un semiaislamiento al impedir que foráneos ingresen a su territorio y el ayuntamiento de Veracruz, al tiempo que pide a sus ciudadanos quedarse en casa ha instrumentado algunas medidas económicas, como la reducción hasta del 50% de los impuestos municipales o la condonación del pago de servicios como el agua para no golpear más el bolsillo de la gente. Bien por ellos.

Desafortunadamente para el gobierno que encabeza Cuitláhuac García ocultar la crisis no servirá de mucho, cuando por su ineptitud caigan en desgracia miles de familias a lo largo y ancho del territorio veracruzano, entonces la irritación popular no podrá contenerse con el clásico "tuvimos otros datos". De las pandemias, la humanidad ha sacado grandes lecciones y luego de ellas la vida no ha sido la misma, los veracruzanos, tal vez, aprenderán a no seguir llevando al poder a Duartes y Garcías genocidas. Los antorchistas seguiremos llamando al pueblo trabajador y a las clases medias y altas progresistas a seguir organizándose en torno a un nuevo proyecto de nación, cimentado en el deseo de construir entre todos una patria rica, próspera y equitativa en el reparto de la riqueza social, para llevar al poder a verdaderos estadistas que sí sepan conducir los destinos de la sociedad y no a completos improvisados sedientos de poder. Tras la contingencia, la lucha sigue.

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