MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Crisis alimentaria y contaminación

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Sin duda alguna, el cambio climático es un mal que aqueja al mundo entero, pero ¿qué es el cambio climático?

Pues bien, el cambio climático es la variación global del clima en la Tierra y se produce sobre todos los parámetros climáticos, como lo son: la temperatura, las precipitaciones, nubosidad, etcétera. Esto se produce a diversas escalas de tiempo.

Ahora bien, es cierto que esta variación del clima tiene su origen en causas naturales, pero no podemos ignorar el hecho de que la acción humana ha contribuido en gran medida a este fenómeno.

La contaminación y el cambio climático encienden las alarmas de una probable crisis alimentaria en México, mientras los gobiernos deben actuar con urgencia para proteger la salud y la economía de la población.

Pero ¿cómo se relaciona el cambio climático con una latente crisis alimentaria? Para responder esta pregunta es necesario mencionar que, en México, particularmente en la zona agrícola de la Ciudad de México, la siembra que proporciona alimento a miles de personas depende de las lluvias que se esperan cada año en fechas más o menos determinadas, en el entendido de que son siembras de temporal.

Sin embargo, al existir esta variación en el clima, como consecuencia del cambio climático, las lluvias no llegan como se espera, y sin lluvia no hay cosechas, sin cosechas no hay alimento y sin alimento la hambruna se hace presente.

Así es como el cambio climático enciende las alarmas de una probable crisis alimentaria.

¿Qué podemos hacer al respecto? Como se mencionó al inicio, hay diversas causas y, ante las causas naturales, no podemos hacer gran cosa. 

Caso contrario ocurre con las causas por acción humana, donde podemos reducir los índices de contaminación. Por ejemplo, siguiendo el ejemplo de países desarrollados en donde se está apostando por las energías limpias.

En lo que a los alimentos se refiere, podemos seguir el ejemplo del pueblo chino, donde el Gobierno ha logrado erradicar la pobreza produciendo alimentos suficientes para toda su población.

¿Cómo lo ha hecho? Mediante políticas agrícolas eficientes que invierten en la tecnificación de la producción, así como en la investigación y aplicación de la tecnología agrícola.

En conclusión, lo que podemos hacer, reiterando la idea, es disminuir los índices de contaminación tanto individual como colectivamente. De ese modo, le damos un respiro a nuestro planeta, mitigando los efectos del cambio climático, en cierta medida, por causas naturales y, por otro lado, exigiendo al gobierno políticas ambientales y agrícolas eficientes en favor de todos y todas.

Sin embargo, ¿qué vemos en la Ciudad de México? Un aumento considerable y alarmante de la contaminación atmosférica y, con ello, las contingencias ambientales que se han vuelto más recurrentes.

Las “medidas” adoptadas por los Gobiernos, como la verificación vehicular, ya no son suficientes. Así, tenemos que en 2019 se declararon cuatro contingencias, dos de las cuales duraron varios días y se concentraron en la zona suroeste del Valle de México. 

En 2020, hubo una en noviembre que duró un día y unas horas, probablemente debido a la emergencia sanitaria por covid-19. Pero en 2021 se registraron tres contingencias, y en 2022, seis, una de las cuales duró 51 horas.

En 2023, según estudios de expertos, de enero a agosto, la Ciudad de México contó con tan solo 55 días de buena calidad del aire, es decir, durante el 77 % del año, los habitantes de la ciudad estuvimos expuestos a contaminantes como monóxido de carbono, partículas finas, dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno y ozono.

Las contingencias ambientales afectan la salud y la economía de la población, por eso es urgente que los Gobiernos en turno tomen en serio esta problemática y actúen para mejorar la calidad del aire.

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