La crisis económica que azota al país y al mundo ha dejado ver la fragilidad del modelo económico en boga a nivel mundial, y México no es la excepción.
A pesar de presumir una postura progresista y de “izquierda”, la 4T, ahora encabezada por Claudia Sheinbaum, ha demostrado en los hechos que no está a favor de los trabajadores, amas de casa, comerciantes, niñas y niños de todo el país.
Es urgente que la población de todo el país haga conciencia de que, así como van las cosas, no vamos a acabar nada bien.
Una de las claras pruebas de esto es la posición pasiva y de sumisión mostrada ante las amenazas del recién electo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Orgullosamente, la presidenta presume haber obtenido un mes más de negociación con los Estados Unidos después de que, en días pasados, el presidente Trump amenazó con aumentar en un 25% los aranceles a México y Canadá. Para lograr este “acuerdo”, tuvo que desplegar en la frontera sur a los elementos de la Guardia Nacional.
Y mientras la Cuarta Transformación consiente a un grupo de diez mega millonarios del país, continúa con la política de “abrazos y no balazos”, la realidad que día con día vivimos los mexicanos está muy alejada de la oficial. La educación del país está por los suelos, el sistema de salud, como el de Dinamarca, se encuentra olvidado, la inseguridad está a la orden del día, el precio de la gasolina, que por cierto no iba a subir en el sexenio pasado, está por las nubes.
No hay empleo y, mucho menos, empleos bien remunerados para el trabajador. La red de carreteras se encuentra en el olvido, pues los accidentes viales a causa de “baches” ya son algo muy común en las carreteras de nuestro país. Vaya, querido lector, son un sinfín de sectores olvidados por la Federación.
Pero no nos olvidemos de sus obras de relumbrón como el Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA), que ahora se utiliza para recibir a nuestros hermanos mexicanos deportados de los Estados Unidos; el Tren Maya, que económicamente no beneficia a la población trabajadora; y la refinería que no refina nada. Estas obras de miles de millones de pesos son la prueba clara de los verdaderos intereses de Morena en el país.
Los resultados de la Cuarta Transformación son más que claros. Al parecer, hemos retrocedido en vez de avanzar hacia adelante, además de demostrar que para ellos no están “primero los pobres”. Todo esto saca a relucir que el gobierno actual no sabe, no puede o no quiere tomar las riendas del país y prueba la debilidad estructural y económica de nuestra nación.
Es urgente que la población de todo el país haga conciencia de que, así como van las cosas, no vamos a acabar nada bien. Los mexicanos necesitamos concentrar toda nuestra fuerza en un solo objetivo: mantenernos unidos y organizados y actuar como una orquesta en torno a un plan de acción.
El plan que nosotros, los antorchistas, proponemos se puede lograr, ya que los mexicanos hemos demostrado que nuestra mano de obra es muy capaz y hábil en el trabajo. Esto es fundamental para la creación de la nueva sociedad.
Creo que nos debe quedar claro a todos que, mientras no tengamos bien definido hacia dónde vamos como país, seguiremos sometidos bajo el pie de los gringos, del imperialismo yanqui.
Pero, ¿qué es lo que necesitamos? Pues un proyecto de nación que sea progresista y que nos fortalezca para no dejarnos someter por nuestro vecino del norte. Urge que llevemos a cabo el plan de nación que Antorcha Campesina tiene para México y que se basa en la distribución del gasto social, más empleos mejor pagados para aquellos que están en edad de trabajar, mejor distribución del gasto social y una reforma fiscal progresiva que cobre más impuestos a los que ganan más. Eso es lo que necesita México.
Para ello, necesitamos organizarnos, educarnos y politizarnos para tomar el poder político en favor de los pobres de México. Hay que unirse, como dicen nuestras consignas, como un solo hombre y un solo ideal, para encaminar a nuestro país hacia adelante.
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