El relevo oficial de la titularidad se llevó a cabo el pasado 16 de agosto en la secundaria anexa a la escuela normal, ubicada en San Cosme, de la Ciudad de México. Andrés Manuel López Obrador, designó a Leticia Ramírez como secretaria de Educación Pública, en relevo de Delfina Gómez.
Ahora Ramírez tendrá el reto de supervisar uno de los sistemas educativos más grandes de América, con cerca de 2 millones de maestros, más de 30 millones de estudiantes y alrededor de 255 mil escuelas, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y abordar el rezago educativo que trajo la pandemia de covid-19 en México, que suspendió clases presenciales por cerca de un año y medio, uno de los periodos más largos del mundo.
Al investigar su trayectoria de la nueva secretaria encontré que Leticia Ramírez Amaya es profesora de educación primaria por la Benemérita Escuela Nacional de Maestros y tiene estudios de Antropología Social en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. También fue docente durante 12 años y líder sindical de la sección 9 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Entre 2012 y julio del 2018 fungió como asesora de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México.
Al presentar a Leticia Ramírez como la nueva titular de la SEP, López Obrador comentaba que le tiene absoluta confianza, que está preparada y es honesta, muchos fueron los simpatizantes que publicaron mensajes de apoyo. Entre ellos, estuvieron la coordinadora de Comunicación Política del grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados, Andrea Chávez; el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García; el gobernador electo de Oaxaca, Salomón Jara Cruz; e incluso, el hijo mayor del mandatario federal, José Ramón López Beltrán.
Pero no debemos de olvidar que López Obrador primero nombra a Delfina quien solo priorizo sus intereses personales para irse a ser candidata de Morena. Todos observamos la carente capacidad que tuvo para liderar una secretaria tan importante y ahora la nueva sucesora que resulta ser una amiga íntima para poder tener en sus manos las decisiones que siguen, manejando la austeridad y anteponiendo todos los intereses propios y del partido, sin importar lo que realmente es importante y trascendental para la educación en México. Que debería de ser el principal interés de Manuel López Obrador
Que pasará con problemas de aprendizaje como lo han mostrado pruebas tanto nacionales como internacionales que dejo Delfina como se va a tratar la baja comprensión lectora de las y los estudiantes mexicanos, así como algunas deficiencias en el área de las matemáticas.
Si aún no podemos superar los estragos de la llegada de la pandemia, los desafíos se hicieron mayores y las desigualdades educativas se incrementaron. Esto se hizo evidente cuando los hogares se transformaron en aulas y el acceso a dispositivos electrónicos y una conexión a internet se convirtió en un factor determinante para el desempeño educativo.
Es muy notable que lejos de tener una titular que realmente ponga esfuerzos para atender el desafío del impacto emocional que lamentablemente han tenido muchos estudiantes y que capacitará a los docentes para poder contener a los alumnos, que jamás llegara si solo eligen amistades para llevar a cabo acciones personales.
Lamentablemente este será el panorama general de la educación en México, con o sin nueva titular, los pendientes en la secretaría se acumulan. Todo está pendiente, programas como las escuelas de tiempo completo, las evaluaciones a docentes y aspirantes a plazas o el hacer cambios en los libros de texto gratuitos sin contar antes con un plan educativo, la dependencia fue quedándose sin estrategia y con muchos rezagos. El diagnóstico integral del rezago educativo y de infraestructura tras la pandemia, es decir, no existe un estudio que indique.
Las organizaciones civiles estiman en 367 mil jóvenes menos estudiando la educación media superior, 200 mil que abandonaron los estudios tras finalizar la secundaria y una caída en preescolar y primaria de entre 13 y 15 por ciento, cifras que, de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo equivalen a un retroceso de más de una década en el nivel de asistencia. Quedándome corta por que aún hay más.
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