De acuerdo con el Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la sequía va en incremento y alcanza al 92 por ciento de los municipios de Jalisco. Al 15 de febrero de 2023 se reporta una sequía moderada en 65 municipios del estado y sequía severa en 50 más. En dos semanas se sumaron 10 municipios a esta última categoría, considerando la información del reporte previo.
Esta situación afecta principalmente a municipios del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), pues es donde se han disparado los incendios forestales y de pastizales prácticamente desde que inició febrero. El 14 del mes pasado se registró el primero de la temporada en el bosque La Primavera, lo que especialistas de la Universidad de Guadalajara (UdeG) consideraron como atípico y prematuro.
Los académicos de la UdeG advierten que por cuarto año consecutivo en Jalisco se prevén condiciones de sequía de moderada a severa, lo que afecta a distintos municipios del estado como resultado del fenómeno de “La Niña”, que también podría traer consigo un temporal de lluvia abundante y un periodo de estiaje intenso. Explican que febrero ha cerrado con ausencia de lluvias y se espera que esta tendencia se repita en marzo; además, en los próximos dos meses podrían presentar condiciones más secas.
Debido al fenómeno de “La Niña” se podría esperar un retraso en la temporada de lluvias, además de que esta situación compromete el abasto de agua en el AMG, debido a la capacidad y abastecimiento de cuerpos de agua como el Lago de Chapala y la Presa Calderón. A esto se debe, en buena parte, que ahora muchas colonias populares del Área Metropolitana de Guadalajara una vez más se enfrenten con un problema más fuerte de abastecimiento de agua.
Pero basta el sentido común para percatarnos de que, por falta de cuerpos de agua, arroyos, etcétera, que se secan a lo largo del periodo de estiaje no permiten mantener la humedad del suelo y, por consiguiente, los incendios se propagan rápidamente, sobre todo con presencia de vientos sean moderados o intensos.
Los incendios forestales ponen en peligro el abasto de agua sobre todo en hogares humildes, ya que tras el incendio viene la escasez de agua y quienes se ven afectados en primer lugar son los que ni siquiera cuentan con un depósito para almacenar el vital líquido.
Es impactante darnos cuenta, a través de las redes sociales y en medios de comunicación, que diariamente miles de personas de colonias populares hacen fila en espera de la llegada de pipas que les surtan unos cuantos litros del vital líquido, que muchas ni siquiera llegan y como consecuencia de ello se ven obligadas ir a llenar sus bidones con los acaparadores o comprar agua embotellada a precios cada vez más exorbitantes.
No obstante, que el problema de la sequía sea añejo y la falta de un programa integral para racionalizar el manejo del agua en Jalisco y el país no se le puede responsabilizar exclusivamente al actual Gobierno federal, sin embargo, la solución tampoco está es echar la culpa a gobiernos anteriores, como hace todos los días y a todas horas el presidente Andrés ManuelLópez Obrador y sus incondicionales.
Los que estamos medianamente informados, sabemos que el cambio climático es la causa principal de la elevación de la temperatura del planeta que provoca desastres naturales como las sequías, problema que no puede ser resueltos por un solo país y menos uno con bajo desarrollo económico como México, pero sí pueden combatirse algunos de efectos negativos, con medidas que pueden poner en marcha los gobiernos de cada país. Pero, precisamente son estas acciones las que faltan en nuestro país.
Todo lo contrario, en este 2023, López Obrador mantiene su obsesión por desmantelar e inutilizar al sector ambiental de la administración pública. Hay voces que señalan que no entiende el tema y por eso lo castiga, desmantela a las instituciones del sector, y nombra personajes ostensiblemente ineptos e incompetentes en cargos estratégicos.
También, desde 2019 ha recortado el presupuesto a Conagua y al Medio Ambiente y Recursos Naturales. algo sin precedente en México y en el mundo civilizado. Esto, mientras destina decenas de miles de millones de pesos, 37 mil millones al programa “Sembrando Vida” y más de 900 mil millones a subsidios clientelares y a obras faraónicas como el Tren Maya y Dos Bocas.
Bajo este contexto, la única alternativa que le queda al pueblo de México para afrontar la sequía que está disparando los incendios forestales y poniendo en peligro el abasto de agua en hogares humildes, es que se organice y luche para exigir un plan hídrico nacional integral, que nos ponga a salvo de nuevas crisis del vital líquido de una vez por todas. Tarea que es responsabilidad de todos los mexicanos y tenemos que cumplirla sin falta, a la mayor brevedad posible.
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