Ya van dos años desde que Andrés Manuel López Obrador asumió el cargo de presidente de la República, y desde su llegada a los pinos ha venido culpando a los funcionarios anteriores, pero más directamente a los panistas y priistas, de todo lo malo de su administración y de las promesas que no ha cumplido. Ha venido cambiando su discurso, según las circunstancias, pero todo va al mismo fin: todo lo malo que ha pasado en su administración es culpa de las “chachalacas, los fifís, los señoritingos, los neoliberales, los conservadores”, etc. Hasta la fecha no se ha escuchado de boca del mandatario un discurso que informe seriamente de sus verdaderos resultados, de sus logros o los avances fruto de su administración. Su discurso no ha sido el de un presidente de la República, que tenga poquita veracidad. Más bien nunca ha dejado de ser un vocero de su partido, Morena, haciendo campaña política y todavía no le cae el veinte de que ya es el primer mandatario del país.
El día que asumió el cargo, López obrador lanzó 5 compromisos claros, en 5 frases, pero que quedaron en solo eso, frases que el mismo mandatario no ha podido cumplir hasta la fecha, más bien sólo viene haciendo lo contrario y tratando de tapar el sol con un dedo, o más bien dándole atole con el dedo a sus seguidores.
1. “Me comprometo a no robar”. Decir que no le interesa lo material y que tampoco le importa la parafernalia del poder es burlarse de los mexicanos que confiaron en ese cambio, decir que solo traía doscientos pesos en la bolsa y hacer creer que eso le serviría para su sexenio. Pero la verdadera intención del mandatario se viene reflejando ya en cómo él y su familia sí están interesados en lo material y en acumular riqueza, lo que se observa en el tren de vida de él, de su esposa y de sus hijos, que en nada se parece a la austeridad apalabrada, que se hace solo en los bueyes de mi compadre, mientras ellos hacen todo lo contrario; en los escándalos de favoritismo y enriquecimiento de sus hermanos, cuñadas, y demás familiares “hasta el tercer grado”; ante los escándalos de corrupción en sus funcionarios, desde los de primer nivel hacia abajo. Una vez más se refleja las falsas promesas donde dice que no permitirá que nadie se aproveche de su cargo o posición para sustraer bienes del erario público.
2. “El presidente de México nunca dará la orden de reprimir al pueblo”. Nos preguntamos si López Obrador estuvo consciente de que le habló y prometió a las gente que confiaron él, y es tan grave la situación porque el mandatario ha hecho todo lo contrario a ese compromiso y pruebas las hay, como la represión a los agricultores de Chihuahua, a los de Tabasco, a quienes después de mandarlos inundar, los mandó también a encarcelar por sus protestas debido a la falta de atención, o a los que le pedían a voces que se retracte de lo que prometió en “primero los pobres”, pero la represión más grande que sufre el país se ve en el ocultamiento de la verdad acerca del manejo de la pandemia y el acallamiento y persecución a las voces críticas y a las justificadas protestas debido a sus efectos negativos al dejarlos a su suerte.
3. “Van a bajar los sueldos de los de arriba porque van a aumentar los sueldos de los de abajo”. La reducción de los salarios de los altos funcionarios de Gobierno, donde sí puede meter mano, ha sido selectiva, mientras sus favoritos siguen ganando hasta más que él mismo, canceló supuestamente las pensiones a exmandatarios, pero la actual secretaria de Gobernación sigue cobrando su pensión como magistrada (esa no la canceló) además de cobrar por su actual cargo. Se sabe que los altos funcionarios se las han arreglado para aumentarse sus salarios, como lo hicieron los diputados. Mientras, el salario de los funcionarios menores no sólo no ha aumentado, sino que ha habido recortes masivos de personal, y cientos de trabajadores se han visto sin una fuente de ingresos, además de haber abundado las denuncias por violaciones a los derechos laborales en esos recortes.
A nivel de la población, se dio un incremento en el salario mínimo, pero sigue siendo un raquítico crecimiento más para la zona B del país, que beneficia solamente al empleo formal, mientras el 57 por ciento de la Población Económicamente Activa malvive en el empleo informal, mientras el poder adquisitivo sigue siendo el mismo, es mentira que aumente, sino que ha empeorado en el año 2020 por la llegada de la pandemia y por la pérdida de millones de empleos.
4. “No es mi fuerte la venganza”. López Obrador sabe a quién tirarle, los más vulnerables a esta frase son los pobres, con ellos si hay las represalias, los manda agredir, secuestrar, golpear, encarcelar y hasta asesinar como el caso de los de Tabasco y la joven familia de Chihuahua por mencionar algunos, dijo nunca dará la orden de reprimir al pueblo, prometió no encubrir violaciones a los derechos humanos, una gran contradicción del mandatario con la ley del garrote que aprobó Morena en su estado natal y se vio ejecutada el día que buscaban y exigían sus derechos elementales cuando se inundaron. El presidente no ha cumplido con su promesa de hacer justicia, pero se ve claramente que el juicio contra Rosario Robles es una venganza contra quien fuera su aliada en el PRD para luego abandonarle, por los escándalos contra René Bejarano y demás funcionarios de López Obrador; o el pleito que tiene contra Felipe Calderón, quien supuestamente le robó las elecciones de 2006; y alienta a los gobiernos morenistas a tomar venganza contra los que no simpatizan con él o simplemente porque no le dan el visto bueno a sus ocurrencias, o como dije arriba por exigir sus derechos elementales.
5. “No tengo derecho a fallar”. No sabemos en qué estaba pensando el mandatario, porque a los únicos que no les ha fallado es a sus familiares y colaboradores personales, así como a los empresarios que le apoyaron en sus campañas, con la mina de oro que van acumulando. Pero a los ciudadanos les ha fallado desde el día que asumió el cargo en solo hacerse de críticas y no velar por el pueblo mexicano como es su deber hacerlo.
López Obrador no ha podido gobernar al país, su soberbia no permite escuchar, vive y actúa de ocurrencias, el país vive una situación muy grave, ya que es el único a nivel mundial que hasta la fecha no tuvo ni busca implementar un plan certero para combatir la pandemia desde un principio lo vio como un juego político, como “anillo al dedo”, porque sus ideas van más allá de querer curar un país a tiempo y esperar a que llegue los tiempos electoreros. No, todo lo enfoca con fines políticos, hasta la pandemia, un gobierno que se atreve a violentar los protocolos de salud una y otra vez junto con su subsecretario de Salud, un gobierno asesino que no le importa lo que se vive a nivel nacional hasta la fecha el índice de muertes por la pandemia se sigue incrementando, pero en vez de destinar recursos para controlarla, es capaz de asignar 89 millones de pesos para el campo de béisbol de su hermano Pío y no hacerlo para la compra de vacunas. Éste sí es el gobierno de “primero los pobres”, pero en castigarlos en dejarlos fuera de sus derechos elementales plasmados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
El pueblo debe organizarse y luchar por sus derechos, el pueblo ya está cansado de las mentiras de candidatos que solo buscan el poder y una vez sentados se olvidan de las promesas, por lo tanto, ya es la hora de que tomen de los cuernos al toro y ponerlo en su lugar. El Movimiento Antorchista Nacional es la única que lucha por un cambio de vida, es la única organización capaz de guiar y llevar al país a un mejor futuro, a una mejor economía donde todos los mexicanos tengan los mismos derechos y privilegios de manera equitativa. Es la única que propone empleos para todo aquel que quiera trabajar, pagar mejores salarios donde pueda adquirir una canasta básica completa para su hogar, donde se exija a los que ganen más contribuyan con más y gasto social se oriente verdaderamente para combatir las diferencias sociales y abatir la pobreza. Los invito a organizarse y unirnos en un solo frente, para que el pueblo gobierne para el mismo pueblo.
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