MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¡Échale un quinto al piano!

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La noche del 15 de abril, la Compañía Nacional de Música del Movimiento Antorchista presentó, en vivo y a todo color, con voces excepcionales, un hermoso recital con 20 canciones del gran compositor coahuilense Felipe Valdés Leal.

Quizá algunos se pregunten: ¿Quién es Felipe Valdés Leal y cuáles son sus composiciones?. Puedo decir que, aunque muchos conocen sus canciones, la verdad es que él es un autor desconocido por los mexicanos. Pero les aseguro que muchos de ustedes las conocen, las saben de memoria y las han cantado en su casa, en los bailes del pueblo y hasta en la calle.

¿A poco no es cierto que se saben el corrido de “Rosita de Alvírez”? ¿No es cierto que han cantado, con las bandas de norteño, aquella canción que se llama “Por una mujer casada”? ¿No será que cantan a todo pulmón el coro de “Échale un quinto al piano”? ¡Claro que sí! Porque las canciones que escribió Felipe Valdés son parte de la cultura mexicana, que en sus tiempos de mayor éxito entonaron Javier Solís, Pedro Infante, Jorge Negrete, Miguel Aceves Mejía, Lola Beltrán, Lucha Villa, Los Panchos, Las Hermanas Padilla, Los Alegres de Terán y muchos otros grandes cantantes de nuestro país.

Hablemos un poco sobre este gran autor: el 19 de diciembre de 2014 ingresó a la Fonoteca Nacional la colección particular de Felipe Valdés Leal, que consiste en 1,419 documentos sonoros que dan cuenta de las aportaciones a la música popular mexicana y a la formación de talentos del compositor, letrista y director artístico. El experto en música mexicana, Pável Granados afirmó hace unos años que Felipe Valdés compuso cerca de 300 canciones y que prácticamente todas son de una belleza descomunal en sus letras, su composición, su música.

Felipe Valdés Leal nació en Saltillo, Coahuila, el 6 de agosto de 1899. Desde pequeño demostró un gran gusto por la música, y a sus siete años, empezó a escribir sus primeros versos.

Su padre, don José Ventura Valdés, le enseñó a tocar la armónica. En 1923 se mudó a Los Ángeles, California, en donde trabajó en una tienda de discos y algunos dicen que la primera canción que compuso fue la de “Échale un quinto al piano”, que rompió récord de ventas en aquella época.

Después escribió el corrido de “Lucio Vázquez”. Para 1925 se convirtió en director artístico en la compañía discográfica Brunswick Record Corporation, en Los Ángeles, desde donde impulsó la difusión de la música ranchera, al descubrir y apoyar a artistas como Javier Solís, Irma Serrano, Los Panchos (los trajo a México directamente de Nueva York), Las Hermanas Huerta, Los Alegres de Terán, Las Jilguerillas, Las Hermanas Padilla.

Algunos expertos sostienen que Felipe no solo fue un gran compositor de música mexicana, sino también un gran “fabricante de cantantes” por su gran capacidad de escuchar el talento vocal y no tener límites para impulsar a quienes consideraba como excepcionales.

En 1943, Felipe Valdés se mudó a la Ciudad de México. Dada su gran producción musical, toda de altísima calidad, recibió innumerables reconocimientos y homenajes, tanto en México como en el extranjero. En 1974 se retiró y se fue a vivir, junto con su familia, a Cuernavaca, en donde falleció el 17 de agosto de 1988.

Voy a retomar algunos comentarios realizados por nuestro querido Maestro Aquiles Córdova Morán, el mismo sábado 15 de abril, después de escuchar el recital: “las nuevas generaciones mexicanas desconocen a los grandes músicos de la patria como lo es Felipe Valdés Leal, quien a quedado en el olvido porque “hemos ido perdiendo como mexicanos el contacto con nuestras raíces de todo tipo, entre otras con nuestras raíces musicales”.

Explicó que “esta labor de menosprecio y de olvido, de repudio a nuestras raíces populares y en particular a la música no es casual, es una política bien meditada para que olvidemos lo que somos, para que perdamos la plena identificación entre nosotros y la patria que nos vio nacer y que nos alimenta, este pedazo del mundo que es el que nos tocó a los mexicanos, pero que muchos quisieran para ellos, sobre todo las potencias imperiales que quieren apoderarse de este territorio pero sin los mexicanos; quieren la riqueza de los suelos mexicanos, pero no a los mexicanos, a quienes nos ven como raza inferior que hay que eliminar, como Hitler quería eliminar a los judíos”.

Puntualizó que es de suma relevancia que México sea consciente de que existe todo un plan que tiene por objetivo el desarraigo de la música popular mexicana y del folclor nacional “para arrancarlos de raíz de nuestra patria y de esa manera hacer más fácil la conquista de nuestro territorio y de sus riquezas naturales”, a su vez comentó que “hay que hacer lo contrario, llevarle la guerra a este intento de desarraigarse es una labor revolucionaria y es también, una labor política de gran importancia”.

Mencionó que la labor de preservación que hace el antorchismo le da contenido a nuestro nacionalismo. Todos los grandes artistas y compositores mexicanos que trabajaron en otra época y que hoy están olvidados, deben ser rescatados por nosotros, porque esa es nuestra manera de combatir toda esta campaña cerrada y brutal en contra del nacionalismo, que es el arma de defensa de los pueblos débiles y pobres del planeta; “si no somos nacionalistas nos van a hundir en los hornos crematorios como a los judíos”.

Como les dije al inicio, todo esto se los cuento porque la noche del sábado 15 de abril, la Compañía Nacional de Música de Antorcha presentó un recital con 20 canciones de Felipe Valdés Leal en el famoso bar poblano “El Alero”, ubicado en la 2 Poniente, casi esquina con la 5 Norte. A quienes no lo vieron ese día, les invito a que busquen el video en la página de Facebook de Juan Celis Aguirre y se deleiten con esas hermosas canciones.


 

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