Han pasado ya diez meses desde que se declaró la alerta sanitaria en nuestro país por la pandemia de covid-19. Muchos son los sectores que han sufrido daños colaterales por esta contingencia atípica, en el país y en el mundo. No solo nos hemos convertido en el país, donde 100 de cada mil contagiados fallecen, si no también estamos dando malos resultados en el sector educativo. Veamos.
La Secretaria de Educación Pública (SEP) manifestó, el pasado mes de agosto, que al término del ciclo escolar 2019-2020 el nivel básico (preescolar, primaria y secundaria), sufrió un 10% de deserción escolar, lo cual significó que dos millones 525 mil 330 alumnos, de ese nivel, no terminaron su educación. Y en el caso de la educación superior, esta sufrió 305 mil 89 bajas, lo que significa que 8% de universitarios abandonaron su carrera. Por consiguiente, la suma de ambos niveles nos arroja una deserción total de dos millones 830 mil 419 niños y jóvenes, que vieron truncado sus estudios, tanto solo en el ciclo escolar pasado.
Para saber si estas cifras son poco o mucho, basta compararlas con la estimación que se tenía en ciclos escolares pasados, donde la situación era, relativamente "normal”. Antes de la pandemia, de acuerdo a la SEP, 4.1 millones de niños, niñas y adolescentes en edad de cursar prescolar, primaria, secundaria y bachillerato estaban fuera de la escuela; así también 6 de cada 10 jóvenes en edad de estudiar la universidad no lo hacían. Todo esto, fundamentalmente, por cuestión de carácter económico de los jefes de familia para poder mantener la educación de sus hijos.
Sin embargo, el panorama para el ciclo escolar 2020-2021 es aún más desolador. Pues el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estimó que 15.5% de estudiantes del nivel medio superior, superior y posgrado no regresarán a clases para el próximo ciclo escolar, lo que representa un millón 431 mil 576 alumnos mexicanos dejarán de estudiar. Y en el caso del nivel básico se prevé, una permanencia del 100%.
Aunque por el momento es solo una proyección, la realidad nos está demostrando que será tal vez aún mayor el daño, pues como todos sabemos, el ciclo escolar actual se han utilizado mecanismos virtuales para impartir la educación en todos los niveles, ya la conexión a internet así como la televisión abierta, son servicios que aún no llegan a miles de comunidades en el país; a ello hay que sumarle, incluso, que en muchas comunidades indígenas o rurales, la electricidad aún no la conocen, lo cual se confirma en el hecho de que en México solo 18.3 millones de hogares cuentan con conexión fija o móvil a internet, de acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2018 que realizó el Inegi.
Por todo esto, es necesario que todos veamos que la pandemia de covid-19 ha venido a dejar al desnudo la gran desigual social que existe en México, ya que, por un lado, existen niños y jóvenes que por su condición económica pueden sortear el reto de la pandemia y seguir educándose adaptándose a las tecnologías de la información; pero existen también, miles de infantes y jóvenes, provenientes de familias pobres, viviendo en comunidades donde la marginación y la pobreza es el pan de cada día; por tanto, es necesario, para que la educación, sea en tiempos de pandemia o época normal, punta de lanza para el desarrollo del país, atacar el grave problema de desigualdad social en México.
Es decir, se requiere hacer un reparto de la riqueza nacional, donde existan empleos suficientes, donde a los trabajadores se les remunere lo justo, donde paguen más impuestos los que más ganan, y donde la riqueza se invierta en los sectores más pobres, es decir, se introduzca energía eléctrica, agua potable, drenaje, internet, etc., solo así podremos, realmente, aminorar la deserción escolar. Pero tal parece que el gobierno morenista que hoy tiene el país, no se da cuenta o simplemente no le importa, por eso vemos que en el PEF 2021, no está destinando recursos para obras y servicios. Sin embargo, el Movimiento Antorchista Nacional, ha venido planteando que el reparto de la riqueza solo será posible cuando exista un gobierno que represente los interés del pueblo pobre, para ello es necesario crear una gran fuerza social que tome el poder político por la vía democrática, de lo contrario seguiremos afrontando pandemias, en el futuro, con graves daños colaterales, tal como la educación.
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