El pasado domingo, en Oaxaca, como en otras cinco entidades más del país, hubo elecciones. Los electores, entre otros cargos de elección popular, eligieron al próximo gobernador, como fue visto y leído por todos, los funcionarios del Gobierno federal y de la Ciudad de México, que tienen aspiraciones para 2024, se vieron muy activos haciendo proselitismo político a favor de la formula morenista y ocupados en salir en la foto de los reflectores nacionales para impulsarse hacia la hora decisiva para determinar quién será el ungido.
Con la encomienda de seguir impulsando la línea obradorista, sobre todo de los proyectos de las obras bandera de la 4T, por cierto muy cuestionadas y de gran desaprobación social por su alto costo económico al irse incrementando cada día que pasa y ambiental ante las graves irregularidades que tienen los proyectos en lo que respecta a los permisos sobre el impacto al medio ambiente, destrucción de la flora, fauna, vestigios como cenotes, cavernas en el sur del país y la inoperabilidad de las mismas, como es el caso del recién inaugurado Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México AIFA.
Los pronósticos del dirigente nacional de morena Mario Martín Delgado Carrillo, ante la algarabía ciudadana de que el partido Morena se aseguraría los 6 triunfos de las gubernaturas en juego, lo que él llamó 6 de 6, pronostico que lo fundaba como fruto del accionar de toda la estructura burocrática federal en favor de sus candidatos, principalmente el ejército de funcionarios que representa los denominados ciervos de la nación, cuya función esencial es precisamente la tarea de promotores de tiempo completo a favor de la 4T, teniendo un censo preciso de qué carencias requieren los sectores sociales principalmente personas de nivel económico bajo o medio, para inclaustrar ahí las dádivas que los motiven o comprometan su alianza, tales como fertilizante, despensas, vivienda, a la vieja usanza de los partidos de antaño y ahora en decadencia.
Como todos vimos, desde la tarde noche del día de la elección y ante el desarrollo de una ejemplar tarea organizativa del Instituto Nacional Electoral (INE), empezaron a publicarse los primeros resultados en los que, de entrada, se tenía cuatro gobernaturas para Morena y dos para la coalición PAN-PRI-PRD, resultados que horas más tarde serían confirmados, fruto de un desencantado 49 por ciento de votantes del padrón total de electores apto para ir a votar.
Estos resultados no fueron del total agrado del inquilino de palacio nacional, el perder Durango no estaba dentro de sus planes, al representar estratégicamente un bastión político importante dentro de la complacencia de seguridad que tiene con los estados vecinos de Chihuahua y Sinaloa, pese a ello ante la inminente derrota, en la mañanera del lunes pasado tuvo que aceptar los resultados enalteciendo la unidad de todos, sin dejar de poner en claro que estos dos candidatos ganadores “deben revisar su estrategia de gobierno”, dejando con esto muchas dudas, nos preguntamos, esto será un mensaje a que no podrán caminar, de lado del plan nacional dado por su gobierno, esbozado bajo el pacto federal?, ya veremos, muchos gobernadores los ha sometido incluso a formar parte de su gabinete como embajadores, y que en las mañaneras de últimos días se ha dicho enfáticamente que los gobernadores salientes tiene aptitudes de servicio y honestidad lo que permite que tal vez formarán parte de la estructura de su gobierno, como es el caso del oaxaqueño Alejandro Murat, cuya entidad a sido de las más visitadas, por cierto la mayoría de ellas en revisión del avance de las obras clave dentro de las promesas de su gobierno y que desde hace doce años han estado sin concluirse, como lo son las carreteras : Oaxaca – Costa, Oaxaca – Istmo, así como el Corredor Transístmico Salina Cruz – Coatzacoalcos, obras que hasta estos días siguen sin fecha determinada de conclusión.
En nuestra tierra de las tlayudas y chapulines también se cocieron habas, como ya se tenía vociferado que dicha elección del 5 de junio pasado, era solo la conclusión del trámite para que el abanderado Morenista Salomón Jara Cruz se confirmará como Gobernador, ante la cacareada entrega del estado, como en efecto se dio, acto que estuvo del todo enardecido por el ganador con una folclórica algarabía oaxaqueña en el festejo de su triunfo, jactándose de una arrollador porcentaje que lo ponía como hegemónico triunfador con un 60 por ciento, sin embargo creo necesario hacer la siguiente reflexión con el ánimo de ser realista y enfriar el ego de quienes aún siguen festejando, como se sabe en Oaxaca se tiene un padrón general, lo que se llama lista nominal de 2 millones 675 mil 702 electores de estos acudieron a las urnas Un millón 115 mil 325 votantes que representa el 37.97 por ciento del total, elección en la que los contendientes obtuvieron el siguiente resultado: Salomón Jara Cruz 670, 502 votos, Alejandro Avilés Álvarez 279, 868 votos, Natividad Díaz Jiménez 42, 255 votos, Alejandra García Morlan 36,799 votos, Bersaín López López 18,165 votos, Mauricio Cruz 20,510 Votos y Jesús López 8,619 votos. Como se puede apreciar no hay nada que festejar el ganador fue el abstencionismo, el primer lugar solo lo hizo con un 16.36 por ciento del total de los electores, se dirá pero ganó aun fuera por un voto, ese es un principio correcto y fundamental de la democracia, más no de gobernabilidad, el descontento general de la población es inminente, la vulnerabilidad que mantiene ante la desaparición de los fideicomisos, del Fonden, el Seguro popular, estancias infantiles, albergues comunitarios, ha pegado en el bolsillo de los pueblos oaxaqueños más vulnerables económicamente, como está siendo visible ante el paso del huracán Aghata, que ha dejado en el desamparo total a miles de familias principalmente de la región alta de la sierra sur, aunado a ello el descontrolado incremento de precios a la canasta básica, relativo entre otras causas el incremento cotidiano de los combustibles, los efectos devastadores que durante dos años ha dejado la pandemia de la covid-19, la falta de empleo, el sector educativo funcionando a medias tanto a nivel federal como estatal ante la limitante de un plan viable y prolifero que permita en breve término que los niños y jóvenes regresen a clases y evitar en la medida de lo posible las graves consecuencias que amenazan heredar una generación deforme en conocimientos, el sector productivo en todos los sectores por los suelos, todo ello han sido detonantes de esa irritación social.
Es de igual forma entendible que los candidatos contendientes fueron muy cuestionados por sus antecedentes en la política, como es el caso del ganador en su paso por SEDAF en el sexenio de Gabino Cué Monteagudo, a quien el pueblo Oaxaqueño en su tiempo le dio su confianza, con el ánimo eterno de un cambio, período que como todos sabemos fue aún peor de deplorables consecuencias, la corrupción afloró de manera alarmante, siendo la salud y el campo los más golpeados, no conviene dejar de lado que los candidatos en conjunto no cumplieron la meta de convencimiento, el hecho de que no haya una participación mayor al 50 por ciento debe preocupar a los políticos que gobernarán Oaxaca, este hecho hace entendible que la población no saliera a votar tiene en su conciencia que todos son iguales, son los mismos solo cambiaron de partido, es ante ello que al gobernador electo, Salomón Jara Cruz, como se ha dicho al fin un oaxaqueño natural gobernará le entidad, tiene un gran reto nada fácil, es momento decisivo de dejar atrás las practicas del político de palabras y abanderar una política de hechos y de desarrollo ante la lamentable y precaria estructura productiva que se tiene, habrá las puertas al sector educativo que permitan acuerdos con sus agremiados dando condiciones dignas de trabajo y también ya urge de exigencia para que nuestros niños y jóvenes dejen de pulular hacia la frontera de nuestro país.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario