MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El campo en Guerrero, tres temporadas después

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A propósito del mensaje del presidente dado el 1° de septiembre con motivo de su Tercer Informe oficial de Gobierno, del que ya los especialistas en la materia se han ocupado suficientemente, el estado del campo mexicano con sus productores mereció dos menciones, mismas que fueron puntualizadas por el presidente como otros aciertos más de su gobierno. Dijo en principio: “que en el campo se está produciendo sin limitaciones, el año pasado la producción agropecuaria aumentó 2%”, y en seguida: “además de estas acciones, emprendimos desde el principio el apoyo al campo; se ayuda de manera directa con recursos económicos a productores y pescadores; se restablecieron los precios de garantía; se están sembrando árboles frutales y maderables en un millón de hectáreas; se entregan fertilizantes a todos los productores de Guerrero que suman 340 mil 460 personas, así como a otros 62 mil 536 de Puebla, Tlaxcala y Morelos”. Estas afirmaciones coinciden con otras más que a lo largo de los casi tres años de gobierno ha expresado en distintas plazas y según él, buscando la soberanía alimentaria para producir en México lo que consumimos y no depender de las importaciones. Tres ciclos productivos, cuando menos en Guerrero, son suficientes para evaluar si en efecto, hoy el campo y los campesinos se encuentran mejor que en años anteriores a la llegada de la 4T. 

Primero, ¿es verdad, como dice el presidente López Obrador, que en el campo se están produciendo los alimentos sin limitaciones?, es posible que en algún lugar del país ocurra, pero en el campo guerrerense esto no sucede. Aunque ciertamente se entrega fertilizante a 340 mil campesinos productores de maíz, el programa funciona con deficiencias que limitan la productividad. Cuando menos 30 mil productores no están inscritos en el padrón, en consecuencia, no reciben el insumo y tienen que buscarlo a través de otras vías que muchas veces resultan un esfuerzo en vano. Existen municipios en las regiones de Tierra Caliente y Norte del estado, en los que solo lo reciben el 60% de los productores y en una cantidad del 25% de sus necesidades productivas. Pero más aún, no solamente se produce con fertilizante, se necesita maquinaria agrícola, semilla mejorada, pesticidas y asesoría técnica, apoyos que en este gobierno han sido eliminados de los programas.

Segundo, tampoco la entrega directa de recursos económicos es suficiente como para suponer un éxito en la producción agropecuaria, la cantidad de hectáreas apoyadas por este programa ha disminuido considerablemente. El 08 de febrero de 2019, el presidente anunció en Cd. Altamirano, que este programa contemplaría a los productores que contaran hasta con 20 hectáreas, sin embargo, hoy solo se apoya hasta 5 hectáreas y los recursos llegan a cuentagotas a los beneficiarios. El programa producción para el bienestar, antes Procampo, beneficia a 180 mil productores, que representan el 50% de los productores de maíz, sin tomar en cuenta el resto de los cultivos que en el estado se practican. 

Por otro lado, la vuelta de los precios de garantía, tiene los defectos de un programa improvisado que se implementa con muchos contratiempos, iniciando tardíamente, haciendo peligrar el grano porque los productores no cuentan con condiciones de almacenamiento y conservación, los gastos para llevar el producto a los almacenes de Segalmex aumentan debido a un número indeterminado de visitas que deben hacer al almacén desde la entrega hasta el pago de su venta. De no subsanarse esta falla, provocará que los productores vuelvan a caer en manos de los compradores particulares de maíz. 

La agricultura en Guerrero no está en su mejor tiempo, a pesar de que en estas dos últimas temporadas la naturaleza ha beneficiado con buenas lluvias al campo, existen muchas limitaciones para producir el maíz que consumimos, los requerimientos para esta actividad son limitados. Hay que señalar también, que los otros productos que se producen en el estado, entre los que se encuentra el mango, la Jamaica, el café y el coco, en este ciclo productivo no recibieron ningún apoyo del Gobierno federal, ni del gobierno del estado, mucho menos de los municipios. No se ve entonces, de donde surge el crecimiento en la producción agropecuaria anunciada por el presidente López Obrador, porque la producción realizada por los pequeños y medianos productores no puede darse exitosamente en estas penosas condiciones. Y tampoco puede sustentarse en la producción de los grandes productores privados, porque esa, por su discurso, no la apuntala de ninguna manera.

El discurso triunfalista del presidente sobre el campo, es uno más de los inventos perversos que usa para ganarse la confianza, la credibilidad, y la simpatía de los campesinos para continuar sosteniendo su gobierno sin contratiempos que lo pongan en peligro y lograr sus propósitos. Pero el tiempo no debe pasar en vano, y estas tres temporadas deben servir para que los productores se den cuenta que al presidente no le interesa la suerte de los campesinos, ni pequeños, ni medianos, ni grandes; que como en los gobiernos pasados, la soberanía alimentaria solo la persigue en el discurso, porque ni siquiera tiene en la cabeza como hacerlo. Es cierto, que es necesario producir mucho para alimentar al pueblo, y que por esta razón el esfuerzo realizado por todos los productores del campo, debe ser valorado y respetado por todos los mexicanos, pero esto no sucederá en este gobierno encabezado por la 4T, aunque se ufane en ello, será en otro, construido por todos los trabajadores organizados y dirigidos por un partido que ponga por encima de todo los intereses de todos los que trabajen. En eso, se ocupa Antorcha Campesina, caminemos juntos.

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