MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El gobierno de Querétaro y el “manejo” de siempre

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No hace mucho, platicando con un amigo conocedor de la política y de los grupos de poder en el estado, por haber ocupado un puesto administrativo en el gobierno, tratamos el tema de las necesidades de la gente organizada en el Movimiento Antorchista y la incomprensible actitud de las autoridades de buscar siempre pretextos para no resolver los graves y viejos problemas de infraestructura básica y programas sociales. Al comparar su actitud con la de gobiernos panistas de otras entidades, me contestó: “Es cuestión de estilos” del actual gobierno.

La respuesta del gobierno siempre es la misma: “No hay dinero”, pero los años pasan, los poderosos siguen ganando y los marginados siguen esperando.

Obviamente, no coincidimos. Quienes alguna idea tenemos de lo que es la lucha de clases no estamos de acuerdo con esta aseveración, pues es evidente que no es cuestión de modo ni de forma, sino de fondo.

Contrario a lo que dicen la ley y los políticos en campaña, las clases marginadas tienen obligaciones pero no derechos. Tienen, por ejemplo, la obligación de trabajar para los poderosos por salarios bajos y todavía pagar impuestos por trabajar.

Más de diez años hemos insistido en nuestra propuesta de privilegiar el diálogo y de sumar esfuerzos en beneficio de la población, pero no ha sido posible, lo que revela que en el estado gobierna una élite dogmática.

Pareciera que no les ha caído el veinte de la complicada situación nacional y que, con su actitud, “tiran el agua sucia de la bañera con todo y niño”.

Algunos funcionarios, en su afán de no ceder y hacer evidente su poder, en lugar de resolver las necesidades de los pueblos y colonias organizadas en el antorchismo, anteponen los intereses más generales y probablemente hasta los suyos propios.

En noviembre de 2021, pocos días después de que el gobernador Mauricio Kuri tomó posesión, el Comité Estatal Antorchista le solicitó una audiencia para hacerle saber la problemática que viven varios miles de familias agremiadas en nuestro movimiento y solicitarle algunas obras urgentes planteadas a gobiernos anteriores. Hasta la fecha, no hemos sido escuchados ni se han atendido las necesidades.

Solicitamos, por ejemplo, letrinas para familias de pueblos de Colón y Tolimán que, por la topografía y el tipo de suelo de sus comunidades, no cuentan con drenaje y tienen que hacer sus necesidades al aire libre.

Solicitamos, igualmente, agua potable para las colonias Altos del Pueblito y Benito Juárez, de Corregidora, y para cientos de familias de Tolimán, Pinal de Amoles, Jalpan de Serra y Cadereyta de Montes, que carecen de este vital líquido.

Entre otras cosas, también solicitamos pavimento para los caminos de El Saúz, en Peñamiller; Ojo de Agua, Guayabos, La Arena y Sabino Chico, en Jalpan de Serra; Huilotla, en Pinal de Amoles, y San José Tepozán, Enramadas y Adjuntitas, en Cadereyta, además de otras necesidades solicitadas a la Secretaría de Desarrollo Social, la Secretaría de Obras Públicas, el Instituto de Vivienda, la Agencia de Movilidad y la Secretaría de Desarrollo Agropecuario.

¿Es acaso un lujo que las familias humildes cuenten con un sanitario digno, con luz, agua potable y alcantarillado, como las familias de las colonias de Corregidora? ¿Es malo que las mujeres de bajos recursos ingresen al programa “Tarjetas Contigo”, cuando es dinero de la misma gente y los funcionarios lo utilizan para hacer proselitismo político?

Sin embargo, igual que todos los gobiernos, la respuesta siempre es la misma: “Estamos para atender las necesidades de la gente, pero no hay dinero” o “hay recortes y el dinero no alcanza”. Otras veces dicen: “Vamos a hacer un recorrido para ver si la obra se justifica” y, cuando ya no les queda otro argumento, afirman: “Voy a pedir autorización con mis jefes y les aviso”… Y así, con el manejo y las maniobras de siempre, pasan y pasan los años… Ganan los de siempre y pierden los de siempre.

En estas circunstancias, a los antorchistas no nos queda más que insistir y luchar por todos los medios que nos concede la Constitución, como la protesta pública, y así lo haremos, porque México (y Querétaro) es un país muy desigual e injusto. Por un lado, hay una pequeña masa enriquecida y poderosa, y por otro, un pueblo enorme que carece de casi todo.

Para solucionar el problema, se necesita distribuir la riqueza como lo ha propuesto Antorcha: con una política fiscal progresiva, donde paguen más los que ganan más; reorientar el gasto social, invirtiendo en obras para la gente y crear empleos para todos, pero con salarios dignos y con todas las garantías que la ley prevé. ¡Así será!

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