El artista es el ser cuya sensibilidad es superior a la del común de los hombres, es por tanto, capaz de ver con mayor profundidad la esencia de los fenómenos que la realidad le presenta, y cuando esa sensibilidad es cultivada y abonada con la efervescencia social que de tiempo en tiempo se presenta, la suma de contradicciones trae al mundo individuos que, con su creatividad, sintetizan los anhelos y necesidades de los pueblos.
Quienes tienen esta característica no se bastan a sí mismos para soportar las tormentas de sus emociones, y desde el principio de los tiempos, han buscado los medios por los cuales externarlas, para no ahogarse en ellas. En esa búsqueda se apoyaron del sonido, las imágenes, la palabra, el movimiento y las formas, dando con ellos, origen a las Bellas Artes, con las que pudieron representar su visión de la realidad, haciéndola más plástica, más tangible y más permanente.
Hace unos días tuve la oportunidad de participar como invitado en el evento inaugural de la exposición de la Ruta Escultórica en la Villa de Etla, en la capital del Estado, a cargo de un grupo de más de 40 artistas plásticos, cuyo comité organizador es encabezado por el profesor Manuel Miguel Pérez. Y debo decir, en honor a la verdad, que no deja de sorprenderme la laboriosidad del pueblo oaxaqueño en varios ámbitos de la sociedad, y en este caso, para hacer arte en todas sus manifestaciones. ¿Qué tanto han sido valorados los hijos del pueblo y sus creaciones? Tengo la impresión -deseo que errada-, de que muy poco. Estos escultores, su obra y su proyecto son el germen de un importante oleaje artístico, cuyo papel será fundamental en los tiempos en que nos ha tocado vivir. Me explico.
Quiero resaltar, si se me permite, dos aspectos de este proyecto que me sorprendieron por la asombrosa coincidencia que comparten con nuestra visión del arte. Primero, que su concepto sea abiertamente contrario al interés económico que priva en la mayoría de los gremios, aquel que somete la inspiración a destajo a cambio de ganancias, fama o prestigio. En su lugar, ellos proponen sacar el arte de la prisión que representan los museos o galerías en que se ha encajonado el talento, y que quizá sin proponérselo, han contribuido a la elitización del arte, dado que el pueblo llano está alejado cultural o económicamente de estos espacios. Segundo, que su propuesta consiste no sólo en acercar el arte a los ciudadanos, sino concientizarlos a través de sus obras, sobre la destrucción que estamos haciendo del planeta y del uso y abuso de materiales que podemos reciclar.
Estos aspectos, ignorados por muchos y desapercibidos por otros, son de importancia crucial en la tarea que realizamos quienes queremos cambiar a nuestra sociedad para bien, para quienes asumimos una actitud crítica acerca de la vida política y económica de nuestro país y que tiene a la inmensa mayoría de nuestros compatriotas, al borde de la miseria.
Este grupo de artistas, que es capaz de ver con mayor profundidad los fenómenos de la realidad, en su búsqueda de la belleza, la armonía y la pulcritud, se enfrentará, ineludiblemente, con la cruda realidad social en la que ninguna de esas cualidades que subliman al individuo y lo elevan espiritualmente, pueden encontrar fácil lugar, puesto que la inmensa mayoría de los mexicanos padecen un marasmo emocional ignominioso, originado por sus condiciones de pobreza.
La falta de condiciones materiales humanamente aceptables como pavimento, drenaje, agua potable, electricidad, el que millones de personas viven en pocilgas construidas con desperdicios, o hacinados en cuartuchos de unos cuantos metros cuadrados como se vive en las viviendas de interés social, etc., han colocado una pesada losa mental y emocional que será difícil de sacudir de las grandes masas trabajadoras. Es aquí donde el arte jugará un papel revolucionario.
Es por ello que afirmo que el papel que han decidido jugar estos artistas es determinante en los tiempos que corren. Con su arte no sólo representan el mundo real, sino sobre todo, el mundo ideal; se han dado a la tarea de exhibir lo que está mal, y en consecuencia, de plantearle a la sociedad lo que debe ser, hacer y ansiar para que la nuestra sea una patria generosa para todos.
Y una vez que con el arte abonen el terreno para el ideal de una sociedad mejor, podrán darse cuenta que sembrar en los hombres los deseos de futuro, de justicia, de belleza y desarrollo, no es suficiente, es necesario brindarles las herramientas y condiciones para cambiarla. Se deben encontrar las causas profundas, el origen verdadero de los males, entender que el fondo del problema no es la corrupción, no es la destrucción del planeta, no es el desperdicio de los materiales, que estos no son sino efectos de una misma causa: el sistema económico que impera, el de la máxima ganancia, el que ha hecho de las relaciones entre los hombres, relaciones de explotación de la inmensa mayoría a manos de una pequeña minoría, el que sacrifica y destruye sin recato todos los recursos naturales a su alcance con tal de producir y vender mercancías.
Esta labor sólo será posible si se pone en práctica el segundo aspecto de su proyecto: exhibir en las plazas públicas y en las calles sus esculturas, ponerlas al alcance de las masas populares, será el germen de la concientización social, porque ese incipiente intento de educar, si es canalizado correctamente, podrá ser el vehículo educador que le muestre a la sociedad, a través de la belleza del arte, con toda su fuerza y su contenido, el origen de los males que la agobian, encaminándola por la ruta del progreso, por la senda que nos permitirá concientizar a nuestro pueblo de que para transformar su realidad, es urgente formar ciudadanos críticos, cultos y sobre todo, comprometidos con el progreso de México, con estas atribuciones, entenderá la necesidad de organizarse para formar una fuerza social tan grande y tan poderosa, que luche por hacer realidad los derechos constitucionales, y en esa lucha, surgirán los verdaderos líderes populares.
Por ello, felicito a los artistas que impulsan este proyecto con recursos propios, con solo la voluntad de contribuir al mejoramiento de nuestro planeta y a la vez les ofrezco, por mi conducto, la mano amiga del Movimiento Antorchista Nacional, para desarrollarlo a niveles que impacten en este estado y en todo el país, además de respetuosamente invitarlos a poner sus habilidades al servicio de los humildes de nuestra patria, que sepan que por sus manos y sus ojos, por sus labios y sus oídos, esperan encontrar cauce los anhelos de justicia de los más desprotegidos, y que su tarea histórica, como ha sido la de muchos oaxaqueños ilustres, es hoy iniciar la ruta del progreso.
Extiendo además la invitación, en primer lugar, a los miembros del Movimiento Escultórico de Valles Centrales, para que juntos impulsemos el embellecimiento del Pabellón donde se coloca esta exposición cada año, y en segundo, a todos los grupos de las diversas expresiones artísticas de Oaxaca, a crear un ambicioso proyecto cultural que permita la exposición pública y gratuita de sus obras y creaciones, cuya gestión puede apoyar y encabezar la organización que represento. Porque los frutos de esta empresa maduran ya, y se deben poner al alcance de las manos del pueblo. Sea.
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