Es oportuno manifestar que el Presupuesto de Egresos de la Federación 2024 (PEF 2024) aprobado, ratifica y perpetúa en lo general el padecimiento que las familias trabajadoras han tenido que sufrir en los últimos años. Nuevamente se deja a criterio de quien preside el poder ejecutivo cómo utilizar los recursos públicos. No hay razón para creer que este año, el último en la administración del Peje, sea diferente a los cuatro anteriores.
Se priorizaron inversiones que van a generar ganancias considerables a los empresarios amigos del presidente. Bastará observar quiénes realmente utilizarán los servicios que prestarán las faraónicas obras construidas en el presente sexenio cuando estén en operación. Es inverosímil creer que los trabajadores, con salarios miserables, utilicen para su actividad productiva los más de mil 500 km de vías férreas construidas en el sureste mexicano; o que a un trabajador que consume de 20 a 40 litros de gasolina “made in Mexico” a la semana se le aturda con toneladas de propaganda para que crea que tenemos un presidente patriota que se preocupa por la autosuficiencia energética.
Empero, la vanguardia organizada de los trabajadores en México, sabemos que son los amigos del presidente, los dueños de la industria en general, los que necesitan millones de litros de gasolinas a la semana para mover su maquinaria productiva (cientos de fábricas y miles de vehículos), razón suficiente para justificar la construcción de una nueva refinería que terminará costando entre 16 mil y 17 mil millones de dólares, el doble del presupuesto original de 8 mil millones de pesos, tal como lo reconoce el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O.
Y, la cereza del pastel: La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco tuvo un costo de 113,327 millones de pesos (5,692 millones de dólares), según confirma una minuta difundida por la Auditoría Superior de la Federación (ASF). En este asunto de la aviación civil, hay que sumar al costo de cancelación del NAIM, el costo de la construcción del nuevo aeropuerto “Felipe Ángeles” en Santa Lucía, que registró a junio del año pasado una inversión de más de 88 mil, 107 millones de pesos ($88,107,344,367.00 según datos de la propia Secretaría de Hacienda).
Seguramente tú, amable lector trabajador, utilizas el nuevo aeropuerto “Felipe Ángeles” para cumplir con tu obligación de trabajar y proporcionar con ello bienestar a tu familia. Con estos datos, no queda ninguna duda de quienes se benefician directamente de estas obras, tanto en su construcción como en su futuro uso y aprovechamiento, estos no son otros que los empresarios, los dueños del capital en México y no los trabajadores.
Por lo tanto, esto nos obliga a manifestar que no creemos cosas que AMLO sin rubor alguno dice a cada rato. No se cansa de afirmar sin dar prueba alguna de su dicho de que, en su Gobierno “primeros los pobres”. Como se demuestra en los hechos, no es así.
A la fecha, los grandes beneficiarios de la inversión de los recursos públicos siempre han sido sus amigos empresarios. Al sector trabajador, no sólo le redujo los beneficios alcanzados, sino que es el blanco predilecto de su propaganda chantajista.
Lo demuestra cuando escoge para su propaganda al sector menos numeroso de nuestra población, pero muy presente en el ánimo de cualquier mexicano de buena fe: los adultos mayores. Sabe perfectamente bien que la fragilidad de este sector cala hondo en el ánimo de los mexicanos y por eso los utiliza.
AMLO y Morena nada tienen de “izquierda”; son personeros del neoliberalismo del que ellos tanto reniegan; sus hechos y los resultados de sus hechos así lo confirman.
Hay mucha gente confundida que cree que Morena es un partido político con ideología de izquierda, que es heredera legítima de quienes hasta en las décadas de los 60 y 70, se dieron a la tarea de difundir con convicción estas ideas, los que creían que un mundo mejor, sin explotación, era posible.
Estas ideas han evolucionado y ya se llevan a la práctica en países donde sus Gobiernos han decidido apostar por un camino diferente y superior al militarismo occidental. Como es fácil deducir, en estos países no están superando la marginación y todos los flagelos que conlleva la pobreza, repartiendo “ayudas directas” o implementando algunas de las medidas que la 4T cree que son innovación y que son medidas efectivas para superar este problema; es más, en ninguno de los restantes 195 países que hay en el mundo, implementan alguna de las medidas que AMLO aplica aquí, para pregonar que en el gobierno de la 4T son “primero los pobres”.
Los países con un desarrollo social avanzado utilizan otra manera de gobernar, donde hacen más eficiente la administración de sus recursos en beneficio de la mayoría que, en todos los países, son los trabajadores de la ciudad y del campo. Caso emblemático y digno de seguir, porque elucida una sociedad más desarrollada y superior en la escala del desarrollo social, es sin duda el caso de China.
Concluimos esta reflexión. Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena nada tienen de “izquierda”; son personeros del neoliberalismo del que ellos tanto reniegan: sus hechos y los resultados de sus hechos así lo confirman. Morena surgió como institución política para sustituir al ya desgastado y deteriorado aparato político, erigido para contener y someter al resto de la sociedad, para garantizar y anteponer los intereses inmediatos y de largo plazo de la clase pudiente mexicana.
Por eso el sector progresista y trabajador, nada bueno debe esperar de las decisiones que tomen los representantes de la plutocracia mexicana en las instituciones legislativas de nuestra república. El nivel de desarrollo y bienestar supuestamente otorgado en los últimos cinco años a los trabajadores es nada en comparación a los beneficios otorgados al sector contrario; a los dueños del capital financiero y de los medios de producción masivos. Todos estos privilegios promovidos y otorgados con anuencia del propio presidente de la república (recordemos los contratos de obra otorgados por invitación y directos; sin licitación pública) y en complicidad directa con los legisladores de su marca política: Morena.
Nos queda perfectamente claro el por qué este PEF 2024 tiene las mismas características que los cuatro anteriores. Llamamos a no desaprovechar la oportunidad que tenemos de poder cambiar esta situación el próximo año.
Aún creemos que el sistema democrático y republicano que como mexicanos decidimos darnos aún debe y puede dar más satisfactores a las familias trabajadoras; hagamos que así sea.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario