Amable lector, en esta ocasión quisiera aprovechar la oportunidad que tengo de escribir para abordar un tema que me interesa y que creo puede ser del interés colectivo.
La falta de vivienda es un problema de los más graves que enfrentamos miles de familias pobres en México, desde hace muchos años, y que puede abordarse desde diferentes ángulos. En la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 4 establece que “toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo”.
Nadie, en su sano juicio, pudiera decir que ese artículo esté mal o que le falte algo, al contrario, está muy bien, así como otros que marca la constitución; el problema se presenta cuando los encargados de llevarlo a la práctica, que son las Instituciones del gobierno federales, estatales o municipal, lejos de preocuparse por atender este derecho y brindar los apoyos necesarios para alcanzar este objetivo, se han dedicado, en los últimos años, a desaparecer algunos de los pocos programas de vivienda que verdaderamente apoyaban a familias humildes.
Para ello quisiera poner un ejemplo de lo que menciono. Hasta antes de que Andrés Manuel López Obrador tomara el cargo como presidente de México, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), apoyaba con material para la construcción de un cuarto (de cuatro por cuatro metros), y el beneficiario aportaba la mano de obra para construirlo; para ser candidato a recibir un apoyo tenía que cubrir una serie de requisitos, así como realizar un estudio socioeconómico para demostrar que de verdad necesitaba el apoyo, si bien es cierto no se resolvía el problema por completo, ayudaba a que miles de familias tuvieran un hogar seguro en donde vivir con sus familias, ya que por ser un programa federal se apoyaba en los treinta y dos estados. El programa, al asumir el poder la 4T, desapareció, así como otros programas que en algo ayudaban a miles de mexicanos.
Quisiera aportar algunos datos de una encuesta que realizó el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) en más de 55 mil hogares de octubre a noviembre de 2020, de la situación de la vivienda en nuestro país, aunque dicha averiguación tiene tiempo de haberse realizado, aporta datos interesantes que creo tienen vigencia y que nos podrían ayudar a entender de mejor manera el tema que intento desarrollar.
A continuación, mencionaré los 6 puntos relevantes de la encuesta.
1,- La vivienda en México es chica las famosas casas-huevito es decir el 41.3 por ciento de las viviendas en México miden de 56 a 100 metros cuadrados. 2.- Una cuarta parte de las viviendas es vieja es decir que tiene más de 31 años de haberse construido el 24. por ciento. 3.- Casi la mitad de las casas presentan grietas y filtraciones el 44.2 por ciento. 4.- La gente renta porque más de la mitad de la población no tiene acceso a hipotecas, el 51.4 por ciento. 5.- La autoconstrucción predomina en México el 57.3 por ciento. 6.- El 65.4 por ciento mexicanos autofinancian sus casas, es decir las hicieron con recursos propios
Con estos datos pudiéramos darnos una idea más clara de la terrible situación que enfrentan las familias en sus hogares, desde los tienen una pequeña vivienda y los que tienen que rentar porque no tiene un lugar digno donde vivir, muchas hogares construidos con láminas en los techos, paredes de madera y con pisos de tierra, en estos momentos al escribir estas líneas está pasando por el estado el huracán Kay en categoría 2, y sin duda las familias más afectadas serán las que no tienen sus casas construida con tabique y techo de concreto.
Durante los cuatro años que lleva en el poder la Cuarta Transformación, lo único que ha demostrado es su incapacidad para gobernar, urge un cambio radical en el timón de quien dirige este país y que verdaderamente se preocupen por atender las necesidades de los más pobres.
El Movimiento Antorchista ha planteado cuatro ejes fundamentales para el desarrollo de México: la generación de empleo para todos, el incremento significativo de los salarios, la recaudación justa de los impuestos y la aplicación de recursos del erario para obras de beneficio comunitario.
Los Antorchistas sostenemos que estos ejes bien aplicados pudieran ayudar a mejorar las condiciones de vida de millones de mexicanos.
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