Con el anunciado regreso a clases por parte de las autoridades educativas del país se abre una infinita posibilidad de situaciones problemáticas para los agentes educativos, quienes tendrán que afrontar las consecuencias de las políticas instrumentadas desde las cúpulas burocráticas de la SEP para ser aplicadas hasta el último pueblo, ranchería o rincón de nuestra patria donde exista, aunque sea de palitos, una "escuela" del Sistema Educativo Nacional.
En el terreno pedagógico, se anuncian con bombo y platillo estrategias didácticas como el empleo de cartas descriptivas, diagnósticos en línea, plataformas educativas desde google classroom hasta Edmodo y páginas electrónicas; metodologías para el trabajo virtual, presencial o mixto como el aprendizaje basado en proyectos y muchas más.Cual si fueran la panacea que permitirá salvar el ciclo escolar y fortalecer en los alumnos los aprendizajes esperados que hasta la fecha no se han podido consolidar como significativos y permanentes.Por supuesto, creemos necesario destacar que estas herramientas de trabajo pueden ser sumamente efectivas y tienen bondades para la enseñanza aprendizaje que debemos conocer y entender.
El problema no es que los planteamientos teóricos sean incorrectos, ni siquiera que sean irrelevantes, el problema en sí es que estos planteamientos carecen de una condición elemental: no están contextualizados; la posibilidad de acceso de los alumnos de los diferentes niveles educativos a estas herramientas E-learning como se conocen en el argot pedagógico es muy limitado de manera general y se ve dramáticamente disminuido en los pueblos y comunidades más alejadas del país, por lo cual, podemos concluir sin temor a equivocarnos que estas políticas educativas fracasarán en un alto porcentaje y llevarán a un retroceso educativo sin precedentes en el país.
Los maestros afiliados a Antorcha Magisterial lo vivimos de manera constante, pues es una verdad innegable que las escuelas que se han gestionado para satisfacer las necesidades que los colonos o campesinos le plantean a Antorcha, han sido fundadas precisamente en los rincones más olvidados de la geografía mexicana, allí donde la mirada de los funcionarios no alcanza a llegar y donde la población en muchas ocasiones es olvidada en la satisfacción de sus necesidades más elementales desde educación hasta servicios básicos.
Este trabajo de a pie que hacen los activistas nos permite tener el pulso preciso de la situación y las necesidades del pueblo pobre.Es por ello que desde el inicio de esta pandemia hemos insistido en la necesidad imperiosa de que el gobierno en sus diferentes niveles instrumente políticas de apoyo a los más vulnerables, cuestión que hasta el momento no se ha dado o por lo menos no en la cantidad y calidad necesaria para impactar positivamente en este amplio sector poblacional de modo que a la fecha suman millones los desempleados y personas que viven sin saber ni siquiera como alimentarán a sus hijos ese día.
Pero, ¿Qué se plantea en la educación? ¿Qué apoyos se han dado o se han propuesto para lograr el regreso a clases para evitar que ahora los contagios y la mortandad se ensañen contra nuestros niños y jóvenes? Con honestidad debemos decir que se ha dicho mucho, pero en los hechos no hay absolutamente nada.Pongamos por ejemplo el indispensable apoyo para poder desinfectar (no sanitizar que es un verbo mal empleado) las escuelas, el establecimiento de filtros sanitarios con su consabida dotación de gel, cubreboca, alcohol y otros productos para higienizar desde instalaciones hasta personas.El mismo Esteban Moctezuma, Secretario de Educación Pública Federal, anunció públicamente que estos insumos debían ser suministrados gratuitamente por los Estados (léase gobiernos estatales), al respecto hacemos constar que por lo menos en el Estado de Puebla todas las escuelas que militan en Antorcha Magisterial entregaron oficios desde el mes de junio en diferentes dependencias, tanto municipales como estatales, y la respuesta que han recibido en su totalidad, es una rotunda negativa, no hay recursos para las escuelas pues el Gobierno Federal recortó los presupuestos al Estado y, a su vez, éste recortó más de 400 millones de pesos a los ayuntamientos; es decir que el discurso oficial no se corresponde con la realidad y quienes sufren los efectos son siempre los más pobres.
Ante esta situación, ¿quiénes cargarán como siempre la pesada losa que implica instrumentar estas acciones? Una vez más serán los padres de familia quienes con sus cuotas voluntarias tendrán que rascarse con sus propias uñas para salvaguardar la salud y la vida de sus hijos, sin importar que millones están desempleados, que miles de familias se han quedado sin el sostén del hogar por deceso de alguno de ellos y que la recesión económica presente ha mermado el poder adquisitivo de las familias mexicanas.
Ya no solo tienen que cooperar para pagar los servicios como luz, agua, internet y papelería escolar, además de tener que cooperar para pagar a los maestros que por adeudos de horas tienen las escuelas, sino que ahora se le suma una carga más al de por sí ya pesado compromiso con la educación de sus hijos.¿Y qué dicen tanto Barbosa como Moctezuma en este rubro? Ambos vociferan diciendo que los padres no deben pagar nada para educar a sus hijos, que la educación es gratuita, pero nada se dice sobre las grandes necesidades que existen y ante las cuales ambos simplemente hacen oídos sordos.
La tan llevada y traída 4T ha tomado como su lema de campaña en la educación las 4 A del derecho a la educación: asequibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y adaptabilidad.Las 4 A datan de 1966 cuando fueron adoptadas en el Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales y ahora las esgrime como lema educativo el Gobierno Obradorista, pero mientras no se instrumenten acciones concretas para llevarlas a cabo seguirán siendo letra muerta; acciones como dotación de insumos sanitarios a las escuelas, subsidio de pagos de luz, agua e internet así como pago de adeudos de horas y plazas para completar la planta docente y de servicios, son necesarias para evitar que sean los padres quienes sigan pagando lo que por derecho les corresponde.
Por lo tanto, exigimos como Antorcha Magisterial que sean escuchadas y resueltas las necesidades de las escuelas con recursos del Gobierno estatal y federal para salvaguardar la integridad y la vida de quienes son el futuro de la patria: nuestros niños y jóvenes.
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