En Tabasco, cuando no nos llueve, nos llovizna
En una colaboración publicada en este mismo espacio el 4 de junio pasado, toqué el tema de la informalidad en nuestro estado, un flagelo que el Inegi calculó en un 62.6 %.
Comenté entonces que con esos datos quedaba claro que, de cada 100 tabasqueños ocupados en alguna actividad económica, más de 62 trabajaban por su cuenta, lo que significaba que no se estaban generando los empleos que la gente necesita para recibir un ingreso ni, por ello, tener con qué comprar alimentos, curarse de alguna enfermedad, educar y vestir adecuadamente a su familia.
Ahora nos llueve sobre mojado, con la noticia de que, en julio de 2024, el número de empleos en la entidad cayó un 10.8 % comparado con julio de 2023. Prácticamente, nos están dando el tiro de gracia.
Señalaba, asimismo, la urgencia de que nuestras autoridades asumieran el compromiso con la sociedad de no abandonarla a su suerte para que “cada quien se rasque con sus propias uñas”, sino que buscaran la manera de atender el problema y resolverlo con la premura que la situación amerita.
Señalábamos que todo el mundo se ensaña con el empleo informal, criticando la obstrucción de calles, la basura que genera, lo antiestético que es, y el impago de las correspondientes contribuciones al erario, tal y como se supone lo hacen los comerciantes establecidos.
Se olvida, consciente o inconscientemente, que el fenómeno del ambulantaje es provocado por las autoridades omisas al no crear suficientes puestos de trabajo para todos los que tienen edad y, sobre todo, necesidad de trabajar.
Pero ahora nos llueve sobre mojado, con la noticia de que, en julio de 2024, el número de empleos en la entidad cayó un 10.8 % comparado con julio de 2023 (página digital de XEVT 10.1 FM, telerreportaje del 5 de agosto de 2024). Prácticamente, nos están dando el tiro de gracia.
Por si alguien quisiera justificar el hecho diciendo que no somos el único estado en estas condiciones, ya que también Zacatecas, Baja California, Chihuahua, Durango y Baja California Sur registraron variaciones en la gente ocupada, debemos decir que, si nosotros perdimos casi el 11 % de los empleos, aquellos estados perdieron solo -1.9 %, -1.1 %, -0.8 %, -0.2 % y -0.1 %, respectivamente.
Es decir, muy por debajo de lo que perdimos los tabasqueños. Además, tenemos que decir francamente que ese tipo de consuelo no es para nosotros; y a nadie conviene razonar así, porque, de acuerdo con la misma fuente, hubo entidades que sí crecieron en este rubro, como Chiapas, que tuvo un incremento del 6.4 %; Hidalgo, 4.9 %; Nayarit, 4.7 %; Estado de México, 4.3 %; y Nuevo León, 4.0 puntos porcentuales.
Sin embargo, sin ser especialista en economía, creo que, a nivel nacional, el mal ya se veía venir. En julio del año pasado, el diario El Economista, en su edición del 12 de agosto de 2023, publicaba una nota con el encabezado “Se enfría el mercado laboral y julio pierde poco más de 2,000 plazas formales”.
“Sólo en julio de 2023 se registró una baja de 2,168 empleos registrados ante el IMSS. Esta fue la peor caída desde 2005 (sin considerar el periodo de la pandemia de covid-19) (…) Este nivel de pérdida de empleos formales fue el peor registrado para un julio en los últimos dieciocho años. Esto sin considerar julio de 2020, donde se dieron de baja casi 7 mil plazas debido al paro de la actividad económica por la pandemia de covid-19”.
A pesar de lo anterior, el diario daba cabida al optimismo:
“Pese a esta caída mensual, se observa que en el acumulado de enero-julio todavía son positivas las cifras: las plazas del IMSS crecieron 11.5 % en comparación anual. Los expertos coinciden en que todavía no se tienen datos suficientes para lanzar señales de preocupación”.
Como vemos, de aquella fecha a esta, las cosas han cambiado para mal: de acuerdo con Hoy Tabasco, del 4 de agosto de 2024, la Secretaría de Gobernación ha dado a conocer que el número de personas que entraron irregularmente a México de enero a mayo de este año alcanzó los 590 mil 401, lo que representa un aumento de cerca del 220 % en comparación con el año anterior, de los cuales 270 mil 722 extranjeros ingresaron por Tenosique y Balancán.
Estos números nos dan una idea de que, aunque esos migrantes no vienen con la intención de establecerse aquí, de cualquier manera, su estancia pasajera complica el acceso a las fuentes de empleo, debido a que algunos de ellos buscan ocupación temporal para allegarse algún recurso antes de continuar su camino.
De todo lo hasta aquí dicho, se deriva la inminente necesidad de que las autoridades correspondientes pongan manos a la obra en lo que se refiere a la generación de empleos; la realidad ya nos alcanzó y nos ha rebasado; y no podemos seguir esperanzados en que algún milagro nos venga a salvar.
Por el lado de quienes padecemos los efectos del desempleo, debemos abandonar la pasividad y pasar a la acción. Con nuestro trabajo, impulsamos el desarrollo del país, por lo tanto, exijamos que desde el Gobierno federal se cumpla con lo establecido por el artículo 3.º de la Ley Federal del Trabajo, que a la letra dice:
“El trabajo es un derecho y un deber social. No es un artículo de comercio, y exige respeto para las libertades y dignidad de quien lo presta (…). Debe efectuarse en condiciones que aseguren la vida digna y la salud para las y los trabajadores y sus familiares dependientes”.
En consecuencia, de todos nosotros depende que todo cuanto aquí se dice no sea letra muerta.
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