MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Esconder la pobreza, prioridad del gobierno morenista

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La prensa publica ya otra realidad muy distante de la que pregona la perversa maquinaria gubernamental; aquella que funciona a golpes mediáticos dirigidos a convertirse en el alimento que digieran millones de cerebros para hacerlos vivir en un mundo imaginario, en el que se disocian la percepción y el discurso oficial, el único que tiene permiso para circular sin restricciones.

Esa realidad ficticia, emitida desde la óptica oficial, se cae a pedazos. Incapaz de sostenerse por sí misma, requiere del apoyo de una propaganda que maquille en cada momento el verdadero rostro de la pobreza que, a pesar de los esfuerzos del ejército de instituciones, directores, coordinadores y pregoneros afines a la 4T, crece y se hace presente en cada rincón de nuestra patria.

La pobreza laboral aumenta; los datos aportados por las mismas instituciones oficiales indican que en la segunda mitad del presente año, hay más personas cuyos ingresos no les permiten acceder a los productos de la canasta básica alimentaria: 48.8 millones dicen algunos medios como El Economista; el Consejo Nacional de Evaluación de la Política  de Desarrollo Social (Coneval) acepta que son 52.2 millones de mexicanos los que se encuentran en esa condición; un golpe demoledor al entusiasmo gubernamental que vocifera por todos los medios la disminución de la pobreza.

La pobreza laboral es la situación en la que el ingreso que perciben los trabajadores como remuneración de su fuerza de trabajo, no es suficiente para cubrir sus necesidades personales o de familia. El Coneval la define como un indicador que permite estimar el porcentaje de la población que tiene un ingreso laboral inferior al valor monetario de una canasta alimentaria.

El ingreso, en el segundo trimestre del presente año, de 162 mil 67 personas al sector que tiene serias dificultades para satisfacer su necesidad de alimento, no será, de ninguna manera, reconocido y difundido por el gobierno morenista como uno de sus múltiples fracasos; eso perjudicaría la imagen del titular del ejecutivo y de quienes hoy se disputan, al interno de su partido, la candidatura para la presidencia de la república; sería un suicidio político.

En Hidalgo, Veracruz, Morelos, Chihuahua, Aguascalientes, y en otros 10 estados más, que en conjunto suman la mitad de las entidades de nuestro país, se reporta un aumento considerable de personas en pobreza laboral, que además de las dificultades ya señaladas, también encuentran carencias en el acceso a la educación, salud, y servicios básicos en el hogar. Cuando no se tiene garantizado el alimento, que es lo esencial, menos se podrá disfrutar de otros satisfactores, entre los cuales se encuentran el acceso a la cultura universal.

Los especialistas del mismo Coneval (como John Scott, citado por El Universal en nota del 30 de agosto), señalan que uno de los factores que provocaron este aumento en la pobreza se debió a que el incremento en los salarios mínimos, implementado a inicios del presente año, quedó sin efecto.

Este hecho representa otra prueba más de que decisiones aisladas, que no forman parte de un planificado conjunto de medidas implementadas paralelamente, aunque parecen beneficiar a los trabajadores, en realidad no es así, por el contrario, en realidad no resuelven nada, se convierten en un elemento que refuerza la política demagógica característica del gobierno actual.

Desde un inicio se señaló claramente que el incremento en los salarios mínimos, aunque momentáneamente podría ser un pequeño apoyo para los trabajadores, no podría ser por mucho tiempo; los niveles de inflación anularon completamente este aumento salarial y aún fueron más allá, pues hoy tenemos, como consecuencia, el aumento en el número de personas a las cuales no les alcanza para comprar los productos de primera necesidad.

A los trabajadores debe quedarnos claro que a este gobierno no le importa el bienestar de nuestras familias; como hemos palpado de forma real, cada día que pasa, en las actuales condiciones económicas, miles de personas son atrapadas por la espiral creciente de la pobreza; más de 33 millones de mexicanos trabajan en la informalidad, eso significa no tener garantizadas las prestaciones laborales, ni el acceso a la seguridad social, es decir, su nivel de precariedad y vulnerabilidad es muy elevado.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), señala que la Población Económicamente Activa (PEA), en el segundo trimestre del presente año, es de 60.2 millones de personas de 15 años y más, de las cuales, 58. 5 millones estuvieron ocupadas en alguna actividad laboral; si tomamos en cuenta a los 33 millones que trabajan en la informalidad, veremos que se trata de más de la mitad de las personas que tienen empleo.

Debemos tener presente que, en una proporción considerable, son los propios ciudadanos los que generan sus condiciones para hacerse de un ingreso para sus familias, ya sea como vendedores ambulantes o prestadores de servicios, es decir, el gobierno ha demostrado ser incapaz para ofrecer a los mexicanos un trabajo seguro y bien remunerado.

Otro fracaso más del gobierno de la 4T es que no ha generado los empleos formales para todo aquel que lo necesite y no lo hará en lo que resta de su sexenio; lo más urgente para él, es asegurar su continuidad en el poder; por eso le destina cuantiosos recursos y esfuerzos a la promoción de sus candidatos, dinero que podría ayudar a resolver, en alguna medida, la agobiante situación del pueblo trabajador. Para este gobierno los pobres no importan.

Por tanto, se vuelve imprescindible reconocer que ningún organismo político actual, por su buena voluntad, realizará la tarea que sólo al pueblo le corresponde hacer:

Organicémonos y luchemos por construir un gobierno que haga realidad el anhelo de millones de mexicanos; no podemos permitir que continúe el engaño para manipular al pueblo trabajador.

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