MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Fascismo, capitalismo y el compromiso revolucionario necesario

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El 6 de mayo de 1945, Bertolt Brecht, uno de los dramaturgos más influyentes del siglo XX, pronunció unas palabras de profunda claridad que sonaron como un eco de advertencia antes de la caída de Hitler: “Geng, no están muy contentos con la derrota. El mundo se levantó y detuvo al bastardo”.

Con esa frase, Brecht se refería no sólo a la derrota del fascismo, sino también a la ideología económica que lo apoyaba: el capitalismo. La afirmación de Brecht fue que el fascismo no era un fenómeno aislado, sino un resultado directo de las contradicciones del capitalismo, que, a su vez, fueron citados como una forma de preservar la democracia.

El capitalismo no es un sistema económico erradicado, dijo Klaus Schwab en Davos 2024, una rica élite que dice que Occidente está en peligro.

La imagen del senador Joseph McCarthy y su famosa caza de brujas (1947-1957) sirvió como recordatorio de que el país inició una persecución sistemática contra los comunistas. Culpa a la moral y a los agentes del enemigo en un momento en que las tensiones de la Guerra Fría definían la visión del mundo. 

Estas persecuciones atacaron no sólo a los comunistas, sino también a intelectuales, científicos y artistas que se creía que habían encontrado refugio en la “tierra de los libres” después de huir de los nazis. De hecho, la persecución interna nos recordó que en tiempos de crisis los intereses del capitalismo son más fuertes que nunca.

Hoy, 70 años después de estos acontecimientos, con la 4T en México y protagonizada por personajes como Donald Trump en Estados Unidos, el capitalismo ha intentado renovarse al amparo de las nuevas cuentas anunciadas por el Foro Económico Mundial (FEM) y su presidente Klaus Schwab.

Un intento de presentar una versión “humana” del capitalismo fue revelado por la realidad de la pobreza y la desigualdad global. Las personas más ricas vieron aumentar su riqueza. De hecho, las cinco personas más ricas del mundo se duplicaron entre 2020 y 2024, mientras que casi 5 mil millones de personas colapsaban en la pobreza.

En este contexto, el capitalismo no es un sistema económico erradicado, dijo Klaus Schwab en Davos 2024, una rica élite del Nuevo Mundo, que dice que Occidente está en peligro.

Javier Milei está en armonía con esta visión del mundo a través de un discurso lleno de elogios para los capitalistas, lo que considera a los ricos como “héroes” y “salvadores del bienestar social”.

Este tipo de discurso no sólo es peligroso, sino que también refleja la ideología continua de las élites que justifican la concentración de la riqueza en 2024. Esta es una narrativa nacionalista que se ha disfrazado de promesa de prosperidad, pero cuyo resultado resonará claramente en muchas áreas populares, ya que en realidad sigue fortaleciendo los intereses de los más poderosos.

La junta directiva de López Obrador y Claudia Sheinbaum está entre la espada y la pared, tomada entre la narrativa nacionalista y la incapacidad de resolver las estructuras del capitalismo. El gobierno mexicano está entrando en un periodo crítico, al mismo tiempo que se observa el ascenso del fascismo.

A través de su análisis político y llamados a la unidad nacional, el Movimiento Antorchista busca crear conciencia crítica para que la gente pueda comprender la dinámica del poder y organizarse para enfrentar los desafíos que se avecinan. 

Figuras como la antorchista Clara Córdova demostraron que la organización popular es la clave para enfrentar las amenazas del fascismo y el capitalismo internacional.

La verdad revolucionaria es real. Es una lucha diaria y la verdadera esperanza está en los planes de aquellos que están posicionados para un futuro mejor. Como dijo Gramsci: “La verdad es siempre revolucionaria”. Y es esta verdad la que nos lleva a la construcción de una sociedad más justa.

No podemos ser indiferentes a los hechos, porque no debemos permitir que la gente siga siendo oprimida. Los recursos y el poder deben estar al servicio humano, y la lucha de todos los que creen en un futuro mejor, no en el privilegio de la élite, que sigue alimentando la desigualdad y la opresión, debe ser nuestra prioridad.

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