El desastre electoral que se avecina para Morena en las elecciones del próximo 6 de junio está obligando a los altos mandos de ese partido a tomar medidas de claro corte fascista, que debieran preocupar a todos los actores políticos y a la opinión pública.
Las amenazas de golpear utilizando a la Fiscalía General del Estado como garrote político para fabricar delitos, el linchamiento mediático contra sus opositores utilizando a los medios de comunicación al servicio del gobierno (Cambio, ContraRéplica, Intolerancia Diario o Fernando Maldonado, etc.), los misteriosos atentados contra militantes destacados del Movimiento Antorchista Poblano, son acciones que tienen el claro propósito de inhibir la participación política de las expresiones políticas contrarias a Morena, con la clara finalidad de dejarle el campo libre para que gane las elecciones.
Morena no puede sobrevivir a las próximas elecciones más que eliminando a sus contrincantes por la vía de la fuerza. Su bancarrota política le impide inclusive nombrar candidatos en todo Puebla; ha tenido que recurrir a candidatos prestados de todos los partidos políticos, ocasionando el furor y el desánimo de quienes alguna vez creyeron en el proyecto de la cuarta transformación, esto es, de quienes se asumen verdaderamente como morenistas de hueso colorado. Y para muestra basta un botón: en Tehuacán nombraron de candidata a la diputación federal a Araceli Celestino Rosas, una ilustre desconocida, que viene de pasar por el PRI y el PAN, dejando a un lado a los verdaderos aspirantes morenistas. Como consecuencia, la desbandada en las filas del partido de AMLO es un hecho.
Y de las amenazas mediáticas de encarcelar a sus opositores, pasaron a los hechos. El viernes pasado, la opinión pública de Tehuacán se sorprendió con la aprehensión de Luis Cobos, candidato a diputado federal de la Alianza “Va por México” (PRI, PAN, PRD) por el Distrito XV, con cabecera en Tehuacán, cuando hacía fila para recibir la vacuna contra el Coronavirus. La protesta pública de las dirigencias estatales de esos partidos no se hizo esperar: denunciaron el clima de persecución política que se vive en el Estado de Puebla, donde el gobernador Miguel Barbosa Huerta pretende eliminar a la oposición por la vía de la fuerza.
Pero también el Movimiento Antorchista Poblano denuncia la hostilización del gobernador morenista contra sus militantes que son candidatos a puestos de elección popular.
El pasado lunes 5 de abril por la mañana, un comando armado asaltó y despojó de su camioneta a la ingeniera Edith Villa Trujillo, candidata de la Alianza “Va por México” al municipio de Santa Inés Ahuatempan y destacada militante del Movimiento Antorchista Nacional. La oficina encargada de la Seguridad interna del Estado fue notificada apenas 5 minutos después del asalto por la dirigencia estatal del antorchismo poblano, dando la ubicación precisa del acontecimiento, las características del comando armado y el rumbo seguido en su huida, que posibilitaron la aprehensión casi inmediata de los asaltantes.
Lo sorprendente es que el ataque se haya dado en las inmediaciones de puestos de policía ubicados a menos de 500 metros del lugar de la agresión (Atoyatempan y Ahuatepec). Aún más, 10 minutos después del atentado, hizo presencia una patrulla de la policía que trasladó a las víctimas a la cabecera municipal de Atoyatempan.
Sorprende la impunidad con que actuó el comando armado, atacando precisamente el vehículo de la candidata antorchista, que por sus características y modelo no es atractivo para la delincuencia organizada.
Entonces, ¿de lo que se trata es de provocar terror e inhibir la participación del Movimiento Antorchista Poblano en las elecciones del 6 de junio para dejarle el paso libre a Morena? ¿Pretende Morena intimidar a los candidatos de la Alianza “Va por México” (PRI, PAN, PRD) para posibilitar el triunfo de sus inciertos candidatos en el Estado de Puebla? Las medidas fascistas del gobierno de Morena en Puebla ponen en peligro la realización de las elecciones del próximo 6 de junio, atentan contra el estado de derecho y representan un ataque brutal a la democracia.
Morena debe entender que está a punto de cruzar la delgada línea de la estabilidad social y que lo que suceda de aquí en adelante será responsabilidad exclusiva de su dirigencia. Conste.
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