El hombre es un ser predominantemente social, de ahí que siempre se ha reunido con sus semejantes con el objeto de formar grupos, comunidades y sociedades y, con ello, satisfacer sus necesidades. No olvidemos que así surgió la comunidad primitiva, la cual nace con la sociedad misma; desde los tiempos más remotos de la humanidad el hecho de reunirse y organizarse ha sido una cuestión de vital necesidad. Sin embargo, fue hasta la Declaración Universal de los Derechos Humanos, elaborada por representantes de todas las regiones del mundo y proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948, cuando se decreta como ideal común para todos los pueblos y naciones una declaración que establezca, por primera vez, los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en el mundo entero.
De entre estos derechos me interesa destacar el artículo 20 en su párrafo 1°, el que se hace oficial el reconocimiento de los individuos a reunirse y asociarse de manera pacífica, además, la Carta Magna de los mexicanos en su artículo 9° constitucional menciona que "la libertad de reunión se refiere a que todo individuo puede congregarse con otras personas, en un ámbito privado o público y con la finalidad lícita que se quiera, siempre que el ejercicio de este derecho se lleve a cabo de manera pacífica y que a nadie se le podrá coartar ese derecho".
Traigo a mención estas dos referencias jurídicas, porque es para mí impostergable anunciar que el Movimiento Antorchista Nacional festejará 45 años de lucha organizada en el estado de Puebla el próximo 10 de noviembre, en los estadios Cuauhtémoc y Hermanos Serdán, en punto de las 7:00 de la mañana. Con el derecho en la mano, llevaremos a cabo una gran asamblea popular, en la cual reuniremos a más de 150 mil personas afiliadas en nuestra organización; queremos dar tan sólo una muestra del gran avance y consolidación que tienen las conciencias de las masas populares organizadas en el Movimiento Antorchista.
La organización, desde su surgimiento hace ya 45 años, se trazó como propósito, uno entre tantos, coadyuvar en la educación de los hijos de los campesinos, de los colonos, de los trabajadores, de las amas de casa, es decir, educar mejor a los hijos de la clase trabajadora porque ellos y sólo ellos son los generadores de la riqueza nacional. Durante estos 45 años de trabajo organizado nos hemos dado a la tarea de luchar por generar condiciones que han mejorado el proceso educativo de los jóvenes y lograr a base de mucho esfuerzo la creación de un hombre nuevo para nuestra sociedad, a la cual durante mucho tiempo, se le ha taladrado hasta los huesos un sentimiento de inferioridad aunado a uno de individualidad, haciéndole creer que lo único que importa es su propio bienestar, trabajar arduamente por satisfacer sus necesidades básicas, desinteresándose y sintiéndose completamente ajeno a la problemática que acontece fuera de sus núcleos familiares, pero, además, orillándolos a renunciar a su propia realización espiritual, olvidando su parte humana, convirtiéndolos en máquinas monótonas de trabajo, trayendo así miseria y pobreza a sus vidas, no sólo material, sino además espiritual, sintiendo también una profunda frustración por la nula materialización de sus sueños.
Por todo lo anterior el Movimiento Antorchista Nacional ha visto como una de las prioridades más urgentes, llevar a cabal cumplimiento el acercamiento a las escuelas del arte y la cultura a través de la práctica cotidiana de las bellas artes como la danza, la música, la declamación, la pintura; la práctica constante del deporte, como el baloncesto, volibol, futbol, beisbol, natación, atletismo, ajedrez y otras disciplinas como bandas de guerra; sin dejar a un lado, ni mucho menos desdeñar, el trabajo académico, científico y tecnológico que de manera curricular debe impartirse en toda escuela pública.
Nosotros, los antorchistas, sabemos que todas estas actividades contribuyen a desarrollar las características que debe tener un hombre nuevo; que no sólo sea un gran academicista, sino que a través del arte desarrolle una gran sensibilidad para que pueda solidarizarse e identificarse con las problemáticas de sus hermanos de clase, que con la práctica del deporte sea capaz de enfrentar de manera serena los problemas que su vida diaria le presenta, de esta manera conjuntando todas esas cualidades, tenga la peculiaridad de analizar las verdaderas causas y orígenes de los problemas de la sociedad de su tiempo y proponga soluciones creativas, pero sobretodo eficientes, en pocas palabras que sea poseedor de un pensamiento crítico.
Por ello, para este 45 aniversario del Movimiento Antorchista en el Regional Centro II, donde asistirán no sólo poblanos, sino también veracruzanos, oaxaqueños, guerrerenses y tlaxcaltecas, hemos convocado a los jóvenes a que participen con su talento, con su arte, con su música en este evento histórico del país. Ellos, los jóvenes son muestra clara de que el trabajo en colectivo es mucho mejor que el individual, que el trabajo suma y se refleja mejor, si se realiza codo a codo con su compañero, que cuando se trabaja como un solo hombre, un solo ideal y de una manera organizada el resultado puede ser majestuoso. Así es como los jóvenes más conscientes y talentosos del estado se preparan para recibir a sus hermanos de clase, pues tendremos la participación de un coro de 600 voces interpretando "Noche azul" del compositor poblano Carlos Espinoza de los Montero; un ballet de 180 bailarines, interpretando sones del estado de Puebla y una banda de guerra monumental de mil 100 elementos.
Te invitamos a presenciar este gran evento, a ser partícipe de un acto que muy pocas veces se ve en los tiempos actuales, haremos uso del derecho legítimo que tiene todo buen hombre y todo buen mexicano: nos reuniremos para dar muestra que sólo de la mano de Antorcha puede esperarnos a todos los desamparados un camino próspero y luminoso.
Ahora como antes, como en los tiempos remotos de la humanidad, es imprescindible y más vital que nunca que los hombres no sólo nos reunamos y nos asociemos, sino que además nos organicemos, que hagamos válido este derecho, legítimo e ineludible; luchemos por hacer un mundo más justo y menos desigual, si nosotros los antorchistas, nos atrevemos a volar alto es porque tenemos la firme convicción de que es posible.
A mis compañeros los invito a seguir adelante con el esfuerzo y el trabajo, hasta lograr que lo imposible sea posible. ¡El evento va!, ya sea en los estadios o en las calles, tenemos un compromiso con la causa y con nuestros hermanos de clase, así como lo dijo Joen Darion en el "Sueño imposible": "Con fe lo imposible soñar // al mal combatir sin temor // triunfar sobre el miedo invencible // en pie soportar el dolor".
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