El pasado mes de noviembre, específicamente los días 22, 23 y 24, se realizó con gran éxito el XXIII Encuentro Nacional de Teatro que organiza la Comisión Cultural Nacional del Movimiento Antorchista. Más de veinte puestas en escena se pudieron disfrutar en el emblemático y hermoso Teatro de la Paz y en el Instituto Potosino de Bellas Artes (IPBA), en la capital potosina.
Después de varios años de no realizarse este importante encuentro cultural debido al covid 19, este 2024 se esperaba con gran entusiasmo, desde el lanzamiento de la convocatoria, por parte de los artistas, de los directores, de las compañías de teatro y en general por todos los que conocemos el trabajo tan destacado y serio de los organizadores. Y, en definitiva, superaron las expectativas de todo el público.
Con o sin apoyo del gobierno, Antorcha sabe hacer cultura, Antorcha hoy está más viva y fortalecida: a pesar de los constantes ataques de difamación, el rostro lo tiene limpio.
Como espectador y vocero del Movimiento Antorchista en el estado de Chihuahua, tuve la oportunidad, de primera mano, de ver cada obra, de entrevistar a los artistas, que en su mayoría son estudiantes, amas de casa, obreros, gente extraordinaria que ve en el teatro una forma auténtica de manifestar su talento, de vivir en el cuerpo del personaje que interpretaron, de transmitir el mensaje del autor de la obra y hacer vibrar en cada escena a los espectadores.
Escuchar de viva voz su experiencia, desde la elección de la obra, la construcción de la escenografía, el buscar los recursos para el vestuario y la utilería, el saber que tuvieron que hacer colectas, vender comida, pedir prestado a amigos y familiares, en fin, todo eso me dejó con el ojo cuadrado, pues en un país donde no hay inversión en cultura, ellos demostraron que el querer es poder y más aún el impactante mensaje que querían dejar en cada espectador.
Y es que el teatro tiene una importancia muy significativa para el pueblo mexicano, ya que ha sido un vehículo cultural, social y político que ha contribuido al desarrollo de la identidad nacional y a la formación de comunidades. Desde la época prehispánica, el teatro ha sido una herramienta educativa. Los mexicas, por ejemplo, utilizaban representaciones teatrales para enseñar valores y creencias. En tiempos modernos, el teatro ha servido como un medio para cuestionar injusticias sociales, promover el cambio y empoderar a las comunidades.
Así, hay que destacar las obras que se presentaron, pues cada una de ellas dejaba un aprendizaje, un sentimiento, lograban despertar el coraje y encender en cada persona la llama revolucionaria para luchar por cambiar el estado de las cosas y de que, con unidad, determinación, con un ideal, se puede acabar con tiranías, con malos gobiernos, con instituciones al servicio de unos cuantos.
Sólo por mencionar algunas de las obras que se presentaron tenemos a Sacco y Vanzetti del autor Mauricio Kartun y dirigida por la maestra Lilia Gutiérrez del estado de Durango; La Gaviota de Antón Chéjov y dirigida por Edgar Cid del Estado de México; La Señorita Julia del autor August Strindberg, dirigida por David Grimaldi de San Luis Potosí; Fuenteovejuna de Lope de Vega y que dirigió Antonio Domínguez del Centro Universitario Tlacaélel, también del estado de México.
El estado de Coahuila presentó Don Juan de Molière dirigida por Henry Serrano; Michoacán impactó con Historia de un Anillo de L. Josefina Hernández y dirigida por Zuleica Torres; Ifigenia en Táuride fue presentada por el Estado de México, ganando varios premios.
En definitiva, este encuentro revivió el amor al teatro, demostró que con o sin apoyo del gobierno, Antorcha sabe hacer cultura, que Antorcha hoy está más viva y fortalecida, y que, a pesar de los constantes ataques de difamación, el rostro lo tiene limpio, y lo demuestra en cada uno de los eventos que realiza.
A lo mejor eso es lo que más les cala a los gobiernos, el no poder apagar esta llama revolucionaria.
Muy bien por todos los jóvenes, amas de casa, trabajadores que nos regalaron este maravilloso evento, se cerró el telón, pero nos espera un 2025 con más, mucho más teatro para el pueblo.
Por eso debemos prepararnos, educarnos y ver en la cultura ese espacio para denunciar las injusticias, para levantar la voz y hacer conciencia. Por todo esto, gracias Antorcha, muchas gracias por seguir llevando cultura al pueblo pobre de México.
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