El 1 de septiembre, Andrés Manuel López Obrador rindió su sexto informe de Gobierno, en una ceremonia que fue transmitida a nivel nacional por distintos medios de comunicación, y, pues, no decepcionó lo pronunciado, cargado de toneladas de mentiras que lanzó sin medida ni recato, ni mucho menos vergüenza, porque sinceramente ya lo esperábamos así.
Es triste el fenómeno que está ocurriendo, pero el todavía presidente de México, quien se postuló varias veces para ser el mandatario nacional y que en 2018 logró cumplir su capricho, no sólo en su gestión, sino en todas sus campañas y hasta en su vida personal, se observa su obsesión por mentir y mentir, tratando de confundir a los menos informados, a los desinteresados, dicen, de la política, que tanto bien les hacen a los seres sin escrúpulos que muchas veces quieren obtener el triunfo para algún cargo político, porque ellos no quieren que el pueblo se inmiscuya, que el pueblo cuestione, sino que siga siendo como hasta ahora, un ente pasivo.
En este sexenio los multimillonarios Carlos Slim y Germán Larrea han visto cómo su riqueza se ha incrementado en más de 79 mil millones de dólares entre diciembre de 2018 y marzo de 2024, mientras tanto, las condiciones para los más desfavorecidos no han mejorado de manera significativa.
Lo real es que este sexenio, no lo digo yo, lo dicen los datos, los verdaderos, porque López siempre aseguró poseer otros datos que siempre le favorecían y lanzaban tierra a los ojos de los mexicanos, y si algún periodista o ciudadano se los llegaba a mencionar, se convertía en su acérrimo enemigo, y sin probarlo siquiera sólo apostaba a decir que él tenía otros datos, un dicho que terminó cayendo en la burla, pues precisamente estos datos apuntan a que este ha sido el peor sexenio de la historia de México.
Por ejemplo, en cuanto a la deuda pública. Todos hemos de recordar cómo AMLO aseguró que no iba a endeudar más al país, pero la realidad es otra, pues dicha deuda aumentó en un 55 %.
Esta deuda en gran medida creció por los pésimos manejos de los recursos públicos por parte del gobierno y al gran derroche de dinero para alimentar su ego con sus obras chatarra. Y los recursos que se obtienen a través de los impuestos, que son de todos los mexicanos, simplemente se derrochan con descaro, sin que estos sean invertidos en resolver las necesidades de los más pobres.
No hay construcción de obra pública, pero eso sí, los dineros son entregados en pequeñas cantidades a familias con la finalidad de comprarles su conciencia para que sigan sosteniendo en el poder al tirano.
Y algo que nadie puede negar, porque las pruebas saltan a la vista, es que la brecha entre ricos y pobres está más marcada y los millonarios de México han encontrado una mina de oro en este gobierno para duplicar o triplicar sus fortunas, dejando claro el afecto tan especial que este presidente profesa hacia los más ricos, mientras que los pobres cada día ven encarecida más su vida y la de sus familias.
Vivimos en un país con marcadas carencias y problemas sociales muy graves, como la pobreza, la desigualdad, la violencia, la delincuencia, la corrupción —leyó usted bien, la corrupción— que en este sexenio aumentó en gran medida, a pesar de lo prometido por AMLO, de erradicarla, algo que no se cumplió y por lo visto ni se cumplirá, porque la corrupción ya alcanzó hasta el círculo más cercano de su familia.
En este sexenio los multimillonarios Carlos Slim y Germán Larrea han visto cómo su riqueza se ha incrementado en más de 79 mil millones de dólares entre diciembre de 2018 y marzo de 2024.
Mientras tanto, las condiciones para las personas de clases trabajadoras y los más desfavorecidos no han mejorado de manera significativa. Esto demuestra que la promesa de AMLO de combatir la concentración de riqueza no se ha cumplido, y la brecha entre ricos y pobres se ha ampliado, es decir, AMLO y la 4T están al servicio del capital, al servicio de los más privilegiados de este país.
La inseguridad es otro tema crítico. En los seis años de gobierno de AMLO, se han registrado cerca de 190 mil homicidios dolosos. Esto es un número alarmante y que supera el de administraciones anteriores.
Por ejemplo, durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto, hubo alrededor de 130 mil homicidios, y durante el de Felipe Calderón, con la famosa “guerra contra el narco”, fueron 102 mil, casi la mitad de los que lleva AMLO, en donde prevaleció la estrategia de los abrazos y no balazos.
Este aumento de los homicidios muestra que la estrategia de seguridad de AMLO no ha sido efectiva para reducir la violencia. La falta de resultados en este ámbito ha llevado a una creciente preocupación entre los ciudadanos, quienes nos sentimos cada vez más inseguros en nuestras calles y en nuestras casas.
Sobre el sistema de salud. En su último informe, AMLO destacó que el sistema de salud mexicano ya superó al de Dinamarca, pero esta afirmación es completamente falsa. Es cierto que Dinamarca tiene uno de los mejores sistemas de salud del mundo, donde la atención médica es gratuita para todos y el país destina una parte significativa de su producto interno bruto (PIB) a salud.
En comparación, el sistema de salud en México enfrenta varios problemas por el grave desabasto de medicamentos e insumos, por lo que continuamente vemos cómo el propio personal de salud ha tenido que salir a manifestarse. En México se sigue muriendo la gente de enfermedades perfectamente curables y relativamente sencillas de tratar.
En cuanto a la corrupción, como mencioné renglones más arriba, no sólo no ha sido erradicada, sino que ha aumentado de una manera alarmante. Uno de los casos más escandalosos es el de Segalmex.
De este caso se han documentado desvíos por 15 mil 500 millones de pesos. Este monto es impresionante, y para que dimensionemos un poco el monto, este equivale a seis veces el costo del avión presidencial o recuperar dos veces el monto de la estafa maestra. Sí, la estafa maestra, esa que tanto le criticaron al gobierno de Peña Nieto.
En el Gobierno cuatroteísta también han aumentado de manera alarmante los ataques contra las mujeres. Durante este gobierno, México ha registrado cerca de 5 mil ataques, lo que coloca al país en el segundo lugar en feminicidios en América Latina.
Sólo el 25 % de estos casos se investigan adecuadamente bajo los protocolos, lo que significa que muchas víctimas no reciben justicia.
El alto número de ataques y la falta de investigación adecuada muestran que el Gobierno aún no ha logrado abordar este grave problema de manera efectiva, lo que se suma a la poca atención y hasta desprecio al movimiento feminista que le ha reclamado acciones contundentes para disminuir en serio este peligroso mal que nos aqueja a todas las mujeres mexicanas.
En resumen, el sexto informe de Gobierno de AMLO muestra que, a pesar de las promesas de cambio y mejora, muchos problemas persisten o han empeorado.
La deuda pública ha aumentado, los más ricos se han enriquecido más, la seguridad se ha agravado más que nunca, el sistema de salud no cumple con lo mínimo indispensable para la gente, y la corrupción y los feminicidios siguen al alza, entre otros problemas como la educación, los niños con cáncer, etcétera, que por falta de espacio no me detengo en ellos.
No podemos mantener la venda en los ojos, siempre debemos exigir cuentas y resultados a quienes nos gobiernan. Mantengámonos críticos y luchando, jamás aislados.
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