Culminó el IV Festival de Teatro "Víctor Puebla", en honor a nuestro querido maestro, quien fuera un pilar fundamental en el desarrollo del trabajo artístico de la organización.Durante más de 15 años formó parte de la Comisión Cultural Nacional y en 1992 fundó la Compañía Nacional de Teatro.Para él una de una de sus metas más importantes era llevar teatro a las masas populares: a los obreros, campesinos, colonos y estudiantes.
Como director destacó no solo por sus grandiosas escenificaciones sino por sus adaptaciones de los grandes clásicos como: Esquilo, Eurípides, Lorca.Se esforzaba en lograr un lenguaje sencillo para que lo entendiera el pueblo, eso era lo más importante.Compromiso y disciplina, son dos elementos indispensables para realizar este arte tan bonito pensado para el pueblo pobre de México; gracias maestro Víctor por esta herencia.
Concluyó una semana llena de programas espectaculares: poesía, música, danza y por supuesto que no podía faltar el teatro, su arte favorito.Pese a lo mucho que disfruté el festival, confieso que resultó triste no poder participar en él, no poder actuar o ayudar con todo lo necesario, pero es una consecuencia de covid-19; esta vez fui público y estoy verdaderamente sorprendida por la participación de diversos estados de nuestro país.La distancia y la pandemia no han podido frenar nuestra labor y estoy segura de que a mucha gente disfrutó, como yo, cada programa desde casa.Un festival virtual no era lo esperado, pero lo logramos, pese las circunstancias.
¿Vieron todas las transmisiones? Yo sí, pero quiero hablarles de "Torchita y su Guerra Santa", de Víctor Puebla, que fue dirigida por Miguel ángel Jacome, un compañero nuestro.A pesar de lo cortita que es, logra darnos un mensaje sumamente importante, nos muestra un poco de nuestra realidad y evidencia los problemas por los que atraviesa el país.Es innegable que cada vez se complican más las cosas y que el presidente no quiere mostrar la realidad porque no le importa el bienestar del pueblo sino el bienestar de su bolsillo.Es triste que en pleno siglo XXI todavía se dé la discriminación, la represión, la falta de educación de calidad.
Por eso me gusta el teatro, porque aparte de ser una de las artes más bonitas y de despertar emociones e interés, está lleno de la vida cotidiana y transmite ideas y pensamientos nuevos en personas que no tienen fácil acceso a una buena educación.Entiendo y comprendo la labor del maestro Víctor Puebla y para mí es un gran ejemplo a seguir.Maestro, espero que desde donde esté haya disfrutado este festival en su honor… La Compañía Nacional de Teatro está agradecida por todo lo que nos dejó y siempre lo recordaremos.¡Salud Víctor Puebla!
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