MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La bondad del pueblo mexicano ante la crisis

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Hablar en estos momentos de la cantidad de casos de coronavirus es prácticamente imposible, pues al mismo tiempo que escribo estas líneas, el número de casos confirmados y de defunciones sigue variando. La cifra se está incrementando a una velocidad realmente alarmante, ejemplo de ello es el municipio de Lázaro Cárdenas, el primero en el estado de Michoacán con más casos confirmados, incluso más que Morelia, y cuyos infectados por el coronavirus, en una semana prácticamente se duplicaron, pues del 18 de marzo cuando se registraban 37, pasamos al 24 de marzo a cerrar la semana con 74 casos, un incremento de 37.

En un mundo ideal, en una utopía, lo mejor sería que, al mismo tiempo que se incrementan los casos, de manera paralela la mejoría en el sector de la Salud fuera igual de notable. Desafortunadamente las cosas en nuestro país no son así; al contrario, la disposición del gobierno federal, y principalmente del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se ha notado no sólo ausente, sino que ha llegado a ser una burla y ofensa para los doctores de nuestro país y para millones de mexicanos.

En Michoacán, y específicamente en Morelia, las cosas no son diferentes. Tuve la oportunidad de platicar con algunos trabajadores de los hospitales de la capital michoacana, y los datos que pudieron proporcionarme son sumamente desalentadores, pero sobre todo preocupantes, más bien se diría indignantes. Por razones de riesgo a ser despedidos, los nombres de los entrevistados se omitirán, aunque esto no quita que la verdad sea la misma.

En el hospital infantil, por ejemplo, han recibido la indicación de que casos sospechosos por coronavirus sean manejados como neumonía atípica; además, los doctores y enfermeras no cuentan con el material necesario para poder atender a los pacientes con las medidas apropiadas para evitar un contagio. La persona con la que pude comunicarme mencionó, con la voz quebrada, cómo entre las enfermeras han tenido que comprar la tela para poder hacer los cubrebocas, y dijo con tristeza, que tienen miedo a que la situación se agrave y no puedan controlar los contagios; dio un dato escalofriante: este hospital cuenta solamente con 10 respiradores, ¡10 respiradores, amigo lector, que tendrán que ser compartidos con los pacientes de terapia intensiva!

Fue hace poco cuando en los medios de comunicación circuló la noticia de las agresiones que los trabajadores del sector Salud estaban recibiendo por personas que temen ser contagiadas; se vio y escuchó de casos donde no los dejaban entrar a sus departamentos, y en casos más graves donde se llegó al extremo de rociarles ácido en la cara.

Aquí en el estado de Michoacán, afortunadamente, la situación ha sido diferente, pues una vez más se ha demostrado que es la gente más humilde la que saldrá siempre en defensa de sus hermanos de clase; digo esto porque una de las características que tienen todos los hombres buenos es el agradecimiento, y aquí se deja ver cen toda su grandeza esa cualidad, pues trabajadores del transporte de Morelia, quienes tienen que continuar saliendo diario a trabajar para poder alimentar a sus familias, se han negado en diferentes ocasiones a cobrar el pasaje a las enfermeras y los médicos.

Nuestra fuente fue testigo de ello, al igual que cinco más de sus compañeros, quienes dijeron sentirse agradecidos, muy emocionados y alentados a seguir haciendo su mejor esfuerzo, pues el argumento de los transportistas es el mismo que todos los mexicanos de bien deberíamos tener. Las enfermeras dijeron que los choferes argumentaron que no recibirían el dinero, pues ellas salen todos los días al frente de batalla a arriesgar su vida por salvar la de millones de mexicanos, y que eso, no cobrarles, era lo mínimo que ellos podían hacer para agradecerles su ardua, arriesgada y noble labor.

Acertadamente lo dijo Pablo Neruda en uno de sus poemas: "Bondad que marcha, no con alguien, sino contra alguien. Bondad que no soba ni lame, sino que desentraña y pelea porque es el arma misma de la vida". Eso es el pueblo mexicano, el arma de la vida, y bondadosa, además, siempre será la gente más humilde la que se proteja entre sí, pues es la única que entiende las dolencias de sus hermanos de clase y esa hermandad sale a relucir siempre en las crisis de las sociedades. Solo el pueblo sabe comprender al pueblo; solo aquel que ha sufrido privaciones en la vida, hambre, miserias, humillación del poderoso, comprende y se solidariza de todo corazón con aquellos que sufren lo mismo. Ese es el verdadero pueblo mexicano, la verdadera esperanza de cambio en este país. Son los portadores de futuro, fuente de aliento de quienes creemos en un futuro mejor para la humanidad.

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