MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La educación responde a las necesidades del capital

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La educación en México y en el mundo es de vital importancia para la sociedad, ya que es a partir de ella que se forman jóvenes más preparados para enfrentar los retos que se presentan en la vida, además son el pilar fundamental para que siga existiendo ciudadanos preparados que sean capaces de llevar las riendas de un país.

La educación que se imparte en México es acorde a lo que el capital necesita, pues subordina la formación de los jóvenes a las necesidades de la industria y el trabajo asalariado.

Esto es lo que día tras día se nos dice, pero si hacemos un análisis de lo que sucede en la realidad, nos podremos dar cuenta que a pesar de que la educación es factor elemental para el desarrollo de un país, es cada vez más difícil que los hijos del pueblo trabajador tengan acceso y sobre todo el acceso a una educación de calidad. ¿Qué es lo que sucede entonces?

Los mexicanos tenemos que tener claro que la educación forma parte de una superestructura, es decir, que depende de la base que es el sistema económico que rige un país; por ende, no toma decisiones diferentes a las planteadas por la base.

Nosotros estamos bajo el modelo económico capitalista. Teniendo claro esto, podemos decir entonces que la educación que se imparte en México, es acorde a lo que el capital necesita. Para entenderlo, tenemos que voltear a ver la historia de la educación y sobre todo, tener claro qué es el capitalismo.

A grandes rasgos, el capitalismo es el sistema económico en el que unos pocos individuos son dueños de los medios de producción y otros sólo poseen su fuerza de trabajo. Esto trae consigo una desigualdad abismal entre los trabajadores asalariados que son quienes producen la riqueza y, por otro, los dueños de los medios de producción, los que acumulan la riqueza. 

Como Marx explica, una condición necesaria para que el capital surja es que legalmente se dé una separación entre el poseedor de los medios de producción y el dueño de la fuerza de trabajo, y, además, que este último tenga como única forma de subsistencia vender su capacidad de trabajar.

En el caso de México, como ocurrió en otras partes del mundo que transitaron de un modo de producción tradicional a uno capitalista, estos cambios se produjeron en las estructuras legal, económica y política del país.

El sistema capitalista se instauró en México a mediados del siglo XIX, época en la que comenzó a imperar una política de crecimiento liberal auspiciada por la burguesía, después del triunfo republicano sobre Francia y los conservadores en 1867.

Derivado de esto, ocurrieron muchos cambios institucionales y legales en la economía del país, mismos que estuvieron encaminados a establecer las bases que se requerían para la implementación del capitalismo.

El sistema exigía dos tipos de ciudadanos: personas que tuvieran habilidades y conocimientos para la correcta administración del capital y de la nueva empresa (en este caso eran los hijos de las familias de clase alta los que tenían la posibilidad económica para acceder a una educación de calidad) y personas que realizaran el trabajo en las fábricas, quienes no necesitaban los mismos conocimientos y habilidades que los mencionados anteriormente, pero sí requerían una preparación para el trabajo asalariado.

En periodo de Reforma, se buscó educar al pueblo, se adjudicaron los conceptos modernos de infancia y juventud para clasificar a los individuos por edades con la finalidad de poder prepararlos como fuerza de trabajo con las características que el capitalismo necesitaba.

En las primeras décadas del siglo XX, las prioridades cambiaron y fue necesario formar trabajadores, por ende, la educación se encaminó en ese sentido, ya no era útil enseñar artes y oficios a los hijos del pueblo trabajador.

La escuela se erigió, a partir de entonces, como una institución de suma importancia en el proceso de educación de los jóvenes, que era lo que la industria requería.

Entre la primera y la tercera década del siglo XX, el sistema educativo quedó subordinado al modelo capitalista. Entonces las escuelas fueron dirigidas a capacitar para el trabajo, fomentaron, por un lado, la creación de mano de obra barata y calificada y, por otro, la formación de ciudadanos con valores. La educación respondió a una nueva necesidad del capital.

Fue así como comenzó a perfilarse el sujeto joven, de acuerdo con las necesidades que el capitalismo nacional marcaba con respecto a la disponibilidad de fuerza de trabajo calificada y no calificada. Esto obligó a que la preparación para el trabajo de los individuos comenzara desde la niñez.

Entendiendo esto, podemos explicarnos por qué la educación que reciben nuestros niños y jóvenes es de pésima calidad, por qué instauran modelos de educación que son incomprensibles hasta para los maestros, eliminan materias importantes y vanaglorian a otras que no son trascendentales en la formación educativa.

El ejemplo más claro que tenemos al alcance es la Nueva Escuela Mexicana (NEM), que se presenta como una propuesta llena de cambios profundos, pero no se ha capacitado a los docentes para llevarlo a cabo, no se evalúa a los estudiantes y carece de un plan de aplicación concreto.

El capital tiene ya su ejército de teóricos y profesionistas que van a administrar y a asegurar su supervivencia, ya no necesita formar a nadie más, tiene también miles de vendedores de fuerza de trabajo calificada y no calificada que están en la espera de ser contratados. La educación ya no es una prioridad.

En México, la educación será prioridad cuando el sistema económico cambie, mientras eso no suceda sólo serán paliativos los que se le apliquen para que no muera en el olvido.a

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