El día viernes 29 de abril, La Jornada de Oriente volvió a la carga contra el Movimiento Antorchista, acusándonos de ser los responsables del linchamiento de dos encuestadores en Ajalpan, crimen ocurrido en octubre del año pasado, y del cual, clara e inmediatamente, nos deslindamos dado que, desde entonces, varios medios, entre ellos el propio periódico de marras, nos acusaron sin ningún sustento.
Viejos ataques, en nuevas condiciones políticas: las elecciones para gobernador en Puebla. El grupo que viene impulsando la campaña mediática contra el Movimiento Antorchista en estos días, arremete, otra vez, pero ahora por boca de La Jornada de Oriente, cuyo Jefe de Información es nuestro conocido detractor Fermín Alejandro García, un plumífero a sueldo que no pierde oportunidad para golpearnos en su periódico.
Es necesario recordar, para quien no esté enterado, que ya en octubre de 2015, cuando se sucitó el fatídico evento que ahora se nos carga gratuitamente, el propio Fermín Alejandro García, en su columna "Cuitlatlán" , también nos quiso hacer responsables de los hechos violentos.
Vamos a la respuesta. La nota publicada el viernes pasado lleva por título "Movimiento de Ajalpan busca liberar a 12 inculpados por linchamiento" y en ella se afirma que un tal Liborio Juárez Temaxtle "demandó a la Fiscalía General del estado investigar la posible participación en el acto (el en linchamiento de los encuestadores) de Antorcha Campesina". ¿Por qué se quiere enlodar al Movimiento Antorchista en un hecho tan horrible? La reportera que firma la nota sostiene que los 12 acusados son "chivos expiatorios", según las declaraciones de sus representantes. Muy bien. ¿Y entonces quién es el culpable? Y ante la imposibilidad de señalar con datos precisos, o cuando menos creíbles, a otra gente que haya participado en la masacre de los dos encuestadores, Liborio Juárez Temaxtle hace lo más fácil: acusar al Movimiento Antorchista. Pero ¿con qué pruebas este señor nos acusa? ¿Con qué pruebas la reportera Yadira Llaven hace de vocera de Liborio Juárez? ¿Con qué pruebas el Jefe de Información de La Jornada de Oriente, Fermín Alejandro, publica la terrible acusación? ¡Con ninguna! Ni el tal Liborio, ni Yadira ni Fermín aportan alguna prueba que aguante un mínimo análisis. Y, sin embargo, se inventan una historia de lo más increíble que los deja, una vez más, como unos auténticos calumniadores.
El día 27 de octubre del año pasado, el Movimiento Antorchista publicó un desplegado deslindándose categóricamente de los hechos y exigiendo castigo a los verdaderos culpables, porque varios actores políticos de la zona quisieron achacarnos la culpa para salvar su propio pellejo, versión fue retomada por algunos medios poblanos, entre ellos, La Jornada de Oriente. Por eso, en aquel desplegado dijimos:
"Rechazamos las absurdas calumnias de Fermín, de La Jornada de Oriente y afirmamos también que nos deslindamos de cualquier acusación. Ratificamos ante quien sea necesario que Antorcha no tuvo nada que ver, en ninguna forma, con los trágicos sucesos de Ajalpan. Lo decimos desde ahora y para que quede constancia porque creemos que la campaña para tratar de enlodar al Movimiento Antorchista va a continuar con éstas y otras mentiras". ¡Parecemos adivinos! Otra vez, el 29 de abril de 2016, el mismo Fermín Alejandro vuelve a las mentiras, aunque no se da cuenta de que entre la acusación de aquel día y la de ahora su versión se contradice flagrantemente.
Veamos lo que dijo Fermín de La Jornada de Oriente el 26 de octubre de 2015: "la turba de Ajalpan (la que linchó a los dos encuestadores) dejó intacta la oficina del líder de Antorcha Campesina un señor llamado Luis Enrique Gómez Soto". Y veamos, ahora, lo que publica La Jornada de Oriente el día 29 de abril de 2016: "El declarante relató que el día de los hechos estaba encarcelado en la presidencia de Ajalpan, el líder regional de Antorcha Campesina, a quien apodan El Rojo, quien habría operado el linchamiento".
El lector atento se dará cuenta de la contradicción evidente entre una y otra versiones de La Jornada de Oriente. Pero como ellos seguramente no, dado su carácter de párvulos con demencia, las haremos evidentes: en una dicen que el líder de Antorcha en la zona es un tal Luis Enrique y en otra que es un fulano al que apodan "El Rojo". En una dicen que el supuesto líder tenía una oficina ¡dentro del ayuntamiento!, en la otra dicen que no, que lo que pasa es que estaba encarcelado. En una dicen que la turba dejó intacta la oficina del líder antorchista, en la otra dicen que desde la cárcel en la presidencia se operó el linchamiento. ¿A quién creerle? ¿A La Jornada de Oriente de octubre de 2015 o a La Jornada de Oriente de 2016? Señores de La Jornada de Oriente, señor Fermín: sáquennos de la duda. ¿Cuál de sus dos versiones es la correcta? ¿A cuál hay que creerle? ¿En cuál confiar?
No hay duda. No se le puede creer a ninguna. En su irracional intento por golpearnos con lo que sea y como sea, no dudan en contradecirse flagrantemente, con lo que la poca credibilidad que aún tenían, cae por los suelos por obra y gracia propias. Lo insustancial de las acusaciones demuestra que responden a intereses inconfesables de grupos de poder, que les pagan para desprestigiar a como dé lugar al Movimiento Antorchista y a sus dirigentes.
Sigamos: en la nota de marras se afirma que los encuestadores ejecutados tumultuariamente "laboraban para la empresa Marketing Estratégico, cuyo representante legal es Jorge Morales Celis, familiar del dirigente antorchista en Puebla Juan Manuel Celis". ¡Vaya! ¡Qué buen periodismo de investigación! ¡Qué profundidad! ¿Sólo porque coincide el apellido de dos personas ya son familiares y supuestamente responsables de un delito? ¡Muy bien, señores de La Jornada de Oriente! ¡Se ve que son ustedes los mejores investigadores de Puebla!
Sigámosle el juego, pues, a La Jornada de Oriente, para que veamos hasta dónde se puede llegar con esta lógica: así, diremos entonces que el acusador Liborio Juárez Temaxtle es pariente de la directora de Comunicación Social de Ajalpan, Esmeralda Temaxtle (nótese que se apellidan igual, nos advertiría Fermín Alejandro: han de ser primos muy cercanos). Esmeralda Temaxtle, según la nota que comentamos, tomando como prueba un video acusó al primo de Liborio Juárez Temaxtle, es decir, a Alejandro Temaxtle Bravo, privado de su libertad por estar acusado del delito cometido en Ajalpan. Por tanto, y siempre con la misma lógica: el instigador del linchamiento, es Liborio Juárez Temaxtle porque "todas las acciones quedan en familia". ¿Qué tal, eh? El acusador, acusado. ¡Que se lo lleven a la cárcel!
Aquí los verdaderos instigadores al linchamiento mediáticos son los grupos de poder que le pagan a Fermín Alejandro García para calumniar al Movimiento Antorchista, a través del pasquín en que se ha convertido La Jornada de Oriente. Pero son tan burdos sus ataques que cualquiera se muere de risa. Nosotros sólo lo señalamos para que quede constancia.
Aunque eso lo deberá definir la justicia, es evidente que en el caso Ajalpan hay gente detenida que no debería estar en la cárcel y que los verdaderos autores andan libres y seguramente delinquiendo impunemente. Por eso, queremos repetir lo que dijimos en aquel desplegado de octubre de 2015: "Exigimos respeto para el pueblo de Ajalpan. Miles de ajalpenses militan en las filas del Movimiento Antorchista y por eso nos manifestamos en contra de que, a todo un pueblo, se le denigre y ofenda con los peores calificativos que han encontrado algunos conductores de noticias y medios de comunicación que se han sumado a esta sucia campaña. La campaña orquestada por varios medios de comunicación contra nuestra organización busca, además, esconder la culpa de los verdaderos responsables de los hechos. La Procuraduría General de Justicia de Puebla (ahora Fiscalía General del Estado) deberá señalar y castigar, mediante un proceso transparente y limpio, a los verdaderos autores intelectuales y materiales del doble asesinato. Mientras no haga eso, y sólo castigue a dos o tres hijos de vecino enloquecidos en un momento de furia, siempre quedará la sensación de que la justicia se cebó, una vez más, sobre dos o tres chivos expiatorios".
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