Cuando se analiza una gota de agua, se sabe cómo está compuesta: sus características, en que se puede aplicar y cómo podemos hacer uso de ella, igual al régimen de la 4T del presidente López Obrador y su proyecto de nación puesto en marcha; si lo analizamos detenidamente, podemos concluir a ciencia cierta los resultados que vamos a obtener los mexicanos con este gobierno.
Antes de que el actual presidente tomara posesión, ya éramos un país muy desigual, la pobreza campeaba a sus anchas. Ahora, gobernados por López Obrador y su partido Morena, después de dos años y tres meses, estamos cada vez más alejados de lo que esperaban los confiados ciudadanos que le dieron su voto. Estamos peor que antes, “saltamos del comal a la lumbre”.
La prensa del país ilustra bien esta situación; señala El Sol de México del 17 de febrero de 2021: “La pobreza laboral aumenta en el país”, “Más de 50 millones de mexicanos no ganan lo suficiente en su trabajo para pagar la canasta básica alimentaria”, “Entre el cuarto trimestre de 2019 y el último trimestre de 2020, a lo largo de un año, la pobreza laboral aumentó en el país, pasando de 37.3 a 40.7%” informó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), “esto equivale, continúa la información, a 50.4 millones de mexicanos”. La pobreza laboral se define como la situación en donde los ingresos por salarios de una familia son insuficientes para comprar la canasta básica alimentaria. Esto se explica principalmente por dos causas, la disminución anual de su salario real que fue de 2.5% y el aumento del valor de la canasta alimentaria que fue de 6.1% en zonas urbanas y 7.6% en zonas rurales. En 24 de los 32 estados de la república creció la población a la que no le alcanza su salario para comprar la canasta básica. En Quintana Roo el aumento de la pobreza laboral fue de 14.7%, el más alto; en Tabasco y Ciudad de México de 10.4 puntos.
El desastre ocurrido en la alimentación de tantos millones de mexicanos es consecuencia directa de la pandemia, pero sobre todo por la falta de una política de apoyo al empleo, apoyo que le correspondía al Gobierno federal otorgar prontamente, pero que por ignorancia o por intransigencia el Gobierno morenista prefirió negar rotundamente. La obligación de la 4T era ayudar con recursos financieros por la peligrosa emergencia.
El presidente presumió en redes sociales, el 2 de enero, la recuperación de 600 mil empleos formales del millón 118 mil trabajos formales que se perdieron por la pandemia reportados por el IMSS de marzo a julio de 2020, y aunque entre agosto y noviembre se recuperaron 555 mil plazas laborales, en diciembre pasado se perdieron otras 278 mil fuentes de empleo; en enero se recuperaron otras 48 mil plazas. En resumen, hoy el presidente tiene que recuperar todavía 793 mil empleos formales perdidos por el mal manejo de la economía por el impacto de la covid-19. El asunto se complica porque a este panorama falta agregar la cantidad de trabajadores que se emplean en la informalidad, aproximadamente 31 millones de seres.
Para que se recupere la economía los especialistas recomiendan no solo empleos formales sino incorporar a la formalidad a los millones que están fuera de ella y han tenido bajas en sus ingresos y aún no se han recuperado. Se requiere compensar a las familias por pérdidas de ingresos, recuperar la confianza de los inversionistas públicos y privados para reactivar la economía y dar certidumbre en la vacunación. El gran problema estriba en el hecho de que López Obrador ignora olímpicamente las recomendaciones que han dado especialistas en la materia tanto del país como del extranjero.
Dado que el principal problema de México es la pobreza, que estamos en el tercer año de gobierno de Morena, y la pobreza lejos de disminuir, como esperaba la mayoría de los mexicanos aumenta, y con ello crece el sufrimiento de los que menos tienen. Las bien fundadas dudas de no saber para cuándo vayamos salir del profundo hoyo de la miseria en que estamos por un gobierno que no sabe qué hacer, es descorazonador para muchos mexicanos, y tienen razón en su desaliento. El recurso que queda a los ciudadanos preocupados y conscientes para salir de la desesperante situación, se encuentra a su alcance. En las próximas elecciones, del primer domingo de junio, tenemos la oportunidad de arrebatarle, con nuestros votos, el poder casi absoluto que tiene Morena y el presidente, con el que han conducido a nuestro país a un callejón sin salida. López Obrador y Morena se aferran al poder y para ello despliegan una campaña de compra de votos, a través de los “servidores de la nación” utilizando abiertamente los programas asistenciales y la vacuna. Los tiempos de la imposición y compra del voto ciudadano ya habían pasado a lo historia, con AMLO y Morena regresan. Por eso la tarea del momento es quitarle poder a los morenistas, un poder que no han sabido usar. Un voto contra Morena es un voto para salvar a México.
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