Como un solo hombre, el Movimiento Antorchista Nacional se movilizó en auxilio del pueblo sufriente y marginado de Tabasco, azotado por las inundaciones desde el 1 de octubre del año en curso. En todo el país se instalaron puestos de acopio con la finalidad de recabar víveres y ropa para los damnificados.
La convocatoria lanzada por el ingeniero Aquiles Córdova Morán, secretario general de nuestra organización, al antorchismo nacional dio como resultado que nada más en el Regional Centro Sur que abarca a los estatales de Puebla, Veracruz, Oaxaca, Guerrero y Tlaxcala, se acopiaran y enviaran 100 toneladas de apoyo. Los antorchistas de colonias y comunidades respondieron desde sus precarias condiciones de vida para apoyar de manera incondicional a sus hermanos tabasqueños. Alimentos, ropa e insumos indispensables para la vida se acopiaron y se enviaron a Tabasco.
Los activistas antorchistas, por su parte, distribuyen víveres y ropa en la zona de desastre; gestionan apoyo de las instancias oficiales, presionando para arrancarles una que otra despensa, y organizan a la población para exigir se resuelva de raíz el problema de las inundaciones.
Pero la verdad debe conocerla todo el pueblo de México: el Gobierno federal y el Gobierno estatal abandonaron a su suerte a los damnificados. Hasta el momento se han negado a implementar un plan de rescate de toda la ciudadanía, que lo perdió todo en el desastre provocado por la apertura de la presa Peñitas ordenada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Los mal llamados siervos de la nación realizaron un censo con criterios partidistas, negándose a censar a poblaciones enteras. Los gobiernos morenistas no han dejado claro cómo van a resolver el problema de la reparación de las viviendas afectadas; cómo van a reponer los muebles y enseres domésticos de todo tipo que se perdieron anegados y arrastrados por las aguas descontroladas de la presa; de dónde van a tomar el recurso para reponer la ropa de los más de 300 mil habitantes que se quedaron sin nada, etc. ¿Y los recursos para reponer la infraestructura carretera y los servicios sociales como el agua potable, el drenaje, las redes de energía eléctrica, las escuelas y los centros de salud? ¿Y los terrenos de cultivo donde se perdieron las siembras y plantaciones de todo tipo? ¿Quiénes o quién se va a responsabilizar de reponer todo lo perdido por los damnificados? ¿Cómo van a acudir en apoyo de la población para evitar el hambre y las epidemias que la acechan?
Mediante la recolección de firmas, el pueblo organizado por el Movimiento Antorchista busca que el Gobierno federal implemente un proyecto técnico que contemple la construcción de diques y canales suficientemente protegidos, para que contengan y conduzcan el agua de los ríos que atraviesan la capital y las comunidades tabasqueñas. La inversión del recurso que se necesite debe ser una prioridad en el presupuesto de la federación para resolver de una vez por todas el problema de las inundaciones.
Los líderes antorchistas, demostrando congruencia como representantes del pueblo y audacia en el planteamiento, encabezan la gestión y exigen que la demanda del pueblo tabasqueño sea tomada en cuenta y se programen y destinen recursos para la magna obra que acabaría de raíz con las inundaciones.
Pero la lucha apenas empieza. El pueblo de Tabasco debe organizarse con el Movimiento Antorchista para dar la lucha por la reconstrucción total de colonias y comunidades que fueron afectadas por las inundaciones. Asimismo, debe exigirle a la Federación y al estado que reconstruya la economía de todas las familias damnificadas y que las sostenga con alimentos y con todo lo necesario mientras dura la contingencia.
El pueblo unido, organizado y dispuesto a luchar lo puede todo. Esperamos que así lo entiendan nuestros hermanos tabasqueños y actúen en consecuencia.
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