MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La verdadera cara de la 4T

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Desde que surgió, por cuestiones económicas y productivas, la propiedad privada sobre los medios de producción y, con ella la división de la sociedad dividida en clases: poseedores y desposeídos, ricos y pobres, los poderosos han intentado, con éxito, dominar y controlar todos los aspectos de la vida social de sus pueblos. La actividad económica, la política, las leyes, la educación, la cultura, la ciencia, el deporte, la moral, etc., obedecen a los intereses de estos grupos y tienen como objetivo garantizar que las cosas no cambien en lo sustancial, es decir, que se mantengan los privilegios que el poder y la riqueza traen consigo para ellos y sus allegados.

 Existen históricamente dos corrientes políticas e ideológicas contrarias y opuestas, que luchan entre sí: la de los poderosos, que quieren conservar el orden establecido y la de los humildes que quieren cambiar las cosas a favor de los más desprotegidos.

Pero a través de la historia también han existido pensadores, políticos, filósofos, artistas y pueblo con conciencia que por sus ideales se declararon en contra de estos privilegios, además se plantearon e incluso algunos lucharon hasta perder la vida por acabar con esa situación que trae consigo que la inmensa mayoría de la población viva en la miseria, el hambre, la ignorancia y la enfermedad: Espartaco, Marx, Engels, Lenin, Hidalgo, Morelos, Fidel, Che Guevara, Zapata, Villa y tantos otros.

Es decir, existen históricamente dos corrientes políticas e ideológicas contrarias y opuestas, que luchan entre sí: la de los poderosos, que quieren conservar el orden establecido y la de los humildes que quieren cambiar las cosas a favor de los más desprotegidos.

La nueva presidenta Claudia Sheinbaum y la Cuarta Transformación, se dicen ser de los progresistas, de los que quieren cambiar las cosas para mejorar las condiciones de vida de la mayoría de los mexicanos. Pero solo lo dicen, pues hacen lo contrario. Desde que están en el poder, en 2018, han tenido la oportunidad de demostrar todo lo que decían a favor de las clases humildes, aquello de “primero los pobres”, “acabar con el neoliberalismo” (como si éste se pudiera acabar por decreto), “desarrollar al país”, etc., ahora que están en el poder se “acabará” la corrupción”; ahora que están en el poder “defenderán las causas más justas”; ahora que están en el poder…

La realidad dice que, ahora que están en el poder hacen todo lo contrario, pues los pobres son cada vez más pobres y se encuentran al último en sus prioridades (salvo para los votos). Cada vez hay menos empleo y los salarios son más raquíticos, las prestaciones son menores, hay más miseria, más hambre, más enfermedad, la educación es cada vez peor y hay menos obras y servicios.

El famoso neoliberalismo está más fuerte que nunca en nuestro país, claramente se aprecia una menor participación del Estado en la economía: si alguien quiere curarse que pague, si alguien quiere educarse que pague, si se requieren servicios (agua corriente, electricidad, drenaje, calles y carreteras, aulas, etc. etc.) que pague, es decir, el neoliberalismo en su más cruda expresión; el desarrollo del país está por los suelos; el tan cacareado “combate a la corrupción”, es de risa; la clara tendencia dictatorial de Sheinbaum, de apoderarse, o cuando menos controlar al poder judicial (el poder legislativo está controlado y la división de poderes es, teóricamente, la piedra angular de la democracia), de controlar los organismos autónomos que sirven para el equilibrio y evitar excesos de los funcionarios, como el INE, etc. Eso de “defender las causas más justas” es otra engañifa: allí están las feministas, los 43, los periodistas, columnistas, politólogos, artistas, científicos y demás intelectuales que son críticos con el presidente, los antorchistas, los niños con cáncer, los médicos y personal de la salud, etc.

En suma, Claudia Sheinbaum y la 4T no se alinean con los humildes, con los desposeídos ni con los grandes pensadores y luchadores sociales que quieren cambiar esta sociedad tan cruda capaz de dejar a su suerte a los que menos tienen, no son de la clase de los hombres y mujeres que aspiran a una vida mejor, en la cual todos los pueblos vivan dignamente. Claudia y la 4T se alinean con los que quieren que los poderosos mantengan sus privilegios a costa del sufrimiento, del sudor, de la sangre y de la vida misma de la mayoría de la población. Esa es la verdadera cara de la 4T.

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