La inmensa mayoría de los mexicanos somos testigos que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, había sido hasta hace poco un ferviente admirador de las redes sociales, pues muy a menudo lo escuchamos llamarles "benditas redes sociales", razones para llamarlas de esta manera no le faltaban, ya que fueron uno de los instrumentos más poderosos para criticar a sus enemigos políticos antes de la elección de 2018 y, ya siendo presidente, también fueron un instrumento fundamental para consolidar su imagen, difundir sus políticas de gobierno y atacar a través de ellas a sus críticos. Por varios medios trascendió que el presidente tenía y sigue teniendo granjas de bots, capaces de lanzar millones de mensajes en cuestión de minutos; desde luego pagadas con dinero contante y sonante. Sin embargo, el pasado 5 de mayo en su conferencia mañanera, López Obrador exigió a Facebook y a Twitter rindan cuentas de quiénes son los clientes que les compran bots para lanzar información "falsa" sobre las acciones de su gobierno con la intención de desprestigiarlo, al mismo tiempo le encargó a Genaro Villamil investigar cuentas que "desinforman" sobre la pandemia y atacan al gobierno.
Es decir, que al presidente ya no le gustó el giro que últimamente han tomado las redes sociales, pues de acuerdo con lo publicado por el columnista Raymundo Riva Palacio, "antes él era el victimario y ahora es la víctima. Ya no le gustó lo que se vomita en Twitter contra él, porque sus propios estrategas y controladores de granjas de robots están perdiendo la guerra digital"; según el portal LoQueSigue.tv de un total de 265 tendencias generadas en Twitter a partir del 18 de marzo, 52 son en contra de López Obrador y solo 29 a su favor.
El berrinche le ha durado al presidente, pues le ha dedicado dos mañaneras, y no es para menos, la población desprejuiciada, cada día expresa con mayor claridad la desilusión en torno a su gobierno y el enojo por las políticas económico-sociales equivocadas que ha venido tomando, en particular en torno al manejo de la pandemia. Por ejemplo, qué persona en su sano juicio no se va a sumar a la campaña de EnCasaYSinComida cuando la realidad está diciendo que mucha gente se quedó sin fuentes de trabajo y sin empleo y que se requiere de un programa alimentario especial durante la crisis, solo el presidente no quiere ver esta realidad. Lo mismo sucede con la tendencia 4TNoProtegeAMédicos, cuando fue evidente que este sector no tenía el equipo indispensable para enfrentar al mortal virus. Solo los chairos con su mente estrecha o los empleados pegados a la ubre de la 4T se aferran a defender lo indefendible aventando mensajes soeces hacia los críticos de tales políticas.
Facebook y Twitter son dos empresas de carácter capitalista, como cualquier otro medio de comunicación, cuyo objetivo fundamental es la obtención de ganancias. Los medios de comunicación son un instrumento sumamente importante pero su función social depende de las manos en quiénes estén: pueden estar al servicio de unos cuantos o al servicio de toda la sociedad. Algo parecido con lo que sucede con la ciencia, lo más valioso alcanzado por la humanidad, pero que, en manos de los imperialistas, es utilizada para fabricar armas usadas para delinquir, para asesinar: utilizadas a veces por niños o adolescentes para atacar a sus compañeritos de clase, como ha sucedido en diversas ciudades de Estados Unidos; para fabricar armamento sumamente sofisticado para destruir y someter a naciones enteras en interés de los grandes monopolios comerciales. Lo mismo sucede con los medios de comunicación, hay que ver quiénes son sus dueños, quiénes los controlan y al servicio de quiénes están y nos daremos cuenta que muchos, llámese periódicos, radio, televisión, también publican información falsa de todo tipo, que desorienta a la opinión pública, induciéndola a pensar y actuar conforme a los intereses de los dueños de dichos medios o de quién les paga.
Por ejemplo, en México algunos medios han publicado infinidad de mentiras sobre el Movimiento Antorchista desde su nacimiento, acusaciones que nunca se han probado y que se han incrementado en la medida en que Antorcha ha crecido, con el objetivo de impedir la organización de los desamparados y que estos les exijan a los tres niveles de gobierno lo que por derecho les corresponde en lo que se refiere a la distribución de la renta nacional. Sin embargo, estos ataques no han impedido el crecimiento de Antorcha, a pesar de que ahora son lanzados desde la presidencia de la República y reforzados por su ejército de bots y chairos en las redes sociales, que ante las publicaciones de denuncia, por ejemplo de corrupción de los funcionarios de los gobiernos morenistas, se lanzan delirantes en contra de quien los redactan y de quienes comentan a favor, sin referirse en lo más mínimo a los argumentos y razonamientos plasmados en los escritos, simplemente se avientan a descalificar diciendo que los que escriben son gente que "tienen que ver con el PRIAN" o que son corruptos, conservadores, etc., sin presentar pruebas.
Otro ejemplo de esto último es la respuesta del subsecretario Hugo López-Gatell al doctor José Narro, cuando lo criticó de que se ocultan los verdaderos datos sobre enfermos de covid-19 y de haber "confundido los terrenos de la técnica, de la ciencia, con el terreno de la política", el subsecretario intentó descalificarlo de inmediato diciendo que era priista sin ir al fondo de los argumentos del doctor Narro. O la suspensión de la cuenta de Twitter de Latinus, de uno de los periodistas más críticos, Carlos Loret de Mola.
En realidad, se trata de una actitud intolerante, intimidatoria y represiva de Andrés Manuel López Obrador, que quiere acallar las críticas de los mexicanos descontentos con su actuar; pero quién no se va a decepcionar cuando el presidente se atreve a afirmar, que hay que desaparecer del lenguaje económico el término Producto Interno Bruto (PIB) y que solo hay que hablar de desarrollo y bienestar. Eso no lo puede decir un presidente, a menos que de a tiro esté muy aturdido o se quiera burlar de la inteligencia del pueblo mexicano.
Los antorchistas seguiremos trabajando desde todas las trincheras, y las redes sociales son un importante medio para dar la batalla en contra de la pobreza y la desigualdad.
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