La orden fue contundente, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, abusando del poder que representa la banda presidencial, instruyó a sus “esquiroles” principalmente a las cabezas de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) para que escarbaran y encontraran elementos que permitieran acabar con el Movimiento Antorchista Nacional y si no se hallaba nada, habría que mentir, inventar delitos y comenzar a congelar las cuentas bancarias de la organización.
Mientras el aparato gubernamental esbozado con careta de Cuarta Transformación ponía en marcha el macabro plan del mandatario de hundir a Antorcha, pretextando estar combatiendo la corrupción como justificación a dicha persecución contra el único reducto que brinda protección a las clases empobrecidas de México, los antorchistas en todos los rincones del país se mantuvieron unidos, de píe, sin bajar la guardia en momento alguno para seguir denunciando el mal gobierno de López Obrador, desde sus inicios hasta su próxima partida.
Es el antorchismo nacional, el que vela por el pueblo diariamente en contra de las injusticias provenientes de quienes se han llegado a sentir patrones del pueblo.
Fueron constantes los ataques que se enderezaron en contra de esa organización desde las acostumbradas “mañaneras” del presidente, pero también sus berrinches al ver que su objetivo no se cumplía al píe de la letra, que lejos de exterminarla la fortalecía más con sus arteras transgresiones a la Constitución y a las garantías individuales, después de que tan evidentes atentados ya habían traspasado las fronteras y organizaciones internacionales ya calificaban al mandatario mexicano como absolutista y prepotente, falso y mentiroso, que echaba mano de cualquier argucia para desacreditar a quienes consideraba sus enemigos por no estar de acuerdo con su equivocada política.
La nefasta actuación del presidente en contra de quienes no comulgaron a lo largo de su sexenio con su manera de gobernar, entre los que se cuentan los antorchistas, los empresarios, mexicanos de los diversos sectores de población, periodistas, escritores y demás, saltó a la vista nacional y del extranjero, sin que ello lograra apaciguar su sed de venganza para acabar con todo aquello que era contrario a sus falsedades.
Porque hay que decirlo recio y quedito, Antorcha fue la única organización que desde el principio del sexenio señaló con puntualidad los graves errores que se estaban cometiendo por parte de quien había jurado velar por los mexicanos.
Denunció los absurdos presidenciales de la 4T de eliminar fideicomisos y programas que servían a miles y miles de compatriotas para subsistir, lo mismo que la cancelación del Seguro Popular, los muertos que no deberían haber fallecido con la pandemia de Covid-19, el nulo combate a la miseria extrema nacional, la pobreza y la desigualdad, la promoción constante de mexicanos contra mexicanos, la inseguridad imperante y los crímenes cometidos con el absurdo refrán de “abrazos no balazos” con el que se pretendió combatir a las bandas criminales.
Antorcha denunció en tiempo y forma la desastrosa conducción del sistema educativo, el arrebato de recursos a los gobiernos estatales y municipales, lo mismo que a universidades del país, la inversión de recursos económicos para obras suntuosas que nunca dieron resultados positivos, el tren maya, hidroeléctricas, aeropuertos vaya pues, ni siquiera se logró poner fin a la contaminación del agua en la Comarca Lagunera de Coahuila.
Fue un sexenio de labias y resquemores, de mentiras y ataques en contra de ese mismo pueblo que lo eligió y aunque puso en marcha el programa de entregar recursos a los adultos mayores, éste fue más bien populista, donde siempre pensó en tener los votos de las familias mexicanas a su disponibilidad.
Pero el mayor pecado que cometió López Obrador fue el de poner en práctica el exterminio de una organización que desde sus inicios ha luchado por erradicar la pobreza en el país, que no comulga con sus ideas, pero que tampoco se inclina ante nadie, donde sus filas se incrementan, es el antorchismo nacional, el que vela por el pueblo diariamente en contra de las injusticias provenientes de quienes se han llegado a sentir patrones del pueblo.
Han pasado ya casi seis años de que inició la falaz Cuarta Transformación, años que, desde que comenzó a gobernar Andrés Manuel López Obrador, un hombre que aparentaba ser superior a todos sus adversarios pero que terminó siendo un demagogo en todo su esplendor. Ya no queda nada de aquel candidato que le prometió a México un verdadero cambio, ya no hay rastro de aquel AMLO que prometió acabar con la corrupción, que prometió que ya no habría masacres ni violencia ni asesinatos, que la gasolina iba a costar 10 pesos desde los primeros meses de su gobierno, que la economía iba a crecer 6% anualmente, ya no existe ese AMLO., diría José Vázquez, un periodista más de los que son considerados enemigos del sistema.
“Hoy vemos a un presidente que es un retrógrada, que todos los días engaña al pueblo mexicano diciéndole que todo está bien, hoy tenemos a un presidente soberbio y megalómano e intolerante con las personas que no están a favor de su pseudotransformación, hoy este AMLO presidente es el que ha esparcido la corrupción a través de todo el partido de Morena con lo que se han visto beneficiados sus familiares y allegados. Y qué decir de que es el principal coadyuvante de que el narcotráfico y la delincuencia organizada tengan tomados municipios enteros y hasta algunos estados del país. Andrés Manuel López Obrador y Morena pasaron de ser “la esperanza de México” a ser la decepción y los destructores de todo México.
El señor presidente está más preocupado por responder a los “ataques” que los “conservadores” hacen contra sus malísimas políticas y su errónea forma de gobernar al país. Dentro de ese costal ha metido a todos sus “adversarios”, periodistas, escritores, gobernadores, magistrados, jueces, expresidentes, presidentes de otras naciones, movimientos y organizaciones populares, etc. Y desde que tomó el poder se encargó de implementar una serie de medidas que, según él, impedirían a intermediarios robarse parte del recurso público destinado a los programas sociales.
Y bueno, desde aquellos días este AMLO presidente no se ha limitado para atacar al Movimiento Antorchista Nacional, la única organización que le advirtió a México que no era conveniente votar por él cuando era candidato a la presidencia de la República, la única organización que se ha encargado de explicarle al pueblo el por qué esta 4T resultó ser toda una farsa. En sus primeros recorridos, allá por el 2018, se dedicó constantemente a calumniar en sus eventos a Antorcha, hasta que los antorchistas se hicieron presentes en uno de sus eventos en Querétaro. Quiso continuar con sus calumnias y nuevamente la fuerza del antorchismo se le hizo presente en San Martín Texmelucan, en Atlixco, en Cholula y en la capital poblana, para exigirle respeto y que detuviera los ataques contra nuestra organización.
Pero el necio no se detuvo, y estos años han resultado sumamente difíciles para Antorcha, pues hemos sido brutalmente atacados desde la cúpula presidencial. Ha acusado a Antorcha de intermediaria en los programas sociales, ha acusado a los líderes antorchistas de ser huachicoleros y utilizó la Unidad de Inteligencia Financiera para bloquear sus cuentas bancarias donde supuestamente había miles de millones de pesos originados del huachicol. Y desde entonces seguimos esperando a que el presidente muestre las pruebas y evidencias de todos estos delitos.
Y después de ataque tras ataque, hay quienes creían que de Antorcha ya no había nada. Pero ha sucedido todo lo contrario. Nuestra organización está más sólida y unificada y sigue creciendo en cantidad y en calidad. Alberto González, columnista en el diario 24 Horas, mencionó en su redacción dos puntos importantes respecto a Antorcha que hay que resaltar sí porque sí: “Quien habló ayer en Moscú, durante la Conferencia Parlamentaria Rusia América Latina, fue el antorchista y diputado del PRI, Brasil Acosta Peña. Llama la atención porque ante tanto embate desde Palacio Nacional, hay quienes ya daban a esa organización por “muerta” … Por cierto, en Guerrero esa organización ya tiene un partido político local y el mal trabajo de la gobernadora, Evelyn Salgado, podría darles el registro”.
He aquí el objetivo fundamental del Movimiento Antorchista Nacional: acabar con la pobreza y la desigualdad en el país, y por qué no, también en el mundo. Antorcha aboga por un mundo multipolar en el que no exista un país imperialista que quiera seguir absorbiendo a los demás países, Antorcha está a favor de la paz y de la colaboración entre naciones para lograr un desarrollo pleno en conjunto. Este ideal es el que conviene que asumamos los mexicanos para beneficio de todos, y si lo hacemos unidos, organizados y educados será mucho mejor para alcanzar la meta que queremos, vivir mejor en un país mejor y en un mundo mejor.
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